Presos políticos en cárceles de Camagüey sobreviven en total desamparo

Virgilio Mantilla Arango. (Facebook/Héctor Luis Valdés Cocho)

Dos presos políticos recluidos en el sistema penitenciario, en la provincia de Camagüey, denuncian las pésimas condiciones alimentarias y la falta de medicamentos y atención médica en los penales de la capital agramontina.

Uno de ellos es Reinier Calderín Socarrás, activista de la organización opositora Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), recluido en la prisión de Kilo-8.

“Como desayuno, un pedacito de pan del tamaño de un dedo, que no alcanza ni para una mordida, y un poquito de tisana amarga; y en el almuerzo, la ración de menos de 40 gramos, y ya parte echada a perder", describió el prisionero político.
Calderín Socarrás responsabilizó por esta situación a las autoridades penitenciarias.

"Yo, preso político y miembro de la UNPACU, Reinier Calderín Socarras, refiero que el culpable esta violación es el Teniente Coronel jefe de la cárcel, Juan Miguel Sánchez Duarte”, denunció el activista.

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Poca comida y echada a perder, denuncian presos políticos desde Camagüey

Por su parte, Virgilio Mantilla Arango, líder de la Unidad Camagüeyana por los Derechos Humanos, condenado a tres años y tres meses por el presunto delito de daños a la propiedad, denunció las pésimas condiciones que enfrenta en la prisión de Kilo-7, en el destacamento número 9.

El preso político dijo que apenas puede caminar, no recibe atención médica, y tampoco dispone de acceso a los medicamentos necesarios para aliviar su dolencia. Denunció, ademñas, el escaso de alimento que reciben los reos, y la pésima calidad del mismo.

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“Ya esto es lo último; ya lo que nos están dando de alimento, lo que nos están dando aquí, reducciones del gramaje del arroz, ya no son las cuatro tapitas esas de desodorante, […] que es lo que tenía para medir. Ahora son tres. El potaje de chícharos es un agua con cuatro o cinco granos, y los familiares vienen quitándose lo poquito que les dan a ellos en la calle, quitándoselo para traérselo a sus familiares queridos aquí, porque saben que estamos pasando las de Caín", subrayó.

Mantilla Arango describió su calvario en la prisión camagüeyana.

"Estoy enfermo también, con tremendos dolores. No tengo los medicamentos para que me pueda aliviar estos dolores en los huesos que tengo yo, porque esta frialdad me tiene a mí… Yo me levanto por la madrugada que casi no puedo ni caminar. Es Tramadol lo que yo llevo, que me pueda aliviar los dolores, y ni eso hay aquí", dijo.

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El opositor recalcó la situación de desamparo en la que se encuentran los prisioneros políticos en la isla.

"Estamos solos, pero para adelante. Es el precio de la libertad. No voy a ser, ni el primero, ni de los últimos, ¿Qué amparo tenemos nosotros, los presos de Cuba? Estamos abandonados. Esta gente hace lo que le da la gana, los comunistas estos aquí”, concluyó.