Desde Kiev Radio Svoboda, una ventana al EuroMaidan

Corresponsalía de Radio Libertad en Kiev, Ucrania

Reportaje especial de Alvaro Alba sobre el servicio ucraniano de Radio Libertad que acaba de recibir el Premio David Burke, de la Junta de Gobernadores de Radiodifusión (BBG).

El servicio ucraniano de Radio Libertad tiene en Kiev una corresponsalía. Desde allí, periodistas, camarógrafos, productores, reporteros, operadores y personal administrativo llevaron con precisión e ingeniosidad a todo el mundo lo que aconteció en Ucrania en los últimos meses.

Siempre hay un periodista o redactor de guardia en la corresponsalía de Radio Svoboda en Kiev, la que se ubica en uno de esos majestuosos edificios a pocos metros de la Plaza central de la ciudad. Están a dos minutos de la tarima desde donde se arengaba a los manifestantes. Con las ventanas abiertas, en la oficina, se escucha el discurso o la canción de turno que llega desde el Maidan (plaza en ucraniano). No podían estar mejor situados para ser testigos y actores de los acontecimientos.

Las jornadas son largas, se sabe a qué hora se entra, pero no cuándo se sale. En ocasiones superan las 24 horas seguidas de trabajo, lo mismo en la calle que en la redacción. No se quejan: refunfuñan quizás, pero con la cabeza erguida por el orgullo gremial.

Del descanso a la vorágine de las protestas

Tetiana Iarmoshchuk

Tetiana Iarmoshchuk abre la puerta de la oficina al pedido de uno de los guardias que cuidan el edificio, y nos acompaña desde el vestíbulo hasta el quinto piso, a través del laberinto de pasillos y oficinas vacías. Ella ha estado toda la noche atenta a las noticias, editando y publicando lo acontecido el 20 de febrero. Horas de tensión y cansancio afloran en su rostro, que solo enseña una sonrisa cuando habla de sus planes futuros. Lleva ya tres meses con el mismo ritmo de trabajo y no sabe cuándo podrá descansar; ella estaba de vacaciones y se incorporó al trabajo el 22 de noviembre; desde entonces no ha existido descanso.

La redacción tiene la huella de las jornadas sin límites de horario. A la entrada, los cascos metálicos o de plástico, y chalecos antibalas, piezas indispensables para reporteros y camarógrafos en Ucrania. Una atenta empleada honra la hospitalidad nacional y antes de comenzar las sesiones trae un té humeante y sándwiches de queso, disculpándose por no poder ofrecer más, pues las tiendas -- dice con pena --están cerradas.

Desde el 2005 Tetiana trabaja en Radio Svoboda. Con soltura explica los problemas sociopolíticos del país. Además de periodismo, estudió ciencias políticas y ahora estudia economía con especialidad en temas energéticos. Por años se ha dedicado a cubrir esos temas. Expone la dependencia que tiene Ucrania de Rusia, así como las variantes con que cuenta la nación para no tener que estar debatiéndose entre la amenaza de Moscú y las fuertes nevadas. Reconoce la periodista que en los últimos meses todo ha cambiado bruscamente particularmente en la vida de Kiev.

Trasmitiendo en vivo las imágenes


En la redacción comenzaron a trasmitir en vivo las imágenes desde la Plaza de la Independencia, desde las barricadas, o las calles Grushevskogo e Institustka. Una cámara capta el lugar de los hechos, sin comentarios, en vivo y directo. Sin editar, sin pasar por el filtro. La acción ante los ojos del internauta. Desde entonces ha cambiado la naturaleza de las publicaciones de Radio Svoboda. Y el número de visitas en la página se disparó a cifras impresionantes.

Desde Kiev envían materiales a Praga y actualizan el sitio digital. El trabajo no cesa, y en ocasiones los reportajes se hacen en ucraniano e inglés, para las agencias de la Junta de Gobernadores de las Transmisiones (BBG) de EE.UU.

Cascos necesarios para la prensa en su trabajo en Kiev.

Los informadores han tenido que adaptarse al trabajo en condiciones de guerra. Es como vivir en una ciudad sitiada. El acceso al trabajo ha estado en ocasiones restringido por los retenes policiales o por las barricadas en llamas. Lo que normalmente se recorría en pocos minutos se ha alargado a casi una hora. Desde el 18 hasta el 23 de febrero el metropolitano no funcionaba, en especial las estaciones cercanas a la Plaza.

Con un poco más de 20 empleados y colaboradores en todo el país, la oficina de Kiev se encarga de brindar toda la información posible sobre lo que acontece en Ucrania al resto del mundo. Además de las transmisiones radiales, cuentan con Facebook, en Twitter y en la variante rusa de Facebook, ВКонтакте (EnContacto). Han comenzado a publicar en Google+ y en Odnoklassniki (compañeros de clase), una red social creada en Rusia, muy popular entre los que fueron ciudadanos de la URSS.

La primera trasmisión en ucraniano de Radio Libertad se realizó el 16 de agosto de 1954, desde Munich, en la entonces República Federal Alemana. Desde 1995, por invitación del presidente de la República Checa, Vaclav Havel, la sede de Radio Europa Libre/Radio Libertad, se trasladó a Praga. El servicio ucraniano abrió en 1991 la corresponsalía en Kiev.

El impacto en la vida del informador

Notas de Bohdana Kostiuk

Bohdana Kostiuk afirma que los acontecimientos en el país han tenido un impacto profundo en la vida de cada ucraniano. No se le borra de los ojos la imagen de una señora, de unos 65 años, muy bien vestida, quien gritaba desesperadamente bajo el ataque con gases lacrimógenos de la unidad especial de la policía, Berkut. Le sangraba el rostro, y lloraba por los efectos del gas.

Ocurrió el martes 18 en la calle Institutska, donde Kostiuk buscaba información y veía desfilar a los manifestantes: jóvenes, personas mayores, residentes de Kiev, y de otras regiones del país, campesinos, empresarios que habían cerrado sus negocios. Toda la gama de la sociedad ucraniana protestando.

Las granadas con gases lacrimógenos estallaban a los pies de los manifestantes. Tuvo Bohdana que escoger entre recabar información o dar auxilio a la persona que pedía ayuda , bañada en sangre. Buscó agua, y le lavó la cara, intentando quitarle la sangre del rostro. Le limpió los ojos, que tenía muy cerrados y lacrimosos por el gas. Entonces otra granada estalló cerca de ellas. Ambas terminaron en llanto.

El residente de Kiev se ha transformado; ha tomado conciencia de su ciudad, de su seguridad, afirma Bohdana, y muestra la foto de un vecino que, con un bello ejemplar blanco de Husky Siberiano, patrulla las calles del vecindario para evitar ser víctimas de las pandillas que roban, queman y golpean a los ciudadanos.

Los titushki en la palestra pública


Un fenómeno a destacar en estos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales, es la aparición de elementos gangsteriles para reprimir a los manifestantes. Se les denomina titushki. Tanto Bohdana como Andrei Tkachuk, quien labora en Radio Libertad como administrador del sistema informativo, explican con precisión el significado y el uso que ha dado a estas bandas juveniles el régimen de Victor Yanukovich.

Andrei Tkachuk, en la redacción de RL

La palabra titushki ha pasado a engrosar el léxico universal. Se ha convertido en uno de los neologismos que con frecuencia llegan primero a las redacciones y después pasan a ser parte del vocabulario común. Estos cataclismos siempre generan aportes lingüísticos.

Los titushki son jóvenes robustos, casi todos con historial delictivo, que han practicado la lucha o el boxeo. Son reclutados por la policía para hacer labores de choque contra los manifestantes. Amparados por las autoridades, golpean a los opositores. Después se repliegan tras las filas de los policías y vuelven al ataque cuando sea necesario. Sus ataques han sido denunciados ampliamente por los medios de prensa, pues hasta los periodistas reciben golpes de estos simpatizantes del ex gobernante Yanukovich. Los titushki son remunerados con cierta cantidad de dinero por sus actividades, afirman los dos periodistas.

Son responsables los titushki de la disolución a golpes de varios mítines. Se dedican a gritar consignas contra los líderes antigubernamentales cuando estos hacen uso de la palabra, lanzan mercuro cromo (que en Ucrania es de color verde) contra los opositores o lanzan fuegos artificiales contra los manifestantes para dar la impresión que les disparan con armas de fuego. No solamente en Kiev, en otras ciudades del país los protegidos de las autoridades también lanzaron sus proyectiles de tinta verde contra los manifestantes. Para distinguirse se colocan cintas en uno de los brazos, se cubren el rostro y cuando van al ataque lo hacen lo mismo con una estaca de madera, un bate de béisbol o palo de golf, que con una barra de aluminio.

La denominación proviene del apellido de uno de los líderes de esos delincuentes, Vadim Titushko, quien en el verano del 2013 atacó a una periodista de un canal de televisión y a un fotógrafo. El incidente ocurrió ante la vista impasible de la policía, frente a la sede del Ministerio del Interior en Kiev. Debido a la resonancia del hecho, el agresor fue condenado primero a 3 años de cárcel, después se le cambió la condena por dos de probatoria. En diciembre del 2013 se le vería de nuevo en las calles de Kiev.

Protesta de BBG por ataque a informadores

Dimitri Barkar e Ihor Iskhakov

El 20 de enero del 2014, Igor Iskhakov, camarógrafo de Radio Libertad, se aprestaba junto con el reportero Dimitri Barkar a otra jornada de labores: cubrir las manifestaciones en el centro de la ciudad. Ambos fueron golpeados por los uniformados de Berkut. Recibieron bastonazos en la cabeza y el cuerpo. No les permitieron comunicarse con la redacción o con abogados, y les acusaron de ser parte de los actos violentos y provocar a la policía. De nada valieron las credenciales de prensa. Llovieron insultos y bastonazos, patadas con pesadas botas, relata Iskhakov. Los miembros de la Berkut sabían que eran periodistas, no manifestantes, asegura el camarógrafo.

Sobre la corrupción imperante en el país, el cansancio de la población por las promesas incumplidas, las pensiones sin pagar, los salarios retrasados y el opulento nivel de vida de los oligarcas, tiene Iskhakov mucho que contar. Cambio es la palabra que repite en el relato. Es la esperanza y el anhelo de los ucranianos.

Las heridas físicas todavía tienen sus secuelas, pero está feliz de ver cómo la nación se ha fortalecido, cómo el ucraniano ha salido a la calle a protestar sin dejarse doblegar por el frío, la nieve o el paso de los meses. Hoy no se arrepiente de la profesión que escogió, y que le permitió ser testigo de momentos históricos.

Jeff Shell, presidente de la Junta de Gobernadores de las Transmisiones (BBG), la entidad encargada de supervisar las trasmisiones de Estados Unidos al extranjero, y el presidente de RFE/RL, Kevin Klose, manifestaron en un comunicado su indignación "por los sangrientos ataques de la policía a decenas de periodistas en la capital ucraniana".

Inna Kuznezova

El portal digital del servicio ucraniano de Radio Libertad tuvo el 19 de febrero del 2014 1 millón 541,681 visitas, afirma orgullosa Inna Kuznezova, jefa del buró en Kiev. Las transmisiones en vivo desde la plaza cambiaron completamente la vitalidad del sitio digital. Unos meses atrás el sitio solo registraba unas 30 mil visitas diarias.

Inna remarca el papel de Radio Libertad en una sociedad donde la mayoría de los medios de prensa están en manos de uno u otro oligarca, de un partido político o una empresa estatal. La independencia de Radio Libertad para entrar en esas zonas tabúes donde otros medios no se atreven, o no pueden incursionar, hace la diferencia. “Radio Libertad ha venido enseñando estos años qué tipo de periodismo se debe hacer”, dice la experimentada periodista.

Antes de la programación del mediodía ya Inna ha visto los reportajes que preparan sus periodistas para el boletín meridiano, la lista de invitados para los programas del día, en qué lugares de la ciudad están los camarógrafos y que están filmando, qué noticias están fluyendo desde las regiones. Hace una evaluación para determinar las prioridades.

La ayuda urgente buscando un desaparecido

En medio de la conversación con Inna, aparecen en la redacción dos manifestantes. Uno de ellos no se quita el casco que le cubre el rostro. Interrumpen con firmeza, y exponen la preocupación por un compañero de protestas detenido hace días y cuyo arresto fue filmado y publicado por el sitio digital de Radio Libertad. Vienen interesados por ver el video. El desaparecido es un sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, de la diócesis de Dnipropetrovsk y Krivi Rij, en el centro de Ucrania. Varios periodistas comienzan a llamar a sus fuentes en las comisarías, a las organizaciones de defensa de derechos humanos, los policlínicos y hospitales, en busca de un sacerdote ortodoxo herido. Los dos manifestantes fraternizaron en las barricadas con el clérigo, quien estaba en las protestas desde el principio. Ayudaba en los servicios religiosos, convirtiéndose en padre espiritual de los participantes.

Oleksander Lacshenko entrevista al ex canciller Ogrizko

A la búsqueda del sacerdote se unen todos en la redacción, incluido el invitado al programa radial del mediodía, el ex canciller ucraniano Volodimir Ogrizko. El ex ministro estaba invitado al programa de Oleksander Lashenko. El tema, la recién apelación que hiciera Ogrizko a las naciones de Europa y Estados Unidos para detener la escalada de violencia. El mensaje fue publicado en el blog del diario Ukrainska Pravda el 18 de febrero y reproducido en la prensa local al día siguiente.

Cada cual hace gestiones. Y los dos manifestantes comparten sus impresiones de las últimas jornadas, las más sangrientas. Toman té caliente, ingieren galletas y dulces. Uno de ellos permanece con el rostro cubierto. Los dos temen por la vida del padre desaparecido. La prueba de la detención por parte de la policía es considerada una pieza clave en el reclamo por preservar la vida del cura.

La preocupación surgeporque se han dado casos de heridos que la policía ha detenido y después aparecen torturados o no aparecen, dice Inna. Una constante entre los manifestantes es que la policía no se lleve a los heridos. La peor de las variantes es que un opositor caiga en manos de los titushki.

Media hora después de haber llegado a la redacción y tras una decena de llamadas telefónicas, informan que en un hospital de las afueras de la ciudad está ingresado el cura ortodoxo. Aparecen lágrimas en los ojos de los dos manifestantes.Curtidos en los meses de protesta, con las manos negras como huella de los neumáticos de auto quemados, abrazan a todos los que participaron en la búsqueda.

El acontecer en la capital de Ucrania le recuerda un poco a Inna la novela “La guardia blanca” de Mijail Bulgakov, en la que la ciudad estaba inmersa en un cataclismo social, dividida en sectores que dominaban diferentes facciones políticas o militares. Y el caos de la noche, cuando asaltan a los transeúntes.

Los ciudadanos se han unido en grupos locales de autodefensa, especie de comités de barrio, para no permitir la presencia de los titushki, y evitar así la quema de autos, y el saqueo o destrucción de centros comerciales o pequeños negocios. Revisan los autos que entran en una calle determinada, los autobuses que transitan a altas horas de la noche. A los que detienen, no se molestan en llamar a la policía, les quitan los zapatos o los abrigos y los sacan de la barriada con una clara advertencia de que no intenten regresar, relata la periodista. Estos grupos de autodefensa locales coordinan sus actividades con otros similares en otros barrios y han sido más efectivos que la policía.

Han desarrollado mecanismos de comunicación individual, enviando mensajes de texto para coordinar las actividades, pasando las contraseñas para atravesar determinada zona. Tienen distintivos que les identifica con la zona donde residen y se han convertido en ciudadanos activos, reconoce la jefa del buro de Radio Libertad.

Recuerda con orgullo la primera entrevista a Ruslana, la cantante ucraniana que estuvo en numerosas ocasiones en la Plaza. Lo mismo cantaba el himno nacional o la canción premiada en Eurovisión en el 2004, que arengaba a las barricadas. En una ocasión perdió la voz en la tribuna de Maidan. Fue ella una de las primeras que en noviembre pidió a los ucranianos unirse en un solo lema: "Queremos estar en Europa". Y de la integración se pasó a exigir la renuncia de Yanukovich. El 27 de noviembre, durante la intervención en la plaza, Ruslana, que era entrevistada por Radio Libertad, mostró a los miles de asistentes la cámara que transmitía en directo a través de Internet, recuerda Inna emocionada.

En una comparación rápida la periodista recuerda que durante el conflicto en Macedonia, de enero a noviembre del 2001, fallecieron unos sesenta civiles. En Ucrania fueron cientos los fallecidos en tres días de enfrentamientos. Pero esa tragedia les hizo a todos convertirse en otros ucranianos, más consecuentes con el destino de su país, insiste Inna Kuznesova; y más preocupados por las metas que persiguen. Lo que ocurrió en Kiev nos unió a todos, tanto dentro del país, como en el extranjero, concluye.