El senador cubanoamericano Marco Rubio, nominado para el cargo de máximo diplomático de Estados Unidos, y el actual secretario de Estado, Antony Blinken, se reunieron este miércoles en persona tras una conversación telefónica previa.
El vocero del Departamento de Estado, Vedant Patel, dijo en su rueda de prensa habitual que fue una charla personal.
“Fue una conversación buena, constructiva y sustancial”, dijo, añadiendo que el Departamento de Estado ya había dicho, cuando ellos hablaron por telefono por primera vez, que se esperaba tuvieran una reunión en persona en algún momento.
Patel reiteró que la administración saliente del presidente Joe Biden apoya una transición fluida hacia una segunda administración del presidente electo Trump el 20 de enero.
El portavoz no dio detalles sobre los temas que discutieron Blinken y Rubio, ni sobre la duración de las conversaciones.
Lee también Cubanos orgullosos del ascenso de Rubio al cuarto puesto de más poder en EEUUEl cargo de Secretario de Estado requiere la confirmación del Senado. El senador Rubio debe ganar fácilmente la confirmación en el Senado, donde los republicanos de Trump tendrán al menos una mayoría a partir de enero. Si fuese confirmado se convertirá en el primer secretario de Estado hispano.
A principios de diciembre, en una entrevista con la agencia Reuters, Blinken dijo que se estaba centrando en asegurarse de que Rubio pueda empezar a trabajar a pleno rendimiento en los principales temas de política exterior, incluida Ucrania, cuando lo suceda el próximo mes.
El Secretario de Estado dijo que la administración del presidente Joe Biden estaba manteniendo informado al equipo del presidente electo Donald Trump sobre los principales temas de política exterior.
El pasado 18 de noviembre, ambos tuvieron lo que el Departamento de Estado calificó de “contacto inicial”. En esa ocasión, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, informó que en una llamada telefónica Blinken había felicitado al Senador por la nominación y que su Departamento haría todo lo que estuviera a su alcance “para que sea una transición exitosa".
El senador republicano y candidato presidencial en las elecciones de 2016, es partidario de una política exterior firme hacia los enemigos geopolíticos de Estados Unidos, incluidos China, Irán, Venezuela, Nicaragua y Cuba.