En Volgogrado se han registrado dos atentados en dos días, tres en los últimos tres meses.
Volgogrado ha cambiado varias veces de nombre: Tsaritsyn, después Stalingrado y desde 1961 Volgogrado. La ciudad, a orillas del río Volga, es ahora escenario de enfrentamientos, pero no casa por casa o calle por calle, como sucedió en el otoño e invierno de 1942.
Es la batalla moderna del terrorismo. En Volgogrado se han registrado dos atentados en dos días, tres en los últimos tres meses. Unas 50 personas fallecieron en los últimos dos atentados del 29 y 30 diciembre.
Los autores, señalan en la presa rusa, bien podrían ser las viudas negras, quienes ya han sido protagonistas de actos similares. A los policías rusos y agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSV) se les acabaron las vacaciones de Año Nuevo y Navidad Ortodoxa.
El presidente Putin ordenó el reforzamiento de la seguridad en todo el país, y en especial en la región de Volgogrado; así como el control total de las vías de comunicación en Rusia. Más policías en las estaciones de trenes, autobuses y los metropolitanos.
Los especialistas afirman que los terroristas islamistas escogieron la ciudad de Volgogrado para demostrar la vulnerabilidad de la seguridad rusa a seis semanas de los juegos olímpicos de invierno.
Un nuevo elemento aparece ahora con las patrullas cosacas. Estas unidades cuasimilitares, símbolos del imperio ruso, renacen desde el 2012 como fuerza de apoyo policial en ciudades y regiones donde vive la comunidad cosaca.
Tres días de duelo se decretó en la región afectada y el premier Dimitri Medvedev entregará un millón de rublos a los familiares de los fallecidos. Estados Unidos y el Reino Unido le han ofrecido ayuda y apoyo a Rusia para asegurar la vigilancia y seguridad durante las Olimpiadas de Sochi.
En el Kremlin no han sido, hasta el momento, muy dados al intercambio de información, entrega de datos policiales o de inteligencia. El atentado durante el Maratón de Boston lo demostró. Y ahora sería un buen momento para el inicio.
Es la batalla moderna del terrorismo. En Volgogrado se han registrado dos atentados en dos días, tres en los últimos tres meses. Unas 50 personas fallecieron en los últimos dos atentados del 29 y 30 diciembre.
Los autores, señalan en la presa rusa, bien podrían ser las viudas negras, quienes ya han sido protagonistas de actos similares. A los policías rusos y agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSV) se les acabaron las vacaciones de Año Nuevo y Navidad Ortodoxa.
El presidente Putin ordenó el reforzamiento de la seguridad en todo el país, y en especial en la región de Volgogrado; así como el control total de las vías de comunicación en Rusia. Más policías en las estaciones de trenes, autobuses y los metropolitanos.
Los especialistas afirman que los terroristas islamistas escogieron la ciudad de Volgogrado para demostrar la vulnerabilidad de la seguridad rusa a seis semanas de los juegos olímpicos de invierno.
Un nuevo elemento aparece ahora con las patrullas cosacas. Estas unidades cuasimilitares, símbolos del imperio ruso, renacen desde el 2012 como fuerza de apoyo policial en ciudades y regiones donde vive la comunidad cosaca.
Tres días de duelo se decretó en la región afectada y el premier Dimitri Medvedev entregará un millón de rublos a los familiares de los fallecidos. Estados Unidos y el Reino Unido le han ofrecido ayuda y apoyo a Rusia para asegurar la vigilancia y seguridad durante las Olimpiadas de Sochi.
En el Kremlin no han sido, hasta el momento, muy dados al intercambio de información, entrega de datos policiales o de inteligencia. El atentado durante el Maratón de Boston lo demostró. Y ahora sería un buen momento para el inicio.