Los juegos de Grandes Ligas en que usualmente se necesitan tres horas y media para completar las nueve entradas son ya una especie en peligro de extinción.
La entrada en vigor esta temporada de la regla que controla con un reloj el tiempo de los lanzadores para hacer sus pitcheos, ha reducido en media hora la duración de los partidos, que ahora promedian por debajo de las tres horas.
Incluso, dos juegos, ambos con pizarra de 1-0, se fueron en menos de dos horas, algo impensado tan sólo un año atrás.
En la campaña del 2022 hubo 232 partidos de nueve entradas que se prolongaron más allá de las 3:30 horas. Esos, sin contar aquellos que se fueron a extrainnings.
En el primer mes de la actual contienda, apenas dos encuentros sobrepasaron ese tiempo, debido al amplio carreraje por ambos equipos.
Los Cardenales de St. Louis vencieron 10-9 a los Azulejos de Toronto el Día Inaugural y los Padres y los Gigantes se cayeron a palos el sábado 29 de abril en Ciudad México y en 3:44 horas, San Diego venció a San Francisco 16-11.
Entre ambos juegos, pasaron cuatro semanas consecutivas sin juegos de nueve entradas de tres horas y media.
Pero hay más. Ni los Rockies de Colorado, ni los Reales de Kansas City han jugado ni un solo partido de tres horas en toda la temporada.
A partir de esta temporada, los lanzadores tienen 15 segundos para hacer un lanzamiento con las bases limpias y 20 segundos con corredores en base, mientras que los bateadores deben estar listos en la caja cuando restan ocho segundos en el reloj de pitcheo.
Hasta el 30 de abril se reportaron 305 violaciones del reloj (203 de lanzadores, 95 de bateadores, seis de receptores, y una de un corredor).
La nueva regla tiene detractores, que le atribuyen a la necesidad de lanzar con premura un aumento en las lesiones de los serpentineros, principalmente en el codo o el hombro.
El número de lanzadores colocados en la lista de lesionados en los primeros 32 días de la temporada aumentó a 182, la mayor cantidad en los primeros 32 días desde que lleva un registro de esto. Eso representa un 14.4 por ciento más en comparación con el año pasado y un alza del 62.5 por ciento en comparación con 2018.
Sin embargo, aunque algunos pitchers han tenido que cambiar su ritmo de envíos, no está probada con evidencias contundentes que el aumento en las lesiones esté relacionado con la nueva regla del cronómetro.
Detractores siempre habrá, pero la mayoría ve con buenos ojos la agilización de los partidos.
Cuando en el año 2000, la Federación Internacional de Voleibol eliminó los cambios de bola que hacían interminables los partidos y dispuso que cada acción valía como punto, los puristas de ese deporte pusieron el grito en el cielo.
Pero el mundo no se acabó y 23 años después, el voleibol se hizo más dinámico aún, el tiempo de duración de los partidos se redujo considerablemente y los fanáticos lo agradecen.