La situación se agrava para vecinos de la calle Leonor entre Carvajal y Lindero, en el municipio Cerro, La Habana, por el suministro continuo de agua potable con altos niveles de cloro.
Durante al menos seis meses, los residentes han enfrentado serias consecuencias para la salud y daños a sus pertenencias a causa de esta problemática, la cual también está afectando sus actividades diarias.
Geise, una vecina afectada, expresó su frustración a Martí Noticias ante la persistencia del problema.
“Siguen llegando igual, con una cantidad de cloro horrible. Mira cómo estoy que no puedo ni hablar. Los vecinos, todo el mundo está protestando porque sigue igual, una cantidad de cloro que para qué”.
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Según Geise, para poder usar el agua en el hogar tiene que depositarla en un tanque y dejar que el cloro se asiente en el fondo, tal y como les recomendó un empleado de la empresa estatal Aguas de La Habana que los visitó tras quejas posteadas en redes sociales y denuncias anteriores a nuestra redacción.
“Desde que tú llamaste, que vinieron ellos, estuvimos 3 días sin cloro, y a los 3 días volvió el cloro a todo lo que da. El que vino, que cogió la toma de agua y nos dijo eso, no lo pueden consumir así, él es inspector de Aguas de La Habana”, detalló la residente en la comunidad afectada.
Otro habitante en el lugar, quien prefirió mantenerse en el anonimato, señaló las graves consecuencias para la salud que están experimentando los residentes de la zona, incluyendo hinchazón en los pies y dificultades respiratorias, especialmente aquellos con condiciones médicas preexistentes.
La exposición a niveles bajos de cloro puede producir irritación de la nariz, la garganta y los ojos. La exposición a niveles más altos puede producir tos y alteraciones del ritmo respiratorio y daño de los pulmones, según la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades de los Estados Unidos. La entidad de salud pública federal refiere además que beber cantidades pequeñas de soluciones de hipoclorito (menos de una taza) puede producir irritación del esófago, mientras que soluciones concentradas puede producir daño grave de la parte superior del tubo digestivo y hasta la muerte.
Una de las afectada, identificada como Made, mencionó que el exceso de cloro está provocando decoloración en su ropa cada vez que lava, lo que refleja el impacto de este problema en la vida diaria de los residentes.
“Fíjate que me dice mi hijo: 'este short, que era carmelita, está rosado". Le dije que cuando estaba lavando estaba el agua con el cloro”.
Mientras, otros residentes en el municipio capitalino enfrentan el desafío de las tuberías de agua potable con salideros.
Según Alexis Acosta Cruz, vicepresidente del grupo empresarial OSDE, Agua y Saneamiento, el país enfrenta entre 2,500 y 3,000 mil salideros, un problema que afecta a vecinos de Atocha entre Calzada de Palatino y Zaragoza, también en el municipio Cerro, donde un salidero que data de casi un año se agravó desde hace un mes, provocando un hoyo de varios metros de longitud que, según publicaciones de Facebook, es una "piscina" natural, algo que fue tema de un reporte de Martí Noticias.
Bertha, una residente de la zona, informó que el salidero fue reparado este martes.
Berta señaló, además, la existencia de otro salidero cercano que sigue sin ser atendido por las autoridades competentes.
“En Zaragoza y Atocha hay un tubo que está reventado ahí, que esa agua corre para allí para el hueco. Ellos no han puesto señalamiento ninguno”, explicó la mujer.