Rusia planea participar en el proyecto de construcción de una refinería de petróleo en Cuba, lo que serviría de punto de partida para la explotación conjunta de las reservas de crudo de la isla, señalan reportes de prensa de Moscú.
Las negociaciones habrían tenido lugar este fin de semana en La Habana, durante la visita de una delegación de parlamentarios rusos encabezada por el presidente de la Duma estatal (Cámara Baja), Viacheslav Volodin.
Las partes "están discutiendo activamente la posibilidad de construir una refinería", y planean implementar el proyecto en Cuba con la participación de empresas estatales rusas, dijo Alexander Babakov, vicepresidente de esa instancia gubernamental, informó el portal digital Pronedra, que cita a la agencia Prime, especializada en temas económicos e información financiera.
Según el medio de prensa ruso, las conversaciones van más allá de la construcción de la planta, una información que confirma Interfax, y fue amplificada por el portal oficialista Cuba Sí.
Babakov mencionó, por ejemplo, el interés de Moscú en un procesamiento extensivo de los productos petrolíferos de la isla, incluida la producción de fertilizantes, un proyecto en el que, aseguró, participarían empresas estatales rusas con "recursos y experiencia".
El funcionario ruso sugirió que Cuba, en lugar de importar productos petrolíferos terminados, debe organizar su producción in situ, y hacer más eficiente el proceso.
"Cuba tiene petróleo crudo: es lógico no importar productos petrolíferos, sino producirlos aquí", dijo, según los medios rusos. No obstante, aclaró que las discusiones sobre la refinería se encuentran en la etapa de negociación.
"Junto con el interés económico, es necesario resolver una serie de cuestiones organizativas en términos de crear un entorno favorable para la inversión, creo que los dirigentes cubanos lo entienden", dijo Babakov. "Hay disposición, hay comprensión, es una cuestión menor que hay que resolver".
Las partes también continúan cooperando en el ámbito del suministro de petróleo, recordó Pronedra.
En marzo pasado, Moscú reanudó las exportaciones de petróleo a Cuba tras una pausa de un año. En junio del año anterior, el primer ministro Manuel Marrero, de visita en Moscú, anunció un acuerdo con la pretrolera rusa Rosneft que garantizaría a la isla 1,64 millones de toneladas métricas de petróleo y derivados anualmente.
Según el experto Jorge Piñón, que estudia la infraestructura y el suministro energético de Cuba en la Universidad de Texas en Austin, el valor del envío equivaldría a unos 46 millones de dólares. A cambio del petróleo, la isla ha recibido a cientos de los empleados de Rosneft en un programa de turismo institucional.
Cuba necesita alrededor de 8 millones de toneladas métricas de petróleo y equivalentes al año, de las cuales 3 millones de toneladas se producen localmente, informó a principios de año el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy.
Por otro lado, la generación eléctrica en la isla dependende en un 80% del uso del combustible fósil. Al no disponer de las cantidades adecuadas de petróleo refinado, el sector, con una infraestructura deteriorada, echa mano al crudo nacional.
"El mayor costo para estas termoeléctericas es que continúan quemando crudo cubano con un alto contenido de azufre y esto daña a todas las unidades. Es un círculo vicioso del que nunca van a salir mientras no cambien lo que están haciendo", explicó recientemente Piñón en declaraciones a Martí Noticias.
Durante años, al calor de una fuerte alianza política, Venezuela fue el principal proveedor de petróleo de Cuba, pero los envíos disminuyeron tras la crisis de la industria petrolera venezolana y las fuertes sanciones impuestas al gobierno de Nicolás Maduro por Estados Unidos.
En 2023, México exportó cantidades significativas de petróleo de su compañía estatal Pemex a Cuba, pero los envíos se detuvieron este año.
Cuba y Rusia han afianzado su alianza estratégica en los últimos años, con un fuerte intercambio gubernamental entre ambos países, que incluye la visita oficial a Moscú, en mayo pasado, del gobernante Miguel Díaz-Canel, y la de otros funcionarios cubanos, además de reuniones y encuentros oficiales con altos representantes del Kremlin en La Habana y la firma de acuerdos de cooperación en varios sectores, no solo económicos, sino también de interés militar.
En junio pasado, el despliegue de buques de guerra rusos en aguas del Caribe y su entrada a la Bahía de La Habana hizo titulares en los principales medios de prensa del mundo.