Cuando ocurren fuertes lluvias en La Habana, la capital cubana se inunda, especialmente en las zonas más bajas. El mal estado del saneamiento provoca el colapso de las alcantarillas en varios puntos de la ciudad. La acumulación de basura en las calles termina obstruyendo los tragantes, el primer punto del sistema de drenaje.
A lo largo de los años, las inundaciones han ocasionado pérdidas humanas, derrumbes totales y parciales, y la destrucción de las pertenencias de muchas familias, en una Habana con un fondo habitacional cada vez más empobrecido.
Para el ingeniero hidráulico Rafael Díaz Torres "es directamente proporcional la falta de calidad de las infraestructuras y su mantenimiento con estos fenómenos de inundaciones que estamos viendo y sus consecuencias para las personas".
"Las alcantarillas y los sistemas de drenaje deben ser limpiados periódicamente, sino es inevitable que se obstruyan por los mismos sedimentos de la calle, por materias orgánicas como hojas, restos de árboles, por la falta de recogida de basura en Cuba", agregó el experto a Martí Noticias.
En resumen, hay tres grandes problemas que inciden en las inundaciones en la capital: un sistema de drenaje obsoleto, sobrecargado y construido hace más de un siglo; la falta de mantenimiento e inversiones; y la insuficiente recogida de basura.
1- Sistema de drenaje con más de 100 años
El sistema de drenaje pluvial de La Habana fue construido entre 1905 y 1915, convirtiéndose en el segundo de América. Su diseño se ideó para responder a las necesidades de una urbanización de 600.000 habitantes.
Se calcula que actualmente en la ciudad viven cerca de dos millones de personas. A pesar de que La Habana ha perdido un 15 % de sus habitantes en tres años sigue siendo la ciudad más poblada del país, según datos oficiales.
Con los años, el aumento de la urbanización disminuyó la capacidad de absorción natural del suelo, sobrecargando el sistema de drenaje. Muchos de los canales y alcantarillados están deteriorados o sobrepasados.
La red de drenaje pluvial de la ciudad está diseñada para evacuar las lluvias, pero no siempre es capaz de manejar la cantidad de agua cuando caen lluvias torrenciales debido a la capacidad limitada de muchos de los sistemas de drenaje.
2- Falta de inversión adecuada y mantenimiento
Aguas de La Habana, la empresa estatal encargada de la limpieza, desobstrucción y reparación del sistema de drenaje admite que no tienen los recursos necesarios para trabajar en plena capacidad.
Los funcionarios de la empresa mencionan las escasez de combustible como una de las causas del problema. Además, las obras que se acometen tienen poca calidad, hay déficit de materiales y “baja capacidad constructiva”.
La última inversión significativa de la empresa fue hace más de dos décadas atrás, lo que ha provocado un deterioro general del sistema, según la empresa.
El ingeniero Díaz Torres explicó que "al no haber ningún mantenimiento, cuando ocurren precipitaciones muchas veces se ven afectadas las zonas bajas de la ciudad".
El experto explicó cómo laz zonas más bajas de la ciudad se ven afectadas también por el agua que corre desde las zonas altas debido al colpaso del sistema de drenaje. Por eso a veces vemos inundaciones repentinas incluso sin que las lluvias fueran intensas.
3- Exceso de basura que obstruye los drenajes
La recogida de desechos sólidos es un tema crítico. En la capital los vertederos “están colapsados” y superan “los niveles de altura que deben tener”, según reportes oficiales.
La capital cuenta con tres vertederos: uno en 100 y Boyeros -el más grande del país, con algo más de 40 años de explotación-; otro en la 8 Vías y el tercero en Guanabacoa.
En 2024 La Habana produjo 30.108 metros cúbicos diarios de desechos sólidos, más de un 26 % de la cantidad promedio que acumulaban en 2023 (23.814). Los municipios con la peor situación por el amplio volumen de desechos que generan son Centro Habana, Plaza de la Revolución, Playa, Diez de Octubre y Arroyo Naranjo, según datos oficiales.
En el informe “La Habana capital de desechos”, del Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC) se señala que las autoridades sólo recogen el 68% de los desechos. Es decir, unos 7.600 metros cúbicos permanecen en las calles, colindando con las viviendas, escuelas, edificios públicos y calles.
Otro de los problemas fundamentales es que los equipos de recogida están parados en su mayoría por falta de gomas, baterías y piezas de repuesto. No obstante, la empresa de comunales dice que el déficit de combustible ha hecho aún más inestable la recogida. También está la escasez de personal para la recogida de desechos y directivos, según los funcionarios.