A mediados de mayo, las autoridades penitenciarias revocaron el régimen de menor severidad al manifestante del 11J Orlando Juan Lemes Despaigne y lo regresaron a uno de mayor rigor en la prisión de Mar Verde.
La regresión tuvo por supuesta causa la violación de las regulaciones establecidas en el correccional con internamiento Junco 8, donde extinguía su sentencia de seis años de privación de libertad por asistir a las protestas del 11 de julio en la ciudad de Contramaestre, provincia Santiago de Cuba.
“Ellos [los mandos del penal] dicen que él tenía 36 paquetes de refresco, y que esa cantidad no se podía tener.... Según ellos, eso era para vender, y se lo quitaron, le quitaron todo lo que tenía de comer, y se lo llevaron para allá [para la cárcel Mar Verde] otra vez”, lamentó su esposa, Dayane Murada Blanco.
“Le hicieron una requisa, a él solo, y fue cuando le detectaron los refrescos en polvo y seis mil pesos que tenía porque, cuando salió de pase, no pudo llevar comida para la cárcel”, agregó.
Lee también Dos presos del 11J reclaman atención médica“Yo fui a reclamar lo que le quitaron y me dijeron que eso fue destruido, y los seis mil pesos entregados al MININT [Ministerio del Interior], pero eso yo sé que todo eso es mentira”, aseguró.
De acuerdo con la Ley de Ejecución Penal, la progresión en régimen depende de la conducta mantenida por el recluso en su tránsito por el establecimiento penitenciario, y su vinculación a actividades políticas.
Abogados independientes afirman que, aunque el tribunal de ejecución penal es el que debe otorgar los “beneficios” a los reclusos, son los funcionarios del Ministerio del Interior (MININT) los que determinan el tránsito de un régimen de mayor a menor rigor, los castigos o cualquier tipo de excarcelación anticipada prevista en la legislación penal.
Lemes Despaigne es parte del grupo de 14 participantes en las demostraciones populares del 2021, que fueron juzgados el 13 de diciembre de ese mismo año y recibieron penas de entre cuatro y 15 años de privación de libertad.
Detenido cuando contaba con 31 años, el preso político tiene dos niñas: una de tres meses y otra a punto de cumplir los ocho.
Con la revocación a un régimen más severo, Lemes Despaigne perdió el derecho de pasar breves estancias en su hogar junto a sus hijas y su esposa, así como la posibilidad del trabajo remunerado en un establecimiento abierto.