El congreso de EEUU daría una importante ayuda para la reconstrucción de Cuba, pero el pueblo tiene que tener acceso a ella, dijo Lincoln Díaz-Balart en entrevista a martinoticias.com.
El Instituto La Rosa Blanca, con sede en Miami, apuesta por la resurrección de Cuba como un nuevo país, y en términos históricos y constitucionales, por una Segunda República, así lo expuso Lincoln Díaz-Balart, presidente del instituto en entrevista con martinoticias.com.
"Es un “think-tank” enfocado en el día después, en la reconstrucción y en la cooperación y colaboración con las fuerzas de la oposición y disidencia en Cuba", explicó el ex congresista republicano y recordó que recientemente el instituto acaba de respaldar tres importantes proyectos dentro de Cuba que buscan ser diseminados y firmados entre los cubanos: La Demanda Ciudadana por Otra Cuba, promovida por Antonio Rodiles; El Proyecto Emilia, del Dr. Oscar Elías Biscet y El Camino del Pueblo del Movimiento Cristiano Liberación.
Diaz-Balart aclaró que también apoyan otros grupos de oposición o activismo cívico dentro de Cuba, como el movimiento Damas de Blanco, Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), el Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil Orlando Zapata Tamayo, que lidera Jorge Luis García-Pérez “Antúnez”, porque el contacto con la oposición es un planteamiento permanente de La Rosa Blanca.
Para el ex congresista conocer a opositores, disidentes y activistas de la sociedad civil cubana que han visitado en los últimos meses a los Estados Unidos “ha sido una de las más gratas y emocionantes experiencias" de su vida. “Es como si nunca nos hubiéramos separado, como si nos hubieramos criado juntos”, dice el político, quien estuvo de 1986 a 1992 en el congreso estatal floridano en Tallahassee.
Para la Rosa Blanca el futuro de Cuba pasa por la creación de una Segunda República que no arrastre los errores de la primera, en la que incluye la llamada anti-Cuba, como llama el ex congresista al periodo posterior a 1959. Esa Segunda República es el resucitar de la nueva Cuba.
El político comentó la obra España inteligible. Razón histórica de las Españas, del historiador y filósofo español Julián Marías Aguilera, en la que se asegura que cada proceso de resucitación es diferente pues no se resucita a lo mismo. "Cuba lo hará en una Segunda República, mejor que la primera", dice Díaz-Balart.
En esa Segunda República “tenemos que hacer todo lo posible porque el pueblo de Cuba tenga acceso al financiamiento y una de las ideas claves del Instituto es que la ayuda internacional o por lo menos una parte significativa, estén disponibles para que los cubanos puedan tener acceso al empoderamiento económico. A la creación de medianas y pequeñas empresas le urge la creación de un Banco de Fomento de la Pequeña y Mediana Empresa y recrear el BANDES (Banco de Desarrollo Económico Social) y el BANFAIC (Banco de Fomento Agrícola e Industrial de Cuba".
El congreso estadounidense está dispuesto a dar una importante ayuda para la reconstrucción de Cuba, pero el pueblo tiene que tener acceso a ella, afirma Díaz-Balart.
La Cuba del futuro no puede ser similar a la que nació a inicio del siglo XX en la que los independentistas cubanos quedaron sin poder económico y limitados solo a la política nacional.
"Los cubanos de ahora, a diferencia de los luchadores independentistas, deben tener el poder económico y político para crear un nuevo país. Los trabajadores de esas empresas cubanas tienen que ser accionistas de ellas para que sea un país de propietarios, no de proletarios".
Como político de la Florida, primero como representante estatal hasta 1989 y luego hasta 1992 como senador, valora que la legislatura estatal se parece en muchas formas al Congreso federal, aunque a su parecer “la diferencia principal entre ambos es que el Congreso federal en Estados Unidos trata continuamente con temas que son de interés e importancia no solo para toda la nación estadounidense, sino para el mundo entero”. Y esa “especial intensidad en Washington” no existe en la capital floridana.
Su experiencia legislativa le lleva a exponer un tema que considera crucial para el futuro de la Isla. La necesidad de un Congreso que fiscalice al ejecutivo, pues esas ayudas que recibirá Cuba, tienen que ser fuentes del enriquecimiento nacional, y no deben de estar expuestas a la corrupción. Y más que una Asamblea Constituyente, la naciente república necesita de un Congreso Constituyente, insiste el ex legislador.
El nacimiento de La Rosa Blanca, como organización, data de enero de 1959 cuando su padre Rafael Diaz-Balart (1926-2005) organizó una protesta en Washington D.C. para denunciar los fusilamientos que comenzaban en Cuba en ese mes. Desde entonces La Rosa Blanca ha denunciado los atropellos contra los cubanos sin hacer distinción entre ellos.
En Cuba: Intra-Historia. Una Lucha Sin Tregua, las memorias de Rafael Diaz-Balart publicadas en el 2006, queda parte de su pensamiento y el proyecto de programa de La Rosa Blanca. En Estados Unidos, a inicios de la década de los sesenta, la institución fue obligada por las autoridades estadounidenses a inscribirse como “agente extranjero” aunque Rafael Diaz-Balart le explicó a las autoridades de Estados Unidos que le parecía ilógico el pedido, pues la Rosa Blanca luchaba contra el régimen de Castro y no podía representar a un gobierno contra el que luchaba. En la planilla de inscripción, por requisito del gobierno de Estados Unidos, Diaz-Balart escribió "agente de La Rosa Blanca dentro de Cuba", y que representaban a "everybody, a todo el pueblo", recuerda el hijo del fundador.
De su paso por Congreso federal en Washington entre 1993 y el 2011, recuerda con afecto dos momentos importantes en los que tuvo participación personal. cuando en marzo de 1996 logró “codificar (convertir en ley) todos los decretos presidenciales que hasta ese momento componían el embargo de Estados Unidos contra el régimen cubano, y exigir, también por ley, que esté genuinamente encaminada una transición democrática en Cuba antes que el Presidente de Estados Unidos pueda normalizar las relaciones económicas de Estados Unidos con Cuba”; y cuando en octubre de 1997 logró "la aprobación de la ley conocida por sus siglas en inglés como NACARA, que salvó de la deportación a cientos de miles de inmigrantes en Estados Unidos y les otorgó la residencia permanente”.
Diaz-Balart, nacido en La Habana en 1954, ha venido por años participando en las labores de la Comunidad de Democracias, una agrupación intergubernamental creada en el 2000 a iniciativa de la entonces Secretaria de Estado, Madeleine Albright y su colega el canciller polaco Bronislav Gemerek. El objetivo primordial de esta es fortalecer la democracia en todo el mundo mediante el apoyo a las democracias emergentes y la sociedad civil. Como miembro del Foro Parlamentario de esa comunidad, el ex legislador estadounidense visitó varios de los países del ex bloque socialista en Europa del Este, viendo los procesos democráticos en esas naciones y explicando la situación de los derechos humanos en Cuba.
"Es un “think-tank” enfocado en el día después, en la reconstrucción y en la cooperación y colaboración con las fuerzas de la oposición y disidencia en Cuba", explicó el ex congresista republicano y recordó que recientemente el instituto acaba de respaldar tres importantes proyectos dentro de Cuba que buscan ser diseminados y firmados entre los cubanos: La Demanda Ciudadana por Otra Cuba, promovida por Antonio Rodiles; El Proyecto Emilia, del Dr. Oscar Elías Biscet y El Camino del Pueblo del Movimiento Cristiano Liberación.
Diaz-Balart aclaró que también apoyan otros grupos de oposición o activismo cívico dentro de Cuba, como el movimiento Damas de Blanco, Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), el Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil Orlando Zapata Tamayo, que lidera Jorge Luis García-Pérez “Antúnez”, porque el contacto con la oposición es un planteamiento permanente de La Rosa Blanca.
Para la Rosa Blanca el futuro de Cuba pasa por la creación de una Segunda República que no arrastre los errores de la primera, en la que incluye la llamada anti-Cuba, como llama el ex congresista al periodo posterior a 1959. Esa Segunda República es el resucitar de la nueva Cuba.
El político comentó la obra España inteligible. Razón histórica de las Españas, del historiador y filósofo español Julián Marías Aguilera, en la que se asegura que cada proceso de resucitación es diferente pues no se resucita a lo mismo. "Cuba lo hará en una Segunda República, mejor que la primera", dice Díaz-Balart.
El congreso estadounidense está dispuesto a dar una importante ayuda para la reconstrucción de Cuba, pero el pueblo tiene que tener acceso a ella, afirma Díaz-Balart.
La Cuba del futuro no puede ser similar a la que nació a inicio del siglo XX en la que los independentistas cubanos quedaron sin poder económico y limitados solo a la política nacional.
"Los cubanos de ahora, a diferencia de los luchadores independentistas, deben tener el poder económico y político para crear un nuevo país. Los trabajadores de esas empresas cubanas tienen que ser accionistas de ellas para que sea un país de propietarios, no de proletarios".
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Como político de la Florida, primero como representante estatal hasta 1989 y luego hasta 1992 como senador, valora que la legislatura estatal se parece en muchas formas al Congreso federal, aunque a su parecer “la diferencia principal entre ambos es que el Congreso federal en Estados Unidos trata continuamente con temas que son de interés e importancia no solo para toda la nación estadounidense, sino para el mundo entero”. Y esa “especial intensidad en Washington” no existe en la capital floridana.
El nacimiento de La Rosa Blanca, como organización, data de enero de 1959 cuando su padre Rafael Diaz-Balart (1926-2005) organizó una protesta en Washington D.C. para denunciar los fusilamientos que comenzaban en Cuba en ese mes. Desde entonces La Rosa Blanca ha denunciado los atropellos contra los cubanos sin hacer distinción entre ellos.
En Cuba: Intra-Historia. Una Lucha Sin Tregua, las memorias de Rafael Diaz-Balart publicadas en el 2006, queda parte de su pensamiento y el proyecto de programa de La Rosa Blanca. En Estados Unidos, a inicios de la década de los sesenta, la institución fue obligada por las autoridades estadounidenses a inscribirse como “agente extranjero” aunque Rafael Diaz-Balart le explicó a las autoridades de Estados Unidos que le parecía ilógico el pedido, pues la Rosa Blanca luchaba contra el régimen de Castro y no podía representar a un gobierno contra el que luchaba. En la planilla de inscripción, por requisito del gobierno de Estados Unidos, Diaz-Balart escribió "agente de La Rosa Blanca dentro de Cuba", y que representaban a "everybody, a todo el pueblo", recuerda el hijo del fundador.
Diaz-Balart, nacido en La Habana en 1954, ha venido por años participando en las labores de la Comunidad de Democracias, una agrupación intergubernamental creada en el 2000 a iniciativa de la entonces Secretaria de Estado, Madeleine Albright y su colega el canciller polaco Bronislav Gemerek. El objetivo primordial de esta es fortalecer la democracia en todo el mundo mediante el apoyo a las democracias emergentes y la sociedad civil. Como miembro del Foro Parlamentario de esa comunidad, el ex legislador estadounidense visitó varios de los países del ex bloque socialista en Europa del Este, viendo los procesos democráticos en esas naciones y explicando la situación de los derechos humanos en Cuba.
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