El hijo que tuvieron en 2007 el presidente de Bolivia, Evo Morales, y la empresaria Gabriela Zapata está vivo, confirmó una de las abogadas de la expareja del mandatario, investigada por supuesto enriquecimiento ilícito, publica este domingo el diario boliviano El Deber.
"El hijo está perfectamente bien, sí (está bien). Nos reservamos la información de dónde vive él. Es un derecho muy personal de la señora Zapata, el cual no puedo violentar", dijo la abogada Ángela Burgoa a ese rotativo de Santa Cruz.
Según la jurista, "era un secreto a voces" que el niño no había muerto e indicó desconocer si el mandatario "cumplía con la asistencia familiar" correspondiente.
"No voy a emitir juicios a priori, respeto lo que haya dicho o haya dejado de decir el presidente. Allá el presidente y su conciencia", agregó.
Morales habló sobre la supuesta muerte del menor a principios de mes presionado por las revelaciones hechas por un periodista sobre su relación con Zapata.
El mandatario se ratificó varias veces en esa versión durante la campaña para el referendo constitucional del pasado domingo, en el que la mayoría de los bolivianos rechazó su intento de buscar un cuarto mandato postulando a los comicios de 2019.
No obstante, una tía de Zapata, Pilar Guzmán, reveló el sábado que el niño está vivo, que tiene entre ocho y nueve años y que se encuentra en La Paz.
La ministra de Transparencia y Lucha contra la Corrupción, Lenny Valdivia, aseguró en la noche del sábado que las autoridades se han "sorprendido" con esas afirmaciones, ya que, según dijo, Zapata le había dicho al mandatario que su hijo falleció.
"El presidente Evo Morales Ayma ha señalado que el año 2007 reconoció a un niño que fue procreado con la señora Gabriela Zapata Montaño, pero que este niño se enfermó y que luego a él se le comunicó que este niño lamentablemente había fallecido", sostuvo.
Según Valdivia, si el niño está vivo, Zapata "le mintió al presidente Morales respecto al fallecimiento" y si el menor falleció, la mujer "le está mintiendo al pueblo boliviano" para desviar la atención sobre las denuncias por supuestas corrupción por las que fue detenida el viernes.
Zapata comparecerá en las próximas horas ante un juez cautelar, dentro de una acusación que le hizo el Gobierno por los supuestos delitos de legitimación de ganancias ilícitas, enriquecimiento ilícito de particulares con afectación al Estado y complicidad en el uso indebido de influencias.
En la acusación están incluidos dos funcionarios del Ministerio de la Presidencia.
La detenida fue hasta hace una semana gerente comercial en Bolivia de la empresa china CAMC Engineering (Camce), que en los últimos años firmó contratos con el Ejecutivo boliviano por un total de 566 millones de dólares, la mayoría por invitación directa tras haberse descartado licitaciones.
La relación de Zapata con Morales y los contratos de Camce con el Estado derivaron en una denuncia del periodista Carlos Valverde sobre un supuesto tráfico de influencias, que el mandatario y su exnovia han negado.
El gobernante pidió investigar los procesos de contratación de Camce a la Contraloría General del Estado, dirigida por un oficialista, y al Parlamento, en el que su partido tiene la mayoría.
El Ejecutivo también rescindió uno de los contratos que tenía con Camce y cobró unas garantías bancarias por 22,8 millones de dólares por el incumplimiento de la obra y decidió excluir a la empresa china de futuras licitaciones en los próximos tres años.
Según la abogada de la expareja del mandatario boliviano "era un secreto a voces" que el niño no había muerto, e indicó desconocer si Morales "cumplía con la asistencia familiar" correspondiente.