Policía política intenta “cazar” a periodista independiente

La periodista independiente Camila Acosta (Cubanet) pide libertad para Luis Manuel Otero Alcántara.

La periodista cubana Camila Acosta, luego de permanecer detenida varias horas, fue liberada en la tarde de este miércoles 11 de marzo por la policía del régimen, pero le han amenazado con prisión domiciliaria pese a no haber cometido delito alguno.

La Seguridad del Estado intenta procesar a la reportera independiente por supuestamente “escaparse” de la unidad policial conocida como Zapata y C, ubicada en la intercepción de estas dos calles en la barriada capitalina de El Vedado, adonde fue llevada el lunes por participar en una protesta pacífica en la que un pequeño grupo de activistas exigían la liberación del artista visual Luis Manuel Otero Alcántara.

Acosta, quien reporta desde La Habana para la agencia CubaNet, se presentó voluntariamente esta mañana en la mencionada unidad, tras ser intimidada, ella y sus familiares, con ser llevada a prisión.

“A mí de lo que se me acusa es de evasión de presos o detenidos. Pero esto no tiene ningún sentido. El lunes a mí no me hicieron nunca un acta de detención, y si no hay acta de detención, no hay delito”, dijo Acosta a Radio Televisión Martí.

"Incluso hasta uno de los policías que me atendió me lo dijo, que como no hay prueba de mi detención no puede haber delito. Y por eso me soltaron”, recalcó Acosta, quien ha sido reprimida en varias ocasiones por su trabajo periodístico.

Según la joven, este pretexto con que la Seguridad del Estado procura condenarla es “totalmente absurdo”, porque "para salir de una estación policial se necesita de un permiso o ir acompañada de un oficial hasta la puerta, que fue como sucedió en mi caso”.

“La policía fue la que me atendió esta mañana. Me dijeron que ellos no sabían qué hacer, que me tenían que soltar. Estoy en la calle, aunque ellos dicen que en prisión domiciliaria. Les dije que sabía que estaban haciendo su trabajo pero que no les firmaba ningún papel porque no estaba de acuerdo con el proceso que me estaban haciendo y que yo no era una delincuente, y que además no sabía si a eso la Seguridad del Estado podría agregarle algo para usarlo en mi contra. Ahora debo buscar un abogado porque tengo una acusación, aunque ni siquiera haya pruebas”, explicó.

El escritor y periodista independiente Ángel Santiesteban dijo a este medio que eran dos los propósitos de los agentes del régimen: “amedrentar a Camila y ubicar la dirección donde estaba viviendo desde que [el pasado 20 de febrero] la desalojaron del alquiler donde llevaba casi tres años, por presión de la policía política a los propietarios, a quienes además multaron con 3.000 pesos convertibles”.

El autor del blog disidente Los hijos que nadie quiso recuerda que el lunes, desde temprano, “la estaban cazando” para que no asistiera a la residencia de la encargada de negocios de Estados Unidos en Cuba, Mara Tekach, “que intentaba celebrar el día de la mujer. Nosotros creamos un plan para que me siguieran a mí, pensando que la encontrarían a ella, pero convenimos que ella fuera por otra vía y logró, finalmente, llegar a la residencia”.

Camila Acosta. (Foto perfil Twitter)

El oficial conocido como “el mayor Alejandro” (seudónimo que también usaba el fallecido dictador Fidel Castro) llamó por teléfono a familiares de Acosta “para amenazarla con una condena de uno a tres años de privación de libertad por el presunto delito de evasión”.

“Una vez que le avisaron de mi detención al mayor Alejandro, un sádico de la policía política, represor implacable de las mujeres activistas, me secuestró a mí, advirtiéndome que no me liberaría hasta que apresara a Camila. La estuvieron cazando a la salida de la residencia norteamericana, pero tampoco pudieron apresarla. Imagínate la frustración del sádico”, expresó el autor de Dichosos los que lloran, premio Casa de las Américas de cuento 2006.

"El lunes me devolvieron la cartera y me dejaron en un pasillo. El mayor Alejandro se llevó mi teléfono y carné de identidad. Minutos después otro oficial de la policía me dijo que allí no podía estar, que me fuera y me acompañó hasta la salida de la estación", aseguró Acosta, a quien el régimen castrista le ha violado su libertad de movimiento, impidiéndole salir del país con el argumento de que está "regulada".

La única manera de salirse de un cuartel de esta gente es ser acompañado por un oficial”, precisa Santiesteban, quien es pareja de Acosta y ha sido encarcelado y detenido en varias ocasiones por razones políticas.

Camino a casa, al parecer, Acosta logró evadir otra vez el seguimiento policíaco. “Entonces comenzaron a llamar a los familiares para decirles que ella se había fugado de la unidad policial. Lo cual es mentira. Eso nadie se lo puede creer. Pero es la forma que estos cobardes represores inventan para que ella ceda en su compromiso con reportar la verdad”, relató Santisteban.

“El régimen le teme a que la verdad se diga, imagínate si se escribe públicamente como ella hace. Entonces lo que ya sabemos: utilizan todo tipo de chantajes y violaciones contra las voces que buscan libertad. Hay probabilidades que la deporten. No lo han hecho formalmente, pero la han amenazado con eso”, mencionó el ganador, con El verano en que Dios dormía, del Premio Internacional Franz Kafka de Novelas de Gaveta.

Ante la amenaza de deportación dentro del país, Acosta, natural del municipio especial Isla de la Juventud (la periodista prefiere llamarle por su nombre original, Isla de Pinos) sostiene que lleva más de 10 años viviendo en La Habana, "primero estudiando, luego trabajando. Con dirección de La Habana llevó unos cinco años".

“Lo que buscan es que Camila cuelgue los guantes y no escriba lo que a ellos les molesta. Le ofrecieron que trabajara con ellos y por supuesto se negó. Le han dicho que deje el periodismo independiente o que se vaya del país”, advirtió Santiesteban. “Yo no soy el importante para ellos ahora, es a ella a la que quieren silenciar”.

Acosta, quien desde el lunes fue despojada de su teléfono celular por la policía, contó este miércoles detalles a la agencia CubaNet sobre el interrogatorio al que le sometió la policía política:

“Conocía de referencia al mayor Alejandro, pues en los últimos meses ha estado al frente de la represión de las mujeres activistas, fundamentalmente en La Habana”, escribió. “Una vez en el cuarto de interrogatorios, reconoció que hacía tiempo quería conocerme, y que lo que los otros agentes, que había hablado conmigo anteriormente, no habían logrado, él si lo haría, porque nadie soportaría, y menos yo, el acoso que me iba aplicar”.

“Yo sí no te voy a ofrecer colaborar con nosotros. Conmigo tienes solo dos opciones: o te quitas, o te vas’, espetó. Para ello me ofreció un trabajo en el ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión). (…) De lo contrario, me voy a convertir en tu peor pesadilla”, de este modo, relató Acosta, le amenazó el represor.

La periodista independiente (una de las protagonistas de la serie 8x8, mujeres cubanas en busca de la libertad, producida por Radio Televisión Martí) ha denunciado que este agente castrista le amenazó con procesarla con la figura penal “peligrosidad predelictiva”, un mecanismo que históricamente el régimen de La Habana ha empleado para condenar, en juicios sin garantías procesales, a las voces disidentes que emergen y permanecen en la isla.