Kansas City aunó un repunte de su ofensiva, en el octavo inning, con el buen trabajo de su bull pen, y derrotó 5x3 a Mets de Nueva York --en el parque de la Gran Manzana-- para colocarse a un paso de ganar la Serie Mundial de béisbol de las Grandes Ligas.
Los neoyorquinos, con dos jonrones solitarios de Michael Conforto, iban delante en la pizarra, 3x2 y con la esperanza de igualar el clásico de octubre a dos triunfos por bando. Pero la debacle dijo presente a solo cinco outs de tender a sus pies a los Reales.
Tyler Clippard, sexto anfitrión en el box, dominó a Alcides Escobar aunque a seguidas concedió boletos a Ben Zobrist y Lorenzo Caín. Entonces Jeurys Familia se hizo cargo del pitcheo, pero el camarero Daniel Murphy erró una pelota bateada por Eric Hosmer (Zobrist llegó a la goma con el empate), dejando la escena lista para los hits impulsores de Mike Moustakas y Salvador Pérez, ambos por el ala derecha para las anotaciones 4 y 5 de Kansas.
Steve Matz y Chris Young fueron los abridores del pleito, los dos saltaron del montículo arrastrando dos anotaciones en su contra, pero a Young le pegaron solo dos hits, incluido el primer bambinazo de Conforto. Al joven Matz los Reales le encajaron siete imparables.
En medio del desfile de apagafuegos --cinco por Mets, cuatro por Kansas-- los huéspedes llevaron la mejor parte. Luke Hochevar y Ryan Madson, cada cual en faena de un episodio, así como Wade Davis --lanzó el octavo y el noveno-- conjuraron la ofensiva de Nueva York en la noche de Halloween.
Madson logró el crédito, con juego salvado para Davis; el revés fue a la cuenta de Clippard, víctima de su descontrol y del insuficiente relevo de Familia.
En cuanto a los cubanos, Kendrys Morales, de emergente cuando su equipo iba debajo, ligó un sencillo. Yoenis Céspedes acumuló un sencillo y dos ponches en cuatro viajes al cajón.
Los Reales (3-1) tratarán de coronarse esta noche ante Mets (1-3) en el Citi Field, 30 años después de su último título en las Mayores. Edison Volquez, quien viajó brevemente a República Dominicana por el deceso de su padre, será el abridor y rival de Matt Harvey, el hombre que tal vez sea depositario de la última esperanza de Nueva York.