Las autoridades rusas han reprimido a periodistas, defensores de los derechos humanos y activistas en un esfuerzo por silenciar cualquier crítica a la guerra en Ucrania, señaló hoy Human Rights Watch.
Las autoridades han detenido arbitrariamente, hostigado judicialmente, allanado y llevado a cabo campañas de difamación contra críticos. Asaltantes no identificados han atacado físicamente a activistas y dañado oficinas de organizaciones de derechos humanos. En las últimas semanas, varios funcionarios de alto nivel, incluido el presidente Vladimir Putin, calificaron a las personas críticas con la guerra de “traidores nacionales”.
“Después de haber intensificado la represión contra los críticos en 2021, las autoridades están intensificando aún más su caza de brujas para castigar todo sentimiento contra la guerra”, dijo Hugh Williamson, director para Europa y Asia Central de Human Rights Watch. “El gobierno presenta a los periodistas y activistas independientes como traidores y los trata como una amenaza para el estado”.
El 2 de marzo, el jefe del Comité de Investigación, el servicio de investigación criminal de Rusia, ordenó el establecimiento de grupos de respuesta rápida interinstitucionales en relación con “los eventos en Ucrania”. Los grupos deben prevenir “actividades extremistas y terroristas, protestas y provocaciones no autorizadas” y otras actividades “desestabilizadoras”. También hizo hincapié en la necesidad de controlar la información.
En las cuatro semanas desde que Rusia comenzó su invasión a gran escala de Ucrania, el 24 de febrero de 2022, cientos de miles de personas en Rusia participaron en protestas pacíficas para denunciar la guerra y expresar su descontento con el gobierno. La policía detuvo arbitrariamente a miles de manifestantes pacíficos.
Las autoridades rusas también han detenido a activistas en todo el país y allanado sus hogares, aparentemente en respuesta a su participación en el movimiento pacífico contra la guerra. Las redadas y detenciones, bajo la apariencia de casos criminales dudosos, han tenido lugar en ciudades de todo el país, incluidas Moscú, San Petersburgo, Pskov, Volgogrado, Krasnodar, Novosibirsk, Rostov-on-Don, Arkhangelsk, así como en Kaluga región.
“Las autoridades tienen la intención de aplastar a la sociedad civil de Rusia y al movimiento pacífico contra la guerra, y los intimidarán, difamarán y condenarán al ostracismo al tratar de hacerlo”, dijo Williamson. “Aparentemente están tratando de allanar el camino hacia un estado policial de absoluto control y miedo”.