El Senador demócrata cubanoamericano, Bob Menéndez, instó al presidente Joe Biden, a través de una carta enviada el 14 de febrero, a demostrar el compromiso estadounidense con la democracia y los derechos humanos a través de la creación de una nueva categoría de visa limitada para activistas de derechos humanos.
El también Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado explicó en la misiva que esta visa, de entrada múltiple y vigente por tres años, permitiría a los activistas entrar a suelo estadounidense, cuando estén bajo amenazas y con necesidad urgente de huir de su país de origen.
“Lo que más necesitan los defensores de los derechos humanos es que se les garantice un puerto seguro si sus vidas se ven amenazadas, y esta visa permitiría a los que corren mayor riesgo continuar con su trabajo frente a la creciente presión”, escribió el cubanoamericano.
El representante de New Jersey señaló que con esta visa Estados Unidos no solo apoyaría y enviaría “un poderoso mensaje” a los activistas de que está dispuesto a protegerlos, sino que además serviría de “advertencia” a los países autócratas y violadores de derechos humanos de que el gobierno estadounidense está listo para tomar medidas en favor de los derechos humanos.
“Dado el dramático aumento de los ataques contra los defensores de los derechos humanos en todo el mundo, Estados Unidos puede y debe hacer más para proteger a los defensores de los derechos humanos”, recalcó.
A propósito de este pedido, la organización Humans Right Watch instó a la administración Biden a respaldar públicamente esta nueva categoría de visa en la Cumbre por la Democracia de marzo de 2023 y comprometerse a trabajar con el Congreso para implementarla.
“Los defensores de los derechos humanos están en la primera línea de la protección de los valores democráticos y el estado de derecho, lo que convierte a la cumbre en el lugar perfecto para que Biden transmita su mensaje de libertad y derechos humanos”, señaló la organización.
De la misma manera, la entidad humanitaria dijo que este paso permitiría que Estados Unidos reforzaría su moral e indicaría que el país está con los defensores de derechos humanos que están en la primera línea de la protección de los valores democráticos y el estado de derecho.