México va camino de recibir este año más solicitudes de refugio que nunca mientras el flujo de migrantes amenaza con desbordar a los gobiernos en múltiples puntos de la ruta hacia Estados Unidos.
Andrés Ramírez Silva, director de la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (COMAR) dijo el jueves en una entrevista con The Associated Press que las solicitudes de este año podrían llegar a las 150.000, muy por encima del récord de 129.000 de 2021.
Según el titular de COMAR, cubanos, haitianos y hondureños concentran actualmente el 80% de las solicitudes de refugio.
A lo largo de agosto y septiembre las cifras "han aumentado de manera realmente drástica", expresó.
"Efectivamente tenemos un ritmo muy superior", indicó. "Claramente, de acuerdo a cómo está la tendencia y los niveles y promedios mensuales que están llegando, nosotros sí creemos que vamos a romper la marca y que vamos andar alrededor de 150.000 solicitantes".
La demanda ha sido tan grande que la COMAR ha pedido apoyo de la Guardia Nacional para garantizar la seguridad de sus operaciones en el sur de México tras varios conatos de violencia.
El jueves, agentes de la Guardia con equipo antimotines se apostaron en una de las oficinas de Tapachula, la ciudad cerca de la frontera con Guatemala que concentra la mitad de las peticiones de refugio de todo el país.
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En las ultimas semanas, estas instalaciones están atendiendo diariamente a unas 2.000 personas y el miércoles hubo una irrupción violenta de extranjeros que obligaron a paralizar temporalmente el servicio.
El viernes pasado, las autoridades panameñas anunciaron que aumentarían las deportaciones y construirían nuevas instalaciones cerca de la frontera con Colombia para mantener a los migrantes separados de las pequeñas comunidades que los reciben.
Panamá ha declarado que este año más de 350.000 extranjeros han cruzado la selva del Darién, fronteriza con Colombia, una cifra que ya ha batido el récord del año pasado de casi 250.000.
Y en México no cesa la localización de migrantes que intentan llegar a Estados Unidos a través de traficantes y son descubiertos, muchas veces en dramáticas condiciones. El jueves, el Instituto Nacional de Migración informó de la localización de 350 personas, procedentes de Guatemala, Honduras, El Salvador y Ecuador que estaban hacinadas dentro de un tráiler y casi sin respirar en el estado de Veracruz, en el Golfo de México.
Mientras tanto en el sur, los que optan por regularizar su situación se desesperan.
En Tapachula, el cubano Mikel Pérez explicó que debido al caos y los conatos de violencia registrados recientemente acudió solo a las oficinas para no exponer a sus dos hijos menores con los que viaja rumbo a Estados Unidos.
Pérez dijo haber visto cómo otros migrantes se han desmayado por las altas temperaturas, el mal comer, el mal dormir y las largas esperas de varios días hasta que se inicia el registro de las solicitudes.
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"Nosotros nada más queremos resolver (los papeles) pero tranquilo, sin problemas, pero ayer estaba esto feo aquí y nosotros no vinimos", comentó por su parte Daniela González, también de Cuba, quien viaja con su esposo y una niña de dos años.
La familia llegó hace una semana a la frontera sur de México y, como otros muchos migrantes, aspiraba a regularizar su situación pidiendo asilo aunque, en el fondo, querían seguir su ruta hacia Estados Unidos.