La Seguridad del Estado detuvo el sábado a los activistas Laura Núñez Marquetti y Maikel Acosta Reyes cuando intentaban viajar de Matanzas a La Habana y los condujo al cuartel de operaciones de la policía política, ubicado en la barriada de Versalles, donde fueron interrogados por separado.
“El interrogatorio mía duró cinco horas. Eran dos oficiales y un instructor, el instructor era negro y no paraba de repetirme que yo era una mujer negra y joven, que en cuanto me metieran presa -porque tenían pruebas para hacerlo por todas mis publicaciones- iba a ser el juguetico de todas las presas ahí”, relató Núñez Marquetti a Martí Noticias, tras permanecer más de siete horas en la unidad de investigación penal.
“Los oficiales me recalcaron que yo no sabía lo que era una prisión de mujeres, que las prisiones de mujeres eran, incluso, peores que las de los hombres, que se cometían millones de atrocidades, que me iban a violar como era tan frágil y tan jovencita, que iban a venir mujeres a maltratarme, mujeres incluso que, estando con la regla [menstruación] me iban a obligar a practicarles el sexo oral, que me podían meter de cinco a diez años de privación de libertad”, agregó.
Núñez Marquetti, de 24 años, es miembro de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana y desde el 2018 se desempeña como Coordinadora Nacional de Proyectos. Es una de las fundadoras de la campaña “Exprésate”, que insta a los artistas a comprometerse con el cambio de sistema en la isla.
Su novio Maikel la secunda en el trabajo con jóvenes cubanos para transformar la realidad que se vive dentro del país.
Días antes de la detención, agentes de la policía política se habían presentado en la vivienda de la suegra de Núñez Marquetti, en Güira de Melena, preguntando por la activista y alegando que tenía previsto el día 20 realizar una acción.
Uno de los puntos que tocaron en el interrogatorio los oficiales del Ministerio del Interior (MININT) es los vínculos suyos con familiares de presos políticos.
“Que yo ahora estaba defendiendo mucho a los familiares de los presos políticos del 11 de julio, pero que cuando yo cayera presa, la mayoría me iban a defender uno o dos meses y ya después se olvidarían de mí”.
Los agentes del órgano represor aludieron también a las relaciones interpersonales impuestas por el modelo político por las cuales numerosas familias dejaron de verse y los amigos se distanciaron.
Le dijeron que podía "ir olvidándome de mis amistades porque ninguna iba a hacer nada por mí, que igual mi pareja no me iba a durar más de un año, que mi padre estaba viejo y que no debía ponerlo en esa situación”.
Los agentes del Estado confiscaron el teléfono celular de Núñez Marqueti para que quedara bajo investigación.
“Luego comenzaron a interrogar a mi pareja, que me aconsejara para que me olvidara de eso, que él no sabía lo que era cargar una ‘jaba’ todos los años que me iba a echar, inclusive a él lo amenazaron con meterlo preso”, denunció la activista.