Senado brasileño vota a favor de enjuiciar a Dilma Rousseff

  • Agencias

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, habla durante una rueda de prensa con corresponsales extranjeros.

Tras unas 15 horas de debate, los senadores votaron 59 a favor y 21 en contra por violación de leyes fiscales en el manejo que hizo Rousseff del presupuesto federal. Fue el último paso antes de un juicio político y voto sobre la destitución, previstos para las próximas semanas.

El Senado brasileño votó el miércoles por abrumadora mayoría enjuiciar a la presidenta suspendida Dilma Rousseff, dando un paso más hacia la destitución de la primera mujer que ha estado al frente de Brasil.

Tras unas 15 horas de debate, los senadores votaron 59 a favor y 21 en contra por violación de leyes fiscales en el manejo que hizo Rousseff del presupuesto federal. Fue el último paso antes de un juicio político y voto sobre la destitución, previstos para las próximas semanas.

El resultado de la votación estaba previsto: el Senado ya sufragó en mayo en favor de impugnar a Rousseff y suspenderla de su cargo por un máximo de 180 días mientras se preparaba el juicio.

La votación del miércoles puso en evidencia que las gestiones para destituirla han cobrado impulso, pese a que Rousseff ha tratado de cabildear a senadores que expresaron dudas sobre la capacidad del presidente interino Michel Temer para gobernar.

"Nadie puede cometer delitos con impunidad", afirmó el senador Aecio Neves, uno de los que propusieron la destitución de Rousseff.

Los senadores que promovían retirarla del puesto necesitaban apenas una mayoría simple para pedir el juicio. No solo consiguieron mucho más que eso, sino que también lograron un amplio margen sobre la súper mayoría -de al menos 54 votos- que necesitarán para destituirla permanentemente.

"Esta no es una situación fácil", dijo José Eduardo Cardozo, quien fue secretario de Justicia durante el gobierno de Rousseff y está a cargo de su defensa, al portal noticioso local G1 después de la votación en la capital, Brasilia.

En un intento por impedir el juicio en el Senado, el gobernante Partido de los Trabajadores solicitó la ayuda de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. Se desconoce qué impacto, si es que alguno, podría tener dicha petición.

Rousseff ha negado reiteradamente las acusaciones y ha señalado que sus predecesores tomaron medidas similares al calcular el presupuesto federal. Rousseff, que aún reside en el palacio presidencial, ha mencionado la posibilidad de convocar a elecciones. En varias entrevistas ha dicho que estaría dispuesta a realizar un plebiscito.

Aunque tales declaraciones parecían un intento de convencer a los senadores vacilantes a que la restituyeran, sería difícil convocar a elecciones antes de 2018, cuando finaliza el actual período presidencial. Para que eso ocurriera, tanto Temer como Rousseff deberían renunciar o ser destituidos. Aunque la suerte de ella parece sellada, es improbable que Temer renuncie.

El político de 75 años ha dicho que no se presentará en 2018, y en todo caso prácticamente no tiene opción desde que la corte electoral le prohibió presentarse debido a violaciones de las finanzas de campaña.