Regreso a Ítaca : la Cuba fosilizada que filmó Laurent Cantet

  • Agencias

El cineasta francés Laurent Cantet (d) y el escritor cubano Leonardo Padura en La Habana, durante el rodaje de su más reciente película (diciembre, 2013).

Para su filme Laurent Cantet eligió situar la acción en una sola noche, en un lugar único: una terraza con vista al mar, por donde tantos cubanos escaparon al exilio. Matan un cerdo hay un partido de fútbol, una disputa conyugal... reseña AFP.

El director de cine francés Laurent Cantet, autor de Regreso a Ítaca que cosechó premios en Biarritz y Venecia, dijo en París que su filme buscó ser una introspección serena de los cubanos sobre su propio país.

La película "llega en un momento en que Cuba quiere reflexionar sobre su historia reciente, y en un momento en que podíamos hacerlo", dijo el director en una entrevista con AFP antes del estreno en Francia previsto el 3 de diciembre.

En la terraza de una azotea con vistas a La Habana, cinco amigos festejan el regreso de uno de ellos tras 16 años de exilio en España.

Retrato de una generación confrontada a las contradicciones de la historia, Regreso a Ítaca conmueve al tocar temas universales: la fuerza de la amistad y la vida tras la pérdida de las ilusiones, entre desencanto y fidelidad a la revolución.

Tania, Eddy, Rafa, Amadeo y Aldo se conocieron como estudiantes en los años 70, cuando aún creían en el milagro de la revolución cubana. Cuarenta años más tarde, reunidos para recibir a Amadeo, afloran recuerdos, arrepentimientos, rencores y confesiones.

Para filmar esa introspección, Laurent Cantet eligió situar la acción en una sola noche, en un lugar único: una terraza con vista al mar, por donde tantos cubanos escaparon al exilio, y del otro los tejados de La Habana, desde donde llegan los ruidos de la ciudad que acompañan este reencuentro de cinco amigos. Un cerdo que matan, un partido de fútbol, una disputa conyugal...

Lejos de ahogar al filme, esa unidad de lugar y de tiempo por el contrario acerca más al espectador a los cinco personajes.

Interpretada por Jorge Perugorría, Isabel Santos, Néstor Jiménez, Fernando Hechavarría y Pedro Julio Díaz, "la especificidad de la historia imponía elegir actores cubanos, que en realidad están contando un poco de su propia historia", dijo el cineasta.

Llenos de ideales, los cinco amigos padecieron de lleno los estragos del "período especial" a principios de los 90, cuando la isla se hundió lentamente en la pobreza tras el desmoronamiento de la Unión Soviética, el fin de la ayuda del poderoso aliado soviético y el endurecimiento del régimen. Uno de ellos escapó, el otro vio irse a sus hijos y un tercero dejó de pintar.

17 días para rodar en Cuba

"Presentamos el guión, escrito con el novelista Leonardo Padura, que vive allá, y fue aceptado tal cual", indica el realizador.

La idea de la película basada en La novela de mi vida de Padura nació a partir de una de las numerosas estadías del director en Cuba estos últimos años y de "conversaciones con gente que creyó en la revolución". "Al llegar a la edad en que hubiesen podido aspirar a ejercer una influencia sobre la conducción del país, llegó el período especial y el poder se fosilizó. Muchos cubanos se sintieron despojados".

No se trató de juzgar al régimen cubano de la época, "sino de dar la palabra a los cubanos", insiste el realizador. Más allá del argumento particular de su historia, Laurent Cantet explora temas universales: la fuerza del grupo y de la amistad, las ilusiones perdidas, un tema ya presente en "Entre los muros", distribuida con el título "La clase" en España, palma de Oro en Cannes en 2008.

"Los ideales han desaparecido, salvo para Aldo, que pide a sus amigos que lo dejen seguir creyendo", explica Cantet. "Yo también tengo la impresión de haber tenido alguna vez ideales más poderosos que los que actualmente tengo", agregó.

Los grandes sueños desaparecieron, la realidad dejó heridas crueles a los protagonistas, pero la película es asombrosamente serena. Gracias sobre todo a la amistad que resiste y a la superación de los miedos, que permiten seguir viviendo.

"Regreso a Ítaca" recibió este año el Premio Abrazo, principal galardón del 23º Festival de Biarritz, y el Premio al Mejor Filme de la sección independiente Jornada de los Autores de la 71ª edición del Festival de Cine de Venecia.