El relator Especial de Naciones Unidas sobre las Formas Contemporáneas de la Esclavitud, Tomoya Obokata, adoptó un informe de la organización independiente Prisoners Defenders sobre el uso de trabajo forzoso en las cárceles de Cuba.
El relator “ha condenado el trabajo forzoso impuesto en prisión a los presos políticos y de conciencia en Cuba", aseguró este miércoles a Martí Noticias el presidente de la organización, Javier Larrondo.
"La existencia de leyes y reglamentos nacionales que permiten el trabajo obligatorio por expresar opiniones políticas o participar en huelgas también sigue siendo motivo de preocupación en Cuba”, agregó Larrondo, citando el documento de ONU.
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El presidente de la ONG explicó que la denuncia de Prisiones Defenders, adoptada por el relator especial, expone los ejemplos de una pequeña muestra de los miles de presos que son sometidos a trabajos forzosos estando en prisión.
También revela una preocupante desconexión entre la normativa legal y la cruel realidad vivida por los reclusos, especialmente dolorosa cuando se trata de presos de conciencia y políticos, dijo el activista radicado en Madrid.
“La producción de carbón vegetal de marabú y el corte de caña de la zafra azucarera son dos de los principales trabajos forzosos a los que son sometidos los prisioneros políticos en Cuba”, apuntó.
El trabajo forzoso en las cárceles cubanas ha sido denunciado también por otras organizaciones como el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, que presentó una denuncia formal ante el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas.
En el documento, detallan que los presos están sometidos a trabajo forzoso con propósitos comerciales de producción, específicamente en la elaboración de carbón vegetal.
La Comisión Europea reportó que, en 2022, recibió madera, carbón vegetal y corcho desde la isla.
En Cuba hay al menos 90.000 prisioneros, según el más reciente informe de World Prison Brief (WPB), una base de datos en línea sobre los sistemas penitenciarios de todo el mundo.