Una conferencia celebrada con el auspicio de la Iglesia Ortodoxa Rusa es tal vez el último lugar donde uno esperaría escuchar elogios a Josef Stalin.
En Rusia, se recordó este martes el 60 aniversario de la muerte del dictador soviético Josef V. Stalin, dividiendo al país entre quienes lo ven como un tirano que mató a millones de personas y quienes lo consideran un héroe que llevó a la URSS a la victoria en la Segunda Guerra Mundial y la convirtió en una superpotencia.
Cientos de personas colocaron claveles rojos en su tumba, que se encuentra en la Plaza Roja, donde fue enterrado en 1961 después de ser exhibido durante varios años junto a Lenin en el Mausoleo.
"Hubo represión, pero eso no debería eclipsar la grandeza lograda por el país", dijo Roman Fomin, un empresario de 48 años. "Para muchas personas Stalin significa victoria, crecimiento económico y prosperidad. Mucha gente desea que regrese", agregó. El papel de Stalin en la historia de Rusia ha dividido a la sociedad durante décadas.
Con varias secciones de videos, entrevistas, diagramas y encuestas, RFE/RL da una panorámica general sobre la vida de Stalin, su lugar de nacimiento, las violaciones a los derechos humanos en la URSS bajo su mando, los Gulags y la polémica sobre su legado.
Presentan un extenso análisis sobre la política de las nacionalidades en Rusia y los conflictos actuales derivados de aquellas decisiones que tomara Stalin, como comisario de las nacionalidades del primer gobierno soviético.
Una entrevista con Anna Applebaum columnista del diario "The Washington Post" y autora de los libros "Gulag: Historia" y “La Cortina de Hierro”, expone la historia de esos campos de concentración donde millones de soviéticos fallecieron.
Se entrevistó además a varios sobrevivientes de los campos de concentración (Gulag) que organizó y extendió por toda la Unión Soviética, donde inclusive entre estos ex presos de conciencia, hay admiradores por el responsable de la muerte de millones de soviéticos.
Una extensa galería de fotos muestran las barracas de los presos en Vorkuta, al norte de Rusia, donde por décadas laboraron los reclusos en minas, cortando a temperaturas bajo cero.
En esas fría zonas fue que en la década de los años veinte se creó el primer campo de concentración para los opositores políticos del régimen de los soviets, que después Stalin convirtió en una dirección general del NKVD.
Similar sección tiene Radio Svoboda, el servicio en ruso de esas estaciones, con sede en Praga, República Checa.
En ese segmento de la página digital aparecen artículos sobre la sociedad rusa en 1953, sobre los principales allegados a Stalin, como lo fue su ministro del Interior, Lavrenti P. Beria. Tambien aparecen las memorias de personas que exponen sus recuerdos de aquellas jornadas.
Su imagen es utilizada abiertamente en el Día de la Victoria para celebrar el fin de la Segunda Guerra Mundial.
En cambio, las purgas de los años '30, la mortífera colectivización del campesinado y la aterradora red de campos de trabajos forzados del Gúlag durante la era de Stalin, que mataron a millones de personas, están ausentes de los discursos públicos.
La iglesia fue perseguida por el dictador soviético, que murió hace 60 años luego de tres décadas en el poder y a quien se considera responsable por la muerte de millones de personas inocentes, muchas en los campos de trabajo forzado o Gulag.
Sin embargo, Stalin aún figura en la Rusia del presidente Vladimir Putin, y una muestra fueron los elogios para el líder histórico expresados en un debate bajo pinturas de querubines en un hotel eclesiástico adornado con íconos y un retrato del patriarca ortodoxo ruso Kirill.
Un orador dijo que Stalin restauró el orgullo nacional, otro afirmó que construyó los fundamentos de un gran futuro ruso y un tercero que la nación debe agradecer al líder soviético por la "sagrada victoria" contra Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
"Stalin no fue un santo, pero tampoco fue un monstruo", dijo el sacerdote ortodoxo ruso Alexander Shumsky, acusando a los críticos del líder de exagerar la magnitud de sus crímenes.
Shumsky calificó las afirmaciones de que Stalin tenía el control total como un mito creado por liberales y dijo que el ex líder había querido detener la represión. Seis décadas después, el legado de Stalin continúa siendo objeto de fuertes debates y amplias interpretaciones en Rusia, donde muchos aún creen que su gobierno fue bueno para el país.
Analistas y críticos del Kremlin dicen que así lo quiere Putin. "Putin (...) manipuló deliberadamente la imagen del dictador para reforzar sus esfuerzos de construir un 'poder vertical' en Rusia", dijo el grupo estadounidense de política exterior Carnegie Endowment for International Peace en un informe, refiriéndose al sistema aplicado por Putin que concentra el poder en las manos del presidente.
El apoyo a Stalin aumentó en Rusia desde que el colapso de la Unión Soviética en 1991 desarticuló el sistema de seguridad social, golpeó el orgullo nacional y dejó a muchos añorando la imagen de orden y estabilidad de la era comunista. Pero Lev Gudkov, director del grupo de sondeos independiente Levada Center, dijo que el principal cambio ocurrió cuando Putin llegó al poder en el 2000 y "lanzó un amplio programa para reeducar ideológicamente a la sociedad".
"Los ideólogos partidarios de Putin no negaron que el régimen de Stalin haya efectuado arrestos y ejecuciones en masa pero intentaron minimizar estos acontecimientos (...) al mismo tiempo que enfatizaron los méritos de Stalin como un jefe militar y estadista que modernizó al país y lo transformó en una de las dos superpotencias mundiales", dijo Gudkov.
Cientos de personas colocaron claveles rojos en su tumba, que se encuentra en la Plaza Roja, donde fue enterrado en 1961 después de ser exhibido durante varios años junto a Lenin en el Mausoleo.
"Hubo represión, pero eso no debería eclipsar la grandeza lograda por el país", dijo Roman Fomin, un empresario de 48 años. "Para muchas personas Stalin significa victoria, crecimiento económico y prosperidad. Mucha gente desea que regrese", agregó. El papel de Stalin en la historia de Rusia ha dividido a la sociedad durante décadas.
Stalin: su herencia en tierras de la ex Unión Soviética
El servicio de información de Radio Europa Libre/Radio Libertad (REL/RL) ha publicado una sección entera dedicada a los 60 años de la muerte del entonces presidente del consejo de ministro y secretario general del comité central del partido comunista de la URSS, Iosef V. Stalin.Con varias secciones de videos, entrevistas, diagramas y encuestas, RFE/RL da una panorámica general sobre la vida de Stalin, su lugar de nacimiento, las violaciones a los derechos humanos en la URSS bajo su mando, los Gulags y la polémica sobre su legado.
Una entrevista con Anna Applebaum columnista del diario "The Washington Post" y autora de los libros "Gulag: Historia" y “La Cortina de Hierro”, expone la historia de esos campos de concentración donde millones de soviéticos fallecieron.
Se entrevistó además a varios sobrevivientes de los campos de concentración (Gulag) que organizó y extendió por toda la Unión Soviética, donde inclusive entre estos ex presos de conciencia, hay admiradores por el responsable de la muerte de millones de soviéticos.
Una extensa galería de fotos muestran las barracas de los presos en Vorkuta, al norte de Rusia, donde por décadas laboraron los reclusos en minas, cortando a temperaturas bajo cero.
Similar sección tiene Radio Svoboda, el servicio en ruso de esas estaciones, con sede en Praga, República Checa.
En ese segmento de la página digital aparecen artículos sobre la sociedad rusa en 1953, sobre los principales allegados a Stalin, como lo fue su ministro del Interior, Lavrenti P. Beria. Tambien aparecen las memorias de personas que exponen sus recuerdos de aquellas jornadas.
En cambio, las purgas de los años '30, la mortífera colectivización del campesinado y la aterradora red de campos de trabajos forzados del Gúlag durante la era de Stalin, que mataron a millones de personas, están ausentes de los discursos públicos.
La iglesia fue perseguida por el dictador soviético, que murió hace 60 años luego de tres décadas en el poder y a quien se considera responsable por la muerte de millones de personas inocentes, muchas en los campos de trabajo forzado o Gulag.
Sin embargo, Stalin aún figura en la Rusia del presidente Vladimir Putin, y una muestra fueron los elogios para el líder histórico expresados en un debate bajo pinturas de querubines en un hotel eclesiástico adornado con íconos y un retrato del patriarca ortodoxo ruso Kirill.
Un orador dijo que Stalin restauró el orgullo nacional, otro afirmó que construyó los fundamentos de un gran futuro ruso y un tercero que la nación debe agradecer al líder soviético por la "sagrada victoria" contra Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
"Stalin no fue un santo, pero tampoco fue un monstruo", dijo el sacerdote ortodoxo ruso Alexander Shumsky, acusando a los críticos del líder de exagerar la magnitud de sus crímenes.
Shumsky calificó las afirmaciones de que Stalin tenía el control total como un mito creado por liberales y dijo que el ex líder había querido detener la represión. Seis décadas después, el legado de Stalin continúa siendo objeto de fuertes debates y amplias interpretaciones en Rusia, donde muchos aún creen que su gobierno fue bueno para el país.
Analistas y críticos del Kremlin dicen que así lo quiere Putin. "Putin (...) manipuló deliberadamente la imagen del dictador para reforzar sus esfuerzos de construir un 'poder vertical' en Rusia", dijo el grupo estadounidense de política exterior Carnegie Endowment for International Peace en un informe, refiriéndose al sistema aplicado por Putin que concentra el poder en las manos del presidente.
El apoyo a Stalin aumentó en Rusia desde que el colapso de la Unión Soviética en 1991 desarticuló el sistema de seguridad social, golpeó el orgullo nacional y dejó a muchos añorando la imagen de orden y estabilidad de la era comunista. Pero Lev Gudkov, director del grupo de sondeos independiente Levada Center, dijo que el principal cambio ocurrió cuando Putin llegó al poder en el 2000 y "lanzó un amplio programa para reeducar ideológicamente a la sociedad".
"Los ideólogos partidarios de Putin no negaron que el régimen de Stalin haya efectuado arrestos y ejecuciones en masa pero intentaron minimizar estos acontecimientos (...) al mismo tiempo que enfatizaron los méritos de Stalin como un jefe militar y estadista que modernizó al país y lo transformó en una de las dos superpotencias mundiales", dijo Gudkov.
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