¿Sanará reunión del Papa y el Patriarca la mala sangre entre católicos y ortodoxos?

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Raúl Castro recibirá al Papa y lo acompañará hasta su encuentro con Kirill, quien llegaría a la isla la víspera. Combinación de Fotos.

Expertos explican el significado del encuentro en La Habana y las discrepancias que llevaron a un enconado antagonismo casi milenario tras el Gran Cisma.

La reunión en Cuba del Papa católico y el Patriarca ortodoxo ruso busca sanar la milenaria desavenencia entre las dos ramas escindidas del cristianismo.

Todo comenzó cuando, en el año 1054 después de Cristo, el papa León IX excomulgó al patriarca de Constantinopla, una ocasión que pasaría a la historia como el comienzo del Gran Cisma entre las iglesias católica y ortodoxa oriental.

La Radio Nacional Pública de Estados Unidos, NPR, entrevista a expertos que examinan el significado de esta reunión y las discrepancias que llegaron a ser un enconado y casi milenario antagonismo...

Tú me excomulgas, yo te excomulgo

La historia de la gota que desbordó la copa es esta: Al cabo de siglos de discrepancias doctrinales, desafíos a la autoridad de Roma y relaciones difíciles entre la iglesia latina y la griega, León IX, que se sentía amenazado por los normandos, procuró aliarse con Bizancio.

El pontífice mandó una embajada a Constantinopla (hoy Estambul), integrada por su colaborador, el cardenal Humberto de Silva Candida, y los arzobispos Federico de Lorena y Pedro de Amalfi. Los enviados papales negaron, a su llegada a Constantinopla, el título de ecuménico (autoridad suprema) al patriarca Miguel I Cerulario y, además, pusieron en duda la legitimidad de su elevación al patriarcado.

La catedral de la Divina Sabiduría en Estambul, conocida como Santa Sofía, fue escenario del Cisma de la Iglesia.

El Patriarca se negó, entonces, a recibir a los emisarios del Papa.

El Cardenal respondió publicando su "Diálogo entre un romano y un constantinopolitano", en el que se burlaba de las costumbres griegas, y abandonó la ciudad tras excomulgar a Cerulario mediante una bula que depositó el 16 de julio de 1054 sobre el altar de la Iglesia de la Divina Sabiduría (Hagia Sophia) en Constantinopla.

Pocos días después (24 de julio), Cerulario respondió excomulgando al Cardenal y a su séquito, y quemó públicamente la bula romana, con lo que se inició el Cisma.

NPR señala que la tensión entre las iglesias de Roma y Moscú es parte de la división mayor entre el catolicismo y la ortodoxia, cuyos orígenes se remontan a los primeros días de la cristiandad, cuando el cristianismo se extendía por el Imperio Romano.

El factor idiomático

"La parte oriental del Imperio hablaba mayormente griego, y la parte occidental hablaba principalmente latín", señaló al medio público el historiador y profesor cubanoamericano Justo L. González, autor de varios libros sobre la historia del cristianismo. "Así que, tan temprano como en el siglo II, aparecieron las primeras diferencias entre la iglesia oriental y la occidental".

Esas diferencias se profundizaron tras el derrumbe del Imperio Romano en el siglo V y el ascenso del Imperio Bizantino.

El latín fue feneciendo como idioma popular, y quedó relegado a la liturgia, mientras el griego florecía.

Evangelio de Juan: Tres de los evangelios del Nuevo Testamento fueron originalmente escritos en griego.

En el este, nucleados alrededor de Antioquía y Constantinopla, en lo que hoy es Turquía, los sacerdotes griegos hablaban en su idioma y directamente con los fieles. En los años que siguieron, la iglesia cristiana en la parte oriental del antiguo Imperio Romano estuvo estrechamente ligada a la cultura popular.

Mientras, en la parte occidental, la Iglesia cristiana se mantenía firmemente sometida a Roma, y el clero rendía cuentas al Papa, también conocido como el Obispo de Roma.

A medida que la versión oriental u ortodoxa del cristianismo se extendió por los Balcanes y luego a Rusia, se mantuvieron sus características distintivas: cada nación tenía su propia iglesia ortodoxa, con su propio patriarca, asociados con la lengua nacional.

"Al estar cada una de las dos iglesias profundamente enraizada en su propia cultura y entorno se tornó difícil el entendimiento entre ambas", dice González.

Primeros sacerdotes casados

Pero la división se extendió más allá del idioma y la lealtad política. El catolicismo romano y la ortodoxia oriental divergieron incluso en la forma en que practicaban el cristianismo.

Los clérigos católicos son célibes, mientras que a los orientales u ortodoxos se les permite casarse.

Las iglesias también difieren en la práctica de la eucaristía o sacramento de la comunión. La Iglesia Católica Romana utiliza pan sin levadura en la ostia de la comunión, mientras que las iglesias ortodoxas utilizan pan con levadura.

"Hubo incluso desacuerdos a un nivel teológico profundo acerca de la Trinidad, referentes a la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo", dice Brett Whalen, profesor de estudios de la Edad Media en la Universidad de Carolina del Norte.

Pero tales diferencias no conllevaron a una ruptura total entre el cristianismo oriental y occidental hasta que los obispos de Oriente comenzaron a guiarse casi exclusivamente por sus propios patriarcas, ignorando al Papa en gran medida.

"En realidad, no es sino hasta el siglo XI que el Papa empieza a reclamar y afirmar su autoridad como cabeza de la Iglesia", dice Whalen. "Esto genera nuevos antagonismos con la iglesia ortodoxa".

Es en ese contexto que León IX excomulgó al patriarca de Constantinopla y este, a su vez, al Papa.

El patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kirill, coloca una ofrenda floral ante el monumento al héroe nacional cubano José Martí hoy, viernes 12 de febrero de 2016, en la Plaza de la Revolución de La Habana.

Los rusos al margen

Las diferencias se profundizaron con la caída de Constantinopla ante los ejércitos otomanos en 1453, y la percepción de que los estados papales dejaron a su suerte a Bizancio.

En la era moderna ha habido bastante comunicación formal entre los católicos y los ortodoxos griegos, algo que la Iglesia Ortodoxa Rusa, mantenida al margen, ha visto con recelo (La mitad de los alrededor de 300 millones de ortodoxos están en Rusia).

Mientras que la reunión del viernes en La Habana es la primera entre un Papa y un Patriarca ruso, Francisco invitó al Patriarca de Constantinopla a su investidura en 2013. El dignatario aceptó la invitación. Aunque es pequeño, el Patriarcado de Constantinopla es visto generalmente como la cuna de la ortodoxia y, por lo tanto, tiene una importancia histórica y simbólica.

¿Reunión histórica?

El papa Francisco sube al altar para oficiar la misa en la Plaza de la Revolución de La Habana (20 de septiembre, 2015).

Tras resaltar la significación histórica de ese acercamiento del 2013, A. Gregg Roeber, profesor de Historia de la Iglesia Temprana en la Universidad Estatal de Pennsylvania, opina que un encuentro tan importante como el de La Habana debería haber tenido otra sede, pero resalta su importancia en la medida en que "indica una voluntad de la Iglesia Rusa para integrarse más a las actuales discusiones entre Roma y el resto de la ortodoxia".

González, por su parte, cree que la selección de La Habana no fue accidental, ya que se trata de una sede relativamente neutral:

"No podría haberse efectuado en Europa Occidental ni en Rusia. Tampoco en otro lugar de la América Latina, que es percibida como católica".

Se muestra reservado, sin embargo, en cuanto a la importancia histórica de la reunión:

"Si será o no verdaderamente histórica depende de lo que se logre. Sólo se puede considerar que algo es histórico una vez que haya hecho historia".

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Teólogo cubano Marcos A.Ramos habla a Radio Martí sobre el encuentro Francisco-Kirill