Los estudiantes de la Universidad Central Martha Abreu, de Villa Clara, llevan días sin agua ni electricidad en medio de una crítica situación por escasez de combustible y la salida del Sistema Eléctrico Nacional de una de las principales termoeléctricas del país.
"Sin electricidad ni agua potable desde hace días, los directivos informaron que no hay combustible para transportar agua", comentó el Observatorio de Libertad Académica (OLA) en una publicación que incluye el testimonio de un estudiante.
De acuerdo a sus declaraciones, los alumnos intentaron protestar y fueron amenazados por los directivos del centro. "Mañana tenemos exámenes, por favor compartan para que no quede en silencio esta tortura", dijo el alumno que prefirió no ser identificado por temor a represalias.
"Hace unos días hubo un cacerolazo que terminó con un agente de la Seguridad del Estado abriendo una puerta a patadas", aseguró.
OLA instó al rector de la universidad, Luis A. Barranco Olivera "a que asuma cabalmente la función profesional que le compete". "Denunciamos la violación de la autonomía universitaria ante la intromisión e intimidación de la policía política contra los universitarios".
Los cubanos llevan más de una semana soportando apagones de hasta 20 horas diarias. A la salida este martes de la Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes de Cienfuegos, una de las más estables del país, se suma la crítica situación por la falta de combustible.
Según la Unión Eléctrica, 43 centrales de generación distribuida no están operando por esa situación. También están fuera las patanas turcas ubicadas en las bahías de La Habana, Mariel y Santiago de Cuba y la central de motores de generación de Mariel.
Con los apagones, el servicio de abasto de agua potable se ve afectado, lo que ha generado multitudinarias protestas en meses recientes en diferentes provincias.
Unas 600.000 personas sufren desabastecimiento de agua potable en Cuba debido a los cortes de energía y a las roturas en el sistema de distribución, según cifras oficiales.
José Antonio Hernández, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento —una dependencia del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos— dijo a la prensa estatal que hay una “cantidad significativa de equipos” dañados y que los “arranques, las paradas bruscas, las variaciones de voltaje y frecuencia de los sistemas energéticos producen averías colaterales”.