El Reino Unido criticó este jueves la descalificación por parte de China de cuatro miembros prodemocráticos del Consejo Legislativo de Hong Kong, LegCo, diciendo que el país está violando un tratado de 1984 que promete proteger las libertades de la ciudad.
"La imposición de Beijing de nuevas reglas para descalificar a los legisladores electos en Hong Kong constituye una clara violación de la Declaración Conjunta Chino-Británica legalmente vinculante", dijo el secretario de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, en un comunicado.
"China ha roto una vez más sus promesas y ha socavado el alto grado de autonomía de Hong Kong".
Raab declaró que el Reino Unido apoyará a sus aliados para responsabilizar a Pekín de múltiples violaciones del tratado registrado en la ONU que rige la entrega de Hong Kong al gobierno chino en 1997.
"Esta es la tercera vez desde 1997 que China ha violado la Declaración Conjunta legalmente vinculante", dijo Raab.
El primero fue con el arresto transfronterizo del librero de Hong Kong y Lee Bo, ciudadano del Reino Unido, mientras que el segundo fue en junio de 2020 cuando Beijing introdujo una ley de seguridad nacional draconiana que penaliza la disidencia y la crítica pacífica a las autoridades.
"El Reino Unido defenderá al pueblo de Hong Kong y denunciará las violaciones de sus derechos y libertades", dijo Raab y agregó que las nuevas reglas para la descalificación utilizan criterios vagos abiertos a una interpretación amplia.
Benedict Rogers, director ejecutivo del grupo de derechos humanos Hong Kong Watch, con sede en el Reino Unido, dijo que era un "día oscuro" para la democracia en Hong Kong.
"La medida de Beijing para descalificar a cuatro legisladores pro democracia y la aprobación de una resolución que eliminaría las voces pro democracia del Consejo Legislativo ... convertirá a la legislatura de Hong Kong en poco más que un sello de goma compuesto por acólitos pro-Beijing, completamente poco representativo de la gente de Hong Kong ", dijo Rogers en un comunicado en el sitio web del grupo.
El periódico español El País publicó este jueves que nada “frena los propósitos de Pekín. La antigua colonia británica de Hong Kong se halla en una pendiente que la conduce a igualarse a toda velocidad con el conjunto de China en cuanto a democracia parlamentaria, división de poderes, pluralismo político y Estado de derecho. Es decir, nada. La fórmula imaginativa de los tiempos de Deng Xiaoping, que concebía un único país con dos sistemas, se ha convertido en una cáscara vacía, que saltó por los aires con la aprobación en verano de la ley de seguridad nacional por un organismo del régimen ajeno al sistema democrático hongkonés”.
Con un adelanto de 27 años con respecto a la fecha acordada entre Londres y Pekín para la plena soberanía china sobre la antigua colonia, el régimen de Xi Jinping ha puesto en marcha un mecanismo que ha permitido instalar la policía del régimen en Hong Kong, crear un organismo de seguridad fuera del control parlamentario, detener e imputar a los disidentes, censurar medios de comunicación y, finalmente, destituir diputados. Aunque su objetivo declarado es combatir el secesionismo y la confabulación con potencias extranjeras, el espectro de conductas que contempla da carta blanca a la apisonadora comunista para liquidar el entero régimen de libertades del que todavía gozaban los hongkoneses.