Raúl Castro ha permanecido casi once años al frente de Cuba y aunque ha introducido en ese tiempo muchas más reformas que su hermano Fidel en 46 años, los cambios económicos que inició en septiembre de 2010 “no han puesto a Cuba en el camino del desarrollo”, lamentó el jueves durante la reunión anual de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana (ASCE) el economista Omar Everleny Pérez Villanueva.
El experto, que fue despedido el año pasado del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana, por divulgar supuestamente información no autorizada, restó importancia al crecimiento de un 1,1 por ciento en el primer semestre de este año reportado por el ministro de Economía, Ricardo Cabrisas, en la primera sesión anual de la Asamblea Nacional. El 2016 cerró con una contracción de -0,9 %.
Para Pérez el crecimiento se ciñe a incrementos en el turismo y la zafra azucarera, pero “no significa nada” considerando un descenso de 27 por ciento en las exportaciones, inversiones insuficientes, un alto déficit en la balanza comercial y un déficit fiscal creciente que llegará este año a 12 por ciento del Producto Interno Bruto. Comparativamente, el déficit fiscal medio se incrementó en América del Sur de 3.6% del PIB en el 2015 al 4% en el 2016 según datos de la CEPAL.
Aunque descartó una recaída en los rigores del “período especial” postsoviético, cuando el PIB de Cuba se contrajo en más de 35%, el especialista se refirió al “gran impacto” que tendría un cambio político radical en Venezuela, principal socio comercial y proveedor de petróleo de Cuba a precios subsidiados, y un factor clave en la mayor fuente de ingresos en divisas del país, la exportación de servicios profesionales.
Pero Pérez se enfocó en la necesidad imperiosa de agilizar los cambios internos, preguntándose cuánto más esperarán las autoridades cubanas para descentralizar las decisiones, aprobar casi 400 proyectos de inversión extranjera presentados y, sobre todo, dar un impulso al sector privado, tipificado por micronegocios en poco más de 200 categorías que no requieren fuerza de trabajo calificada.
Un colega de Pérez, el prestigioso economista de la Universidad de Pittsburgh Carmelo Mesa-Lago, dudó que ello vaya a ocurrir antes de que Castro ceda el poder a un sucesor en febrero de 2018.
“[A Castro] le quedan siete meses en el poder y nadie cree que va a hacer la reunificación de la moneda ni que se dé una expansión mayor de los cuentapropistas en la esfera privada”, aseguró Mesa-Lago, citado por el corresponsal en Miami del diario independiente cubano 14ymedio. “Están dando largas a la reforma que debieron hacer desde hace mucho rato”.
Los documentos programáticos recién ratificados por la Asamblea Nacional tampoco auguran un crecimiento significativo del agobiado pero exitoso sector privado. “Cuba es el único país del mundo que persigue la riqueza y no la pobreza”, comentó Pérez, citado por El Nuevo Herald, evocando dichos documentos rectores del Partido Comunista y del Gobierno que prohíben a los cubanos acumular riqueza y/o propiedades.
Economistas encuestados en marzo por el sitio independiente Cuba Posible resaltaron la necesidad de inversión extranjera para romper el círculo vicioso de la economía, estimando que el país necesita un aporte exterior de entre 2.000 y 4.000 millones de dólares anuales para alcanzar crecimientos sostenibles del Producto Interno Bruto (PIB) superiores al 5 por ciento.
Mesa-Lago, un especialista en seguridad social, se refirió por otra parte al aumento de la pobreza en la isla, condicionado por una reducción del 8 % en el gasto social desde 2007 y el bajo poder adquisitivo de los cubanos, con pensiones y salarios medios que equivalen en términos reales al 50% y el 60% de los de 1989 respectivamente.
“Los pensionados son uno de los grupos más vulnerables” en Cuba, subrayó. “Nadie puede vivir con el salario medio o una pensión. O recibes remesas o tienes que ´resolver´, o sea robar al estado, o tienes que trabajar en el sector privado”, apuntó Mesa-Lago, citado por el Herald.
El profesor emérito de Pittsburgh volvió a alertar sobre la “bomba de tiempo” que se cierne sobre la sociedad cubana con el creciente envejecimiento de la población y la reducción de la fuerza laboral.
“Cuba vive un rápido envejecimiento poblacional. Es ya la nación más envejecida del continente”, explicó Mesa-Lago. Además, el país ha visto caer por segundo año consecutivo el número de personas laboralmente activas. Este fenómeno se acelerará en un futuro cercano y es especialmente peligroso porque sobre ese segmento de la población se sostienen los gastos sociales para los ancianos y los niños”, dijo el catedrático, citado por 14ymedio.
Hoy continúan sesionando los paneles de ASCE sobre los siguientes temas: Inversión extranjera en Cuba, leyes, política y aspectos prácticos; El sector inmobiliario; Coordinando los principios legales de EE.UU. y Cuba para resolver las reclamaciones sobre propiedades y daños; La economía del agua en Cuba; y Las relaciones económicas Cuba-EE.UU. Vea aquí el programa completo en inglés.
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[Con información de El Nuevo Herald y 14ymedio]