Conferencia de prensa se torna incómoda para Raúl Castro

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Raúl Castro responde a la prensa en la conferencia de prensa con Obama.

Raúl Castro, cuestionado sobre la existencia de presos políticos en la isla, no reconoció que los hubiera.

A pesar de que se había dicho que no habría conferencia de prensa, finalmente esta se efectuó en la sede del Gobierno cubano, en el llamado Palacio de la Revolución, en Centro Habana.

Comenzó el gobernante Raúl Castro, quien agradeció la visita del presidente Barack Obama y se refirió a los resultados concretos del proceso de normalización de relaciones entre los dos países.

Citó el establecimiento del correo directo, el aumento de los vuelos regulares y la cooperación de interés mutuo.

Sobre cooperación, mencionó memorandos de entendimiento ya firmados, relativos al medio ambiente y cuestiones marítimas. Mencionó otro memorando, en progreso, sobre cooperación en la agricultura. Y se refirió a otra área en la que es posible colaborar: la salud; en particular en la prevención y tratamiento de enfermedades como el virus del Zika y el cáncer.

Castro indicó que ambos países están identificando zonas para impulsar operaciones comerciales y citó las telecomunicaciones. Aunque aclaró que Cuba defendería su soberanía y prioridades; la adquisición de medicamentos y equipos médicos; la generación de energía y la protección del medio ambiente.

El gobernante se detuvo en el tema del embargo –que el Gobierno cubano llama "bloqueo"– y dijo que trae consecuencias negativas para Cuba y otros países. A su juicio, "este es el mayor obstáculo en el proceso de normalización de relaciones entre los dos países".

Otro escollo que mencionó es la Base Naval de Guantánamo, que Cuba espera sea devuelta.

Castro se refirió a otros temas que preocupan a Cuba tratados con el presidente Obama. En este sentido, aunque no lo abordó en la plática, aprovechó para citar lo que denominó la "desestabilización de Venezuela".

Raúl Castro señaló que existen diferencias entre los dos países que no desaparecerían; diferencias de enfoque sobre modelos políticos, democracia, Derechos Humanos, justicia social, estabilidad y paz en el mundo.

En el tema de los Derechos Humanos habló de la relación estrecha entre derechos individuales y sociales. Y declaró: "Los Derechos Humanos son indivisibles, interdependientes y universales". Afirmó que el Gobierno cubano está dispuesto a continuar el diálogo sobre esta materia con Estados Unidos.

Al cerrar su intervención, Castro dijo que "ambos países podemos avanzar y coexistir en beneficio mutuo y por encima de las diferencias".

Se trata, a su juicio, de desarrollar "el arte de la convivencia civilizada: aceptar y respetar las diferencias; promover los vínculos subrayando lo que nos acerca y no lo que nos aleja". Declaró que "hemos comenzado a dar pasos para construir una relación de nuevo tipo, como nunca existió entre Cuba y Estados Unidos".

Comparó el proceso de normalización de relaciones con la exitosa hazaña de la nadadora estadounidense Diana Nyad, que cruzó el estrecho de la Florida, y aseguró que también Cuba y Estados Unidos podrían conseguir su objetivo, pese a las dificultades y obstáculos.

Acto seguido, dio la palabra al presidente Barack Obama.

Agradeció nuevamente al presidente Barack Obama por su visita e insistió en la voluntad de avanzar en beneficio de ambos países y pueblos.

Obama abrió su intervención refiriéndose a la reciente caída de soldados estadounidenses enfrentándose en Irak a la organización terrorista ISIS. Obama dijo que sus oraciones estaban con sus familiares.

Agradeció los saludos recibidos de parte de los cubanos en sus primeras horas en la isla. Indicó que la experiencia de recorrer La Habana y visitar su Catedral le confirmó "los valores que compartimos".

En particular, aludió a su encuentro con el cardenal Jaime Ortega Alamino y dijo que tanto este como el papa Francisco habían hecho un valioso aporte a las relaciones entre los dos países. Aludió al homenaje que rindió en la mañana a José Martí y resaltó sus ideas sobre la libertad no sólo en Cuba sino en todo el mundo.

El Presidente destacó la numerosa delegación de congresistas que lo acompaña, a la que se suma un grupo de importantes empresarios.

Expresó que con el establecimiento de relaciones se desarrollarían lazos comerciales, oportunidades y empleos para los ciudadanos de ambos países y destacó la significación de esta visita para los dos millones de cubanoamericanos residentes en Estados Unidos.

Obama expresó que el objetivo de esta visita es avanzar en el desarrollo de las relaciones en interés de los pueblos de ambos países.

Reconoció los progresos de Cuba y los impresionantes logros en la educación y la salud, así como en el derecho a determinar su destino.

En este sentido, subrayó que, en tanto Estado soberano, le tocaba definir el futuro de Cuba y los cubanos.

El Presidente dijo que, como en cualquier lugar, expresaría sus ideas sobre la importancia de los derechos de reunión, expresión y culto y que planeaba reunirse con representantes de la sociedad civil.

Admitió como válidas las críticas del Gobierno cubano a situaciones existentes en Estados Unidos como la pobreza, desigualdades sociales y discriminación. Insistió en su convicción de que, sobre la base del respeto mutuo, podemos debatir nuestras diferencias y "aprender y mejorar las vidas de nuestros pueblos".

Obama se refirió al acuerdo de iniciar este año en La Habana un Diálogo sobre Derechos Humanos para discutir las "diferencias" entre ambos países y poder "seguir avanzando" en la normalización de las relaciones bilaterales.

Dijo que ambos países recibirían la visita de relatores especiales sobre tráfico humano.

El presidente de Estados Unidos señaló que es necesario seguir avanzando en una serie de temas, entre ellos, los viajes a la isla de estadounidenses y el comercio.

Cuba y Estados Unidos son, en su opinión, "socios naturales" y aludió a la medida, recién adoptada, para flexibilizar el uso del dólar en transacciones y felicitó al Gobierno cubano por su decisión de eliminar el gravamen del 10% al dólar.

La agricultura es otra área por desarrollar, precisó, donde pueden beneficiarse los dos países.

Obama dijo que Cuba, por su parte, podría hacer mucho para ayudar a que el Congreso levante el embargo. En particular, el Gobierno cubano podría promover más la creación de empresas mixtas y permitir que las empresas, en general, contraten directamente a cubanos.

Asimismo, podría ayudar que Cuba amplíe el acceso a internet. Se podría así innovar más y desarrollar el comercio, como ocurre en todo el mundo. Esto haría que más estadounidenses se interesen en levantar el embargo.

Existen, según Obama, otras áreas donde es posible colaborar más, en especial la educación y la salud, la seguridad de las fronteras, la lucha contra el narcotráfico y la búsqueda de la paz en la región.

El Presidente comparte la preocupación acerca de Venezuela y espera que la situación de este país se resuelva de conformidad con "los desafíos y aspiraciones de su pueblo".

Finalmente, Obama ponderó los avances en la cooperación entre ambos países, en el aumento de los viajes, en las oportunidades para las empresas y en el acercamiento a Cuba de grupos religiosos; todo ello en beneficio de ambos países.

Obama y Castro coincidieron en que el camino para obtener unas relaciones plenas entre ambos países es largo todavía, sobre todo porque no concuerdan en el enfoque sobre Derechos Humanos.

Obama insistió en que espera que Cuba mejore en este aspecto. Dijo que cuando visitó Birmania no fueron pocos los críticos que tuvo, y aun así insistió en esa visita.

"El embargo va a terminar, no sé cuándo, pero va a terminar. Lo que hicimos durante 50 años no sirvió a nuestros intereses. Levantar el embargo requiere mayoría en el Congreso y más de la mayoría en el Senado", dijo Obama en relación con este tema que significa una prioridad para el régimen de la isla. "El Congreso no está siendo muy productivo", expresó Obama.

El Presidente norteamericano explicó, entre las cosas que ayudarían a avanzar en las negociaciones, que si se pueden aprovechar estos cambios habrá progresos.

Invertir en internet en Cuba, por ejemplo, es prioritario para Obama. "Hay cubanos entrenados para poner empresas de internet en Cuba", dijo.

"En segundo lugar está el tema de los Derechos Humanos. Tengo enormes diferencias con los chinos sobre eso. Cuando fuimos a Birmania nos cuestionaron. Esto va a ser una estrategia más efectiva. Es mejor que estar aislados. Tengo fe en la gente. Con el tiempo, los cubanos y los norteamericanos van a reconocer que una persona es una persona. Los cambios ocurrirán", aseguró en la rueda de prensa efectuada sobre las 2:45 p.m., hora de La Habana.

"El destino de Cuba no debe ser decidido por Estados Unidos o ningún otro país", dijo Obama, aunque advirtió que su país seguirá reclamando el derecho del pueblo cubano a decidir su destino.

"El futuro de Cuba lo tienen que decidir los cubanos y nadie más", aseveró Obama en una declaración a la prensa tras una reunión de más de dos horas con su homólogo cubano, Raúl Castro.

No obstante, Obama advirtió que Estados Unidos seguirá presionando en favor de la democracia en Cuba y del respeto a derechos como la libertad de expresión, de asamblea y de culto religioso.

Por su lado, Raúl Castro, cuestionado sobre presos políticos en la isla, no reconoció que los hubiera. Al periodista norteamericano que le preguntó lo emplazó a que le extendiera una lista, y si la lista era válida, esos presos serían liberados antes de que llegara la noche, dijo el mandatario cubano.

"Dame la lista, dime el nombre o los nombres", emplazó Raúl Castro al periodista norteamericano que dijo ser hijo de cubano exiliado en Estados Unidos.

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"Si hay esos presos políticos, antes de que llegue la noche van a estar sueltos", aseguró Castro, visiblemente irritado y sin apenas comprender bien las preguntas que le hacían. Dijo que había muchas preguntas para él y que en realidad había que hacérselas a Obama.

"Le voy a hacer una pregunta a usted: ¿Cuántos países del mundo cumplen los 61 puntos sobre los Derechos Humanos? ¿Usted lo sabe? Yo sí: Ninguno", se dirigió el Jefe de Estado cubano al periodista norteamericano.

Castro aseguró que de esos 61 puntos, Cuba cumple 47, y que no se puede politizar el tema de los Derechos Humanos. "Si se sigue así, vamos a estar con lo mismo", comentó Castro.

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Castro reconoce que Cuba no cumple los DDHH

Luego se refirió a ejemplos sobre Derechos Humanos que se cumplen en Cuba, como el acceso a la enseñanza y la salud gratuitas, según sus palabras. También se refirió a que en Cuba una mujer que desempeña el mismo puesto de trabajo que un hombre cobra lo mismo, que no hay diferencia de salarios, dijo.

"Vamos a trabajar para que todos podamos cumplir con los Derechos Humanos. No es correcto preguntarnos por presos políticos. Díganme el nombre", volvió a emplazar al periodista antes de quedar cerrada la rueda de prensa.

Al concluir la rueda de prensa, ambos mandatarios salieron del Palacio de la Revolución y bajaron por una escalinata alfombrada en rojo. Castro acompañó a Obama hasta el automóvil presidencial negro.