¿Cómo ven los políticos cubanoamericanos el conflicto diplomático EEUU-Cuba?

  • Jorge P. Martínez

Los senadores cubanoamericanos Marco Rubio (i) y Bob Menéndez (d).

"Para que Cuba sea considerada parte genuina de la comunidad de naciones, primero debe demostrar un cambio de conducta a través de acciones verificables como lo es priorizar la seguridad del personal diplomático, y no solo enfocarse en retórica vacía. Cuba sigue siendo tan represiva hoy como siempre", dijo el senador Bob Menéndez.

El Departamento de Estado de Estados Unidos informó este viernes que disminuía el número de diplomáticos en Cuba en más de la mitad, por los recientes ataques contra el personal de su embajada y que suspendía las operaciones normales con visas.

El congresista estadounidense Mario Díaz-Balart (Distrito 25 de Florida) respaldó la política de Washington a través del siguiente comunicado de prensa:

"El régimen cubano tiene una larga historia de atacar y acosar al personal diplomático de los Estados Unidos. Debemos adoptar las medidas adecuadas para proteger a esos funcionarios y a los intereses de seguridad nacional estadounidenses.

La política de la administración anterior está demostrando una vez más que es un fracaso, y esta vez, es a expensas de la salud de los ciudadanos estadounidenses. Animo a la Administración Trump a evaluar si sería apropiado que otros agentes del régimen cubano sean declarados persona non grata. Los Estados Unidos no permitirán a Castro ni a sus matones atacar a nuestros diplomáticos.

También felicito a la Administración Trump por emitir una advertencia de viaje, alertando a nuestros ciudadanos de los peligros que enfrentan cuando viajan a Cuba".

También el senador estadounidense Bob Menéndez (D-N.J.), miembro del Comité de Relaciones del Senado expresó su opinión sobre el particular:

"La política exterior de nuestra nación siempre debe basarse en la creencia firme en el poder de nuestras políticas para avanzar al mundo hacia la democracia, la paz y la preservación de los derechos humanos. Pero como dije cuando se anunció la apertura de una embajada estadounidense en Cuba, EEUU nunca debería encontrarse en una posición en donde tenemos que comprometer nuestros principios básicos para recibir concesiones mínimas, y eso incluye tener que confiar en un régimen autoritario y engañoso cuando dice que son capaces de certificar la seguridad y protección total de todo el personal estadounidense.

Durante meses, de acuerdo a los reportes que hemos visto, el gobierno de Castro estuvo plenamente informado de estos ataques hacia diplomáticos estadounidenses y canadienses que comenzaron el año pasado. A pesar de sus responsabilidades y a pesar de insistir lo contrario, se negaron a tomar las medidas apropiadas para investigar, cooperar y, en última instancia, prevenir estos ataques en contra de nuestros diplomáticos.

Para que Cuba sea considerada parte genuina de la comunidad de naciones, primero debe demostrar un cambio de conducta a través de acciones verificables como lo es priorizar la seguridad del personal diplomático, y no solo enfocarse en retórica vacía.

Cuba sigue siendo tan represiva hoy como siempre y no podemos dejar que su desprecio por la seguridad humana afecte directamente a los estadounidenses que sirven en el extranjero. El gobierno de los Estados Unidos tiene el deber de ser franco, directo y enérgico en la defensa de nuestros funcionarios del Servicio Exterior y sus necesidades, y por mi parte, aplaudo esta última medida tomada por la Administración".

Este viernes, el senador estadounidense Marco Rubio (R-FL) exigió firmeza al Departamento de Estado ante la crisis diplomática con Cuba.

"A la luz de estos dañinos ataques contra el personal diplomático estadounidense en Cuba, es débil, inaceptable e indignante que el Departamento de Estado de los Estados Unidos permita a Raúl Castro mantener como él quiera a muchos de sus agentes en los Estados Unidos.

El gobierno cubano ha incumplido las obligaciones que le imponen los tratados internacionales de mantener a los diplomáticos extranjeros a salvo en su territorio. La idea de que Cuba no sabe nada acerca de cómo se produjeron estos ataques y quién los perpetró es absurda.

El Departamento de Estado debe llevar a cabo su propia investigación independiente del régimen de Castro y presentar un informe completo al Congreso.

Hasta que los responsables de estos ataques sean llevados ante la justicia, los Estados Unidos deben expulsar inmediatamente a un número igual de agentes cubanos, degradar la embajada estadounidense en La Habana a una Sección de Intereses y considerar la posibilidad de rescatar a Cuba como patrocinador estatal del terrorismo".

El congresista de Estados Unidos Carlos Curbelo (FL-26) señaló:

"Retirar personal de la embajada es un primer paso lógico para mantener a nuestros diplomáticos a salvo, pero hay que hacer más para que la dictadura cubana sea responsable. Los cambios en las políticas de visados deberían centrarse en negar la entrada a EEUU a funcionarios del Gobierno cubano y a aquellos que a través de sus acciones refuerzan la dictadura, no todos los días los cubanos tratan de visitar a sus familias".