Preso político William Cepero depone huelga de hambre

William Cepero García. Tomada de su perfil en Facebook.

El preso político cubano William Cepero García depuso este miércoles la huelga de hambre que había iniciado 25 días atrás, el primero de julio, para exigir su liberación; informó en Facebook su hijo, el actor José Roberto Cepero Hernández.

El joven contó que su hermano, su madre y él, casi un mes más tarde de la última visita que hicieron al activista en la prisión de Valle Grande, en La Habana, pudieron finalmente ver a su padre en el Hospital Nacional, adonde había sido trasladado el fin de semana por su delicado estado de salud. Fue allí, en conversación con la familia, que el opositor “accedió a deponer la huelga de hambre a las 11 y media aproximadamente”.

Cepero García, de 58 años, se encuentra detenido desde el pasado 14 de febrero, un día más tarde de haber realizado junto a vecinos suyos una protesta pacífica en su barrio, en el municipio La Habana Vieja, para demandar libertad para Cuba y los presos políticos.

El arresto, de acuerdo con el testimonio de su hijo, ocurrió en circunstancias violentas y toda la familia terminó en calabozos ese día; aunque solo el padre quedó en privación de libertad.

En ese momento se le acusó de propaganda contra el orden constitucional, un delito contra la Seguridad del Estado, y desacato; delitos por los que podría enfrentar, en el primer caso, desde dos hasta 10 años de privación de libertad y, en el segundo, desde uno hasta tres, según nuevo Código Penal. Pero, hasta ahora no tiene fecha de juicio ni petición fiscal.

Su hijo explicó en el post, que tras casi un mes de desesperación, finalmente este martes una oficial del Ministerio del Interior (MININT) visitó su casa e informó a la familia acerca del caso de Cepero. “Que primero lo trasladaron para el Hospital de (la prisión) Combinado del Este y que hace como tres días tuvieron que llevarlo para el Hospital Nacional, ya que se encontraba en delicado estado de salud, porque mi Padre no había ingerido nada de alimentos ni se había dejado poner los sueros ni medicinas”.

“Ella nos dijo que teníamos que ir hoy (26 de julio) en la mañana a las 9:00am. Luego, a los pocos minutos de salir de mi casa, regresó y me puso a mi padre por videollamada, donde mi padre estaba acompañado por un oficial del MIININT y un oficial de la Seguridad del Estado. Me asusté mucho ya que no conocí a mi Papá, muy delgado, con barba, tenía la mirada pérdida, no tenía fuerzas para hablar, si acaso dijo tres o cuatro palabras que apenas se entendían”, relató Cepero Hernández.

Al día siguiente de esa videollamada, los familiares de Cepero fueron a visitarle al Hospital Nacional, y allí se encontraron con un grupo de agentes de la Seguridad del Estado, oficiales del MININT y un fiscal de prisiones. “Ellos nos explicaron que mi padre estaba muy mal, que tenía que dejar la huelga de inmediato, que como familia teníamos que hablar con él y dependía de él y de nosotros también salvar su vida”.

“Yo tuve la oportunidad de hablar y dejarles claras mis inquietudes, mis insatisfacciones, mis quejas sobre cómo llevaron todo el caso de mi papá desde el día uno que rompieron la puerta de mi casa y nos llevaron presos a todos, hasta estos últimos días que sabíamos que lo habían trasladado y estaba mal y no nos habían llamado para informarnos cómo estaba mi padre de salud y en qué sitio estaba realmente”, dijo.

El joven explicó que los militares y funcionarios con quienes se reunió le aseguraron se iban a encargar de investigar el caso y que la semana próxima darían una respuesta. “Esto debido a que les dije que otra de las razones de por la que mi padre estaba en huelga era porque habían pasado muchos meses y no recibíamos respuestas”.

Pero el caso de Cepero García no es excepcional. Otros presos políticos que enfrentan la misma acusación de propaganda contra el orden constitucional, que también fueron detenidos este año, como Sulmira Martínez y Daniel Moreno, tampoco han recibido todavía petición fiscal ni fecha de juicio, y ambos están encarcelados desde el 10 de enero.

“Al final de esta reunión se quedó la Mayor y un oficial de la seguridad que cuida a mi papá, y nos mostraron a mi papá en silla de ruedas, ya que no tenía fuerza para caminar. Nos dejaron hablar con él alrededor de casi dos horas”, contó.

Además precisó que su padre no quería dejar la huelga, pero que él, su hermano y su madre le suplicaron que pensara en ellos y al final pudieron convencerle. “Y le dimos un jugo de cajita poco a poco, ya que tiene que tomar líquido hasta mañana o pasado para luego empezar a ingerir alimentos normales”.

“También lo convencimos para que se pusiera los sueros, y ya a las seis de la tarde llamé a la enfermera y me dijo q todo va bien, que ha reaccionado bien a todo. Todos estos días que va a estar en el Nacional vamos a poder verlo una hora diaria hasta que se recupere”, dijo.