Aunque la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) afirma en sus Estatutos estar sustentada en “la defensa de los más altos valores humanos”, desde 1962 a la fecha cinco de sus 12 líderes a nivel nacional han sido encontrados culpables de corrupción, conspiración, o ambas.
Sin embargo, el proteccionismo de quienes detentan el poder ha permitido que la mayoría de los altos cargos en la revolución cubana (sean militantes del Partido o la Juventud) caídos en desgracia, sean removidos de sus puestos en lugar de ser encarcelados.
Estas condenas blandas o remociones de puesto son conocidas popularmente en Cuba como "plan pijama". "Ha sido liberado de sus funciones", "pasará a ocupar otras responsabilidades", son los argumentos para anunciar que han "tronado" a un jerarca.
Sin rendir cuentas a nadie
La que se precia de ser la “organización política de vanguardia de la juventud cubana” tiene una estructura similar a su órgano superior, el Partido Comunista de Cuba (PCC): edificaciones para sus distintas sedes -desde el municipio y la provincia hasta el Buró Nacional-, salarios a sus funcionarios profesionales y una decena de organizaciones juveniles y programas sociales bajo su tutela.
La falta de transparencia financiera, como en el PCC, es uno de los puntos menos visibles de esta maquinaria ideológica juvenil. A la par del Partido, sus cuentas bancarias, auditorías o información contable no son de dominio público en los registros de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) o la Contraloría General de la República. Así fue expuesto en un reportaje anterior en Radio Televisión Martí.
Campañas ideológicas, marchas, desfiles anuales, 10 congresos celebrados en 57 años, dos ediciones del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes (1978 y 1997), supervisión y control de la empresa de Campismo Popular y algunas otras entidades... y sobre la UJC no aparece registrada una sola auditoría por gastos o propiedades.
Pensamiento único, camino al totalitarismo
La captación ideológica de los jóvenes comunistas ni comienza tal y como reza en sus estatutos (desde los 15 años de edad, con término en los 30), ni es un proceso totalmente voluntario.
El último dato ofrecido por la organización (2006) indica que la integraban unos 600.000 militantes, una cifra parecida a la del Partido.
Como una rama juvenil del PCC, la UJC -fundada por el dictador Fidel Castro en 1962- induce la filiación marxista en los niños desde los seis años, edad en la que al integrar las filas de la Organización de Pioneros “José Martí” (OPJM), una de sus entidades estudiantiles, son obligados a ponerse la mano a manera de saludo militar en la frente y gritar: “Pioneros por el Comunismo, Seremos como el Che”.
La misión de la UJC, expresada en sus estatutos busca “contribuir a la educación comunista de las nuevas generaciones, sustentada en el patriotismo, la fidelidad al Partido Comunista de Cuba”.
Propio de los regímenes totalitarios, el 4 de abril de 1962 un Fidel Castro que hacía solo un año había declarado el “carácter socialista de la revolución cubana”, se las agenció para refundar la organización juvenil (anteriormente Asociación de Jóvenes Rebeldes creada por el comunista argentino Ernesto “Che” Guevara) y asegurar con ello lo que pretendió fuera la “cantera del partido comunista”.
Los antecedentes de estas organizaciones-canteras o satélites de los regímenes autoritarios tienen lugar tanto en partidos de corte nazi-fascista como en países procomunistas.
El Komsomol servía de trampolín de ingreso al Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS); la Italia fascista contó con la Opera Nazionale Balilla y los Fasci Giovanili di Combattimento; hoy la Liga de la Juventud Kimilsungista-Kimjongilista es la principal organización juvenil de Corea del Norte, y en España fueron creadas secciones juveniles denominadas Flechas y Pelayos, que posteriormente se denominó Frente de Juventudes.
Ideologización... y sin alternativas
Moisés Leonardo Rodríguez, presidente de la opositora Corriente Martiana, ha presentado quejas y peticiones a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), como documentos ilustrativos a la Organización de Naciones Unidas (ONU). ¿Motivos?, el desamparo legal de los cubanos en varios aspectos.
Para Rodríguez, el sufrimiento de los cubanos ante la imposibilidad de deshacerse legalmente de la ideologización de los niños desde el primer grado escolar se llama "complicidad por dependencia", y así lo explicó a Radio Televisión Martí.
"Los padres generalmente no imputan, no cuestionan esto porque no hay otra opción de Educación en el país, no se ha premitido la existencia de escuelas atendidas por religiosos", concluyó el disidente.
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Rodríguez relató que a inicios de los años 2000 presentó una petición para para la inclusión de la educación impartida por cristianos.
"La señora de Atención a la población, la misma que recibió el Proyecto Varela en sus manos, esta señora me dijo: 'Mira, Moisés, la Asamblea (ANPP) no te dice que no, pero los prestigiosos religiosos de la Asamblea Nacional del Poder Popular creen que aún no es el momento, quizás en cinco años', fue a principios de siglo y andamos ya por 2019", examinó Rodríguez.
En abril de 2017, en la provincia Guantánamo, el pastor cristiano Ramón Rigal y su esposa, Adya Expósito, fueron sancionados a un año de trabajo correccional sin internamiento y reclusión domiciliaria –respectivamente- por negarse a que sus hijos continuaran educándose bajo el sistema estatal cubano.
Rigal, convencido de la penetración ideológica en todos los niveles de la enseñanza cubana, buscó apoyo en el Colegio Hebrón, una denominación evangélica fundada en Guatemala en 1979 que le enviaría libros, discos y otros documentos para que él mismo educara a sus hijos. Pero contra el mandato del Partido nadie puede en Cuba. Al religioso le retiraron la licencia de Pastor otrogada por el mencionado colegio.
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"Después que hace un mes me reconocieron esa credencial, ahora dicen que no aceptan mi trabajo como pastor", afirmó Rigal a Radio Martí.
Las autoridades se negaron de plano y lo amenzaron una vez más, aún con las explicaciones del padre. "Yo les dije que ya los niños empezaron su programa y que no quieren saber de ir a la escuela”, afirmó.
Ramón Rigal comenzó a cumplir su condena en la brigada de Mantenimiento de Áreas Verdes de la Dirección Municipal de Comunales en la provincia cortando césped, reforestando parques y lugares públicos.
“Realmente me siento incómodo, molesto, humillado por ellos, pero al final estamos cumpliendo el propósito, que es que los niños no sean adoctrinados en el sistema escolar cubano, y están recibiendo una beca muy profesional", relató el hombre al programa Cuba Al Día, de Radio Martí.
Todo el ímpetu juvenil bajo una sola sombrilla
Bajo la guía ideológica de la juventud comunista en Cuba encontramos a la Organización de Pioneros “José Martí” (OPJM), la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y los movimientos Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) y el Movimiento Juvenil Martiano (MJM).
Entre los frentes ideados para diseminar el pensamiento marxista, la UJC controla los siguientes programas: la Asociación Hermanos Saíz (AHS), los Joven Club de Computación y Electrónica, las Brigadas de Instructores de Arte y los Trabajadores Sociales, ésta última creada como uno de los “Cien Programas del Comandante en Jefe”.
De las anteriores, la AHS recibe un porciento de su presupuesto en moneda nacional directamente de la UJC, quien ubica además a funcionarios de manera permanente en reuniones de coordinación o de balances periódicos en la organización de los jóvenes artistas cubanos.
Radio Televisión Martí conversó con el escritor cubano residente en EEUU, Michael H. Miranda, Doctor en Estudios Hispánicos, que estuvo vinculado a la AHS en la provincia de Holguín hace algo más de una década.
Miranda explicó la dependencia ideológica -y un tanto económica entre la AHS y la UJC. "Eso se subordina al (funcionario) Ideológico de la Juventud Provincial, iba por allí por la (sede) AHS (...) el dinero que le da la Juventud a la AHS es exiguo, muy poco dinero".
En cuanto el tema del ocultamiento de datos, cuentas bancarias y gastos, el poeta y ensayista aseveró: "Lo primero que hace Cuba es inscribir a esas organizaciones como organizaciones no gubernamentales para que participen en foros internacionales, y entonces no les conviene que se sepa que son organizaciones presupuestadas a nivel nacional por el Partido y la Juventud".
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Los Joven Club pasaron de prestar el servicio de docencia en cursos de Computación a sitios para servir y cobrar la conexión a Internet mediante la estatal ETECSA en algunos municipios del país.
El Campismo Popular, una especie de destinos turísticos rústicos para nacionales -creado en 1981 como otra de las ideas fijas de Castro- relata en su página digital cómo surgió el maridaje ideológico: “Con sano orgullo acogió la Unión de Jóvenes Comunistas el cumplimiento de esta tarea, la llevó adelante, la impulsó y a finales de ese propio mes, se efectuaron los primeros recorridos por la provincia de Pinar del Río”.
La UJC asegura que “orienta y controla” a varias de estas organizaciones porque “aceptan libre y conscientemente su conducción política”, sin embargo, la falta de libertades políticas y civiles en Cuba impiden la existencia de grupos y congregaciones opuestas a la filiación comunista.
Un “Código” de control ideológico
Una ley en Cuba regula las políticas de protección y promoción (y control) de la Juventud, se trata de la Ley No. 16 Código de la niñez y la Juventud, que data de 1978.
El Código, en su Artículo 3, establece que “La formación comunista de la joven generación es una preciada aspiración del estado, la familia, los educadores, las organizaciones políticas, sociales y de masas…”.
Pero no existe un mecanismo legal que les permita a los padres evadir el adoctrinamiento comunista en escuelas privadas o algún tipo enseñanza paralela al Ministerio de Educación.
El estudio titulado Libro blanco de políticas públicas de juventud, editado por el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), Madrid, 2018, se ocupa –entre otras cuestiones- de “Hacer un breve recuento de la evolución institucional en materia juvenil de la región” (América Latina).
Aunque el texto explica que no hay en la isla una Ley de Nacional de Juventud, sino el Código de Familia, sugiere que en Cuba hay una estrategia que “consiste en la promoción y la inclusión social de la juventud con miras al fortalecimiento de la formación cultural, técnica y vocacional”, sin especificar qué libertades tienen los padres de estos niños, adolescentes y jóvenes para decidir la educación de sus hijos.
En cuanto al aspecto educacional, el “Libro blanco…” aclara que “si bien no existe un Organismo Oficial de Juventud, se encuentra la Unión de Jóvenes Comunistas, organización política de la juventud cubana”, sin adentrarse en la labor de adoctrinamiento a que son sometidos estos grupos etáreos.
Quisieron ser "como el Che"
Contrario a los que dictan sus estatutos: “Mantener una actitud ejemplar ante la defensa de la Patria, cumpliendo cabalmente las tareas de preparación combativa y vigilancia revolucionaria”, cinco de los máximos dirigentes de la UJC cayeron estrepitosamente de los altos cargos a que fueron promovidos, y uno de ellos fue a prisión.
- Luis Orlando Domínguez, 'Landy' (que dirigió la organización de 1972 a 1982). En 1987, como presidente del Instituto de Aeronáutica Civil, fue encontrado culpable de los cargos de malversación y corrupción y condenado a 20 años de cárcel.
Los siguientes caídos en desgracia, aunque han sido acusados de varios delitos, no cumplieron prisión.
- Carlos Lage Dávila (1982-1986) llegó a la vicepresidencia de Cuba (1993-2009) hasta que fue acusado de conspiración para entregar información a la inteligencia española.
- Roberto Robaina (1986-1993) ascendió a Ministro de Relaciones Exteriores, pero en 1999 fue destituido por conspiración y corrupción.
- Victoria Velázquez (1994-1997) fue destituida en plenas funciones como primera secretaria nacional de la UJC por corrupción.
- Otto Rivero Torres (1997-2004), vicepresidente del régimen cubano desde 2004 a 2009 y encargado de liderar la Batalla de Ideas, un Mega Proyecto propagandístico que incluía los espectáculos conocidos como Tribunas Abiertas, desfiles y un "banco de tareas" denominado Cien Programas de la Revolución.
Rivero cayó en el mismo caso de Lage Dávila y terminó destituido por corrupción.