Cuando Ian azotó la semana pasada el oeste de Cuba, Victoriano Maqueira, un cultivador de tabaco en Pinar del Río, vio cómo el huracán destrozó dos grandes graneros que usaba para el secado de su cosecha y acabó con perros, gallinas y hasta el techo de su hogar.
La lluvia empapó sus semillas de tabaco por lo que no sembrará este año. Pero no era momento para enojarse, dijo a Reuters el hombre de 63 años, mientras laboraba en sus campos con los bueyes para sembrar frijoles.
"Me sentí con deseos de llorar, de gritar", dijo Maqueira, al recordar el momento en que vio los daños en la casa y los graneros. "Vamos a perder un año entero. Pero hay que seguir adelante".
Recuperarse del desastre representa un enorme desafío en un país que ya sufre una grave crisis económica, dijo el economista cubano Omar Everleny.
Lee también Economista insta al gobierno cubano a cambiar la estrategia y “dolarizar el país” para salir de la crisis"Los efectos han sido más severos que nunca por la suma de las dificultades ya existentes", sostuvo en referencia al embargo estadounidense y las dificultades relacionadas de la pandemia del COVID-19.
La tormenta, que colapsó la red eléctrica del país, dañó 63.000 viviendas en Pinar del Río, incluidas más de 7.000 que el Estado había clasificado con pérdida total.
Casi toda su infraestructura del tabaco, incluidas las casas de secado, fueron arrasadas por Ian unos días antes de la temporada de siembra de octubre.
Reparar ese daño, dijo Everleny, requerirá un gasto de dinero que Cuba no tiene para combustible, cemento, tanques de agua, cables y madera, materiales escasos incluso antes de que azotara la tormenta.
Eso probablemente hará retroceder el Producto Interno Bruto del país, que inicialmente los funcionarios pronosticaron un 4% de crecimiento para 2022, agregó.
CORAZÓN DE INDUSTRIA TABACALERA
Pinar del Río es el corazón de la icónica industria tabacalera de Cuba, que genera unos 500 millones de dólares en exportaciones y emplea a miles de los famosos torcedores de los puros. La región produce el 65% de la cosecha de Cuba.
El gobernante Miguel Díaz-Canel dijo esta semana que el Estado financiará el 50% del costo de la reconstrucción de viviendas en Pinar del Río.
"Nos vamos a recuperar. De eso pueden estar seguros", dijo el mandatario, quien también instó a la paciencia y señaló que los suministros llegarían "poco a poco".
Medios estatales informaron esta semana que los residentes de algunas comunidades recibirían raciones de arroz, frijoles y aceite para cocinar.
Imágenes de televisión mostraron que algunos productos llegaban en cajas selladas como donaciones de Rusia. México y Venezuela también han donado suministros, dijeron las autoridades.
El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, ha dicho que está evaluando formas de ayudar al "pueblo cubano", pero las relaciones con La Habana siguen frías desde la represión contra los manifestantes que participaron en las protestas antigubernamentales en julio de 2021.
Los apagones nuevamente provocaron protestas en La Habana, pero Pinar del Río, una provincia rural conocida por su inclinación progubernamental, no vio manifestaciones.
Los residentes en Pinar del Río comenzaron la limpieza ellos mismos, y muchos con los que habló Reuters dijeron que no esperarían a que llegara la ayuda estatal.
En el pueblo de San Luis, Asbel Siles, quien perdió su techo por el huracán, trabajó con su vecino José Luis Pacheco para colocar un poste de madera en alto y apuntalar su ahora tambaleante casa rosada y blanca.
"Estoy reconstruyendo por mi cuenta", dijo Siles, un empleado de la industria tabacalera que ahora está sin trabajo. "Tendré que comprar lo que se perdió. Es la única forma".
Pacheco dijo que la casa de su amigo estaría como nueva en una semana.
"La provincia está empezando de cero", dijo. "Me preocupa que pasemos dos o tres años sin nada".