Sebastián se impuso con amplia ventaja por sobre su rival Alejandro Guillier. El viejo refrán de "Mas vale Diablo conocido que Santo por conocer" se cumplió a cabalidad en la segunda vuelta para elegir el nuevo presidente de Chile.
Con el 96,31% de las mesas escrutadas, Piñera alcanzaba el 54,57% de los votos y Guiller llegaba al 45,43%. Este reconoció que su rival de centro derecha obtuvo "un impecable y macizo triunfo".
La victoria de Piñera se debió al temor de los chilenos a regresar al pasado y perder todo lo ganado en estos años de democracia. Por eso la mayoría de los votantes optó por lo seguro y eligió al candidato derechista por sobre lo incierto del representante de la izquierda, Alejandro Guillier quien en sus discursos se mostró inclinado a seguir una línea muy semejante a la venezolana, amenazando de emplear duras acciones contra la clase capitalista.
Los chilenos quieren seguir gozando de una fuerte economía, en pleno crecimiento gracias principalmente a la recuperación del precio del cobre, del que Chile es el principal productor mundial.
Hubo gran abstencionismo y muchos seguidores del candidato izquierdista no concurrieron a votar, lo que no ocurrió con los integrantes de la derecha que en masa concurrieron a las urnas a consignar su voto en apoyo a Piñera.
Otro aspecto negativo de Guillier fue que dio un mal paso al invitar al ex presidente del Uruguay, José, "Pepe" Mujica al cierre de su campaña.
La presencia del ex guerrillero Tupamaro fue vista por los chilenos como una provocación y un atisbo a los futuros amigos izquierdistas que podrían influenciar al candidato si llegaba al Palacio de la Moneda. "Sus declaraciones nos alarmaron -dice Laura Zalazar de Santiago de Chile- y quemaron sus posiblidades, incluso con su misma gente, que también temió lo peor si llegaba a presidente".
"La gente quiere la tranquilidad que ha obtenido todos estos años y no volver a la incertidumbre de los años de caos, en la que tuvieron que intervenir los militares, señala Jorge Villa desde Talca en el sur del país.
"Estamos felices !!! Nos salvamos de la lacra comunista... libres de esos resentidos... estamos celebrando con champaña... declara alborozada Rosita Acuña desde la capital chilena.
Como un detalle curioso: el próximo 10 de marzo, Michelle Bachelet le traspasará el mando a Sebastián Piñera, el mismo presidente de quien lo recibió en 2014 y al mismo al que se lo entregó en 2010, pues ambos se han alternado en el poder los últimos 12 años.