Miami ha dejado de ser el ‘desierto literario’ del que se hablaba una década atrás para abrirse en un abanico en el que confluyen generaciones de escritores y artistas.
Anunciado como un “encuentro intergeneracional de poetas cubanos de la libertad”, el próximo 25 de abril un puñado de poetas hará una lectura de sus obras en Iván Galindo Studio, ubicado en 2248 SW 8th St. Miami.
Desde la afirmación de la libertad como lo hace Ángel Cuadra, la fuerza en imágenes que recorre la obra de Manuel Vázquez Portal hasta los impulsos con que Regis Iglesias arma una parte de su discurso poético, estos bardos cantarán como en los tiempos antiguos, por la libertad.
Además de los mencionados estarán Jorge Valls, Julio Estorino y Luis Felipe Rojas, un poeta recién llegado de la isla y que acaba de publicar su primer poemario luego de varios años bajo una férrea censura debido a su activismo antigubernamental.
La poesía como una herramienta para curar dolores cuando la patria está lejos o ha quedado atrás, en los recuerdos. Las energías vivas de la lírica para curar el dolor cuando la patria está cerca, pero cautiva, son estos los argumentos para juntar a creadores que a pesar de poseer poéticas distintas, han vertido en la poesía todos el amor y el dolor que padecen quienes enfocan sus vidas en la justicia y la equidad de derechos humanos.
Miami ha dejado de ser el ‘desierto literario’ del que se hablaba una década atrás para abrirse en un abanico en el que confluyen generaciones de escritores y artistas que desarrollan su creatividad en el mismo sitio, como un hervidero de sueños.
El hecho de tener en una misma ganancia oral a un poeta como Valls, a quien en Cuba conocimos por la persecución y condena a que fue sometido y a Regis Iglesias, cuyo rostro pasó por todos los diarios del mundo, cargando un alijo de firmas junto al ya mítico Oswaldo Payá, es una oportunidad única, pero también una confirmación de la fuerza de la Poesía, esa que se eleva por encima de las falsas marcas generacionales y los obstáculos que imponen las sociedades autoritarias.
Desde la afirmación de la libertad como lo hace Ángel Cuadra, la fuerza en imágenes que recorre la obra de Manuel Vázquez Portal hasta los impulsos con que Regis Iglesias arma una parte de su discurso poético, estos bardos cantarán como en los tiempos antiguos, por la libertad.
Además de los mencionados estarán Jorge Valls, Julio Estorino y Luis Felipe Rojas, un poeta recién llegado de la isla y que acaba de publicar su primer poemario luego de varios años bajo una férrea censura debido a su activismo antigubernamental.
La poesía como una herramienta para curar dolores cuando la patria está lejos o ha quedado atrás, en los recuerdos. Las energías vivas de la lírica para curar el dolor cuando la patria está cerca, pero cautiva, son estos los argumentos para juntar a creadores que a pesar de poseer poéticas distintas, han vertido en la poesía todos el amor y el dolor que padecen quienes enfocan sus vidas en la justicia y la equidad de derechos humanos.
Miami ha dejado de ser el ‘desierto literario’ del que se hablaba una década atrás para abrirse en un abanico en el que confluyen generaciones de escritores y artistas que desarrollan su creatividad en el mismo sitio, como un hervidero de sueños.
El hecho de tener en una misma ganancia oral a un poeta como Valls, a quien en Cuba conocimos por la persecución y condena a que fue sometido y a Regis Iglesias, cuyo rostro pasó por todos los diarios del mundo, cargando un alijo de firmas junto al ya mítico Oswaldo Payá, es una oportunidad única, pero también una confirmación de la fuerza de la Poesía, esa que se eleva por encima de las falsas marcas generacionales y los obstáculos que imponen las sociedades autoritarias.