El grupo de activistas y música punk de Rusia, Pussy Riot, se atribuyó el domingo la responsabilidad por la invasión de cancha que realizaron cuatro personas y que interrumpió la final de la Copa del Mundo entre Francia y Croacia.
Pussy Riot afirmó en un mensaje difundido en su cuenta de Twitter que el acto fue una protesta.
A los 52 minutos, las cuatro personas ingresaron a la cancha de manera simultánea, ataviadas con lo que parecían uniformes policiales antiguos, y fueron derribadas por personal de seguridad.
El zaguero croata Dejan Lovren empujó a un hombre que se manifestaba con el grupo y colaboró para que el personal de seguridad lo detuviera. Una mujer manifestante intercambió palmadas mediante ambas manos con el delantero francés Kylian Mbappé en el círculo central.
THIS. ALL THIS 🙌 pic.twitter.com/tOtCx39owk
— Men in Blazers (@MenInBlazers) July 15, 2018
Pussy Riot afirmó que había organizado la invasión, y emitió en Twitter una lista de exigencias al gobierno ruso, incluida la de liberar a los presos políticos, poner fin a los “arrestos ilegales durante las protestas”, y “permitir la competencia política en el país”.
“Hola a todos desde la cancha del Luzhniki, esto es fabuloso”, dijo el grupo en Twitter.
Su comunicado también aludió al caso de Oleg Sentsov, crítico de la anexión rusa de Crimea a Ucrania en 2014, y que en 2015 fue sentenciado a 20 años de cárcel por conspiración para cometer actos terroristas. Niega los cargos y ha estado en una huelga de hambre desde mediados de mayo.
Pussy Riot ganó fama global con sus provocadoras actuaciones en público y en contra del presidente ruso Vladimir Putin en 2012. Dos de sus integrantes estuvieron en prisión durante casi dos años. Putin presenció el partido junto a su contraparte francés Emmanuel Macron y el presidente de la FIFA Gianni Infantino.
La FIFA no respondió de inmediato a una solicitud de reacciones.
La protesta salió brevemente en la señal televisiva internacional, aunque FIFA tiene como instructivo no mostrar los actos de invasión de cancha.