Familiares y opositores cubanos dieron sepultura el miércoles a la activista del grupo Damas de Blanco, Ada María López Canino, quien falleció a los 54 años tras sufrir un accidente cerebrovascular.
La opositora murió el martes en el hospital Calixto García, en La Habana.
Fue velada en la sede nacional del grupo Damas de Blanco en Lawton, debido a que el gobierno impuso "obstáculos" a familiares en la funeraria de Calabazar, según explicó la líder del grupo Berta Soler.
"En este momento estamos en el cementerio dándole el último adiós", dijoa Martí Noticias la Dama de Blanco María Cristina Labrada.
Su familia decidió enterrarla en el panteón de las Damas de Blanco.
Labrada dijo que aunque el operativo de la Seguridad del Estado "es grandioso", el funeral se realizó con normalidad.
"Verdaderamente ellos no han molestado, por lo menos las personas han llegado a la sede nacional que fue donde se veló (...) Al cementerio pudimos llegar muchas personas, fueron seis carros y un carro fúnebre", explicó.
"Si hay algún detenido hasta ahora no lo hemos sabido", agregó.
López Canino será recordada como la mujer valiente que fue, dijeron disidentes y familiares entrevistados por Radio Martí.
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Hijo culpa a la Seguridad del Estado
López Canino padecía de diabetes e hipertensión, pero sus problemas de salud se acrecentaron tras recibir un tratamiento a base de células madres, según explicó su hijo Geovani Díaz López.
El joven culpó a la policía política de la muerte de su madre.
"Yo no entiendo que haya sido muerte natural, estoy seguro que fue la Seguridad del Estado la que me la mató", expresó el joven en entrevista con el periodista Adriel Reyes de Radio Martí.
"Las dos veces que me la sacaron (de terapia intensiva) tuvo la recaída. Ella nunca estuvo de sacar de la sala de cuidados especiales", agregó.
"El trato fue pésimo, los médicos, los jefes de la sala nos botaban", denunció el hijo.
Geovani contó que el martes por la noche lo llamó por teléfono un oficial de la Seguridad del Estado que no identificó para ofrecerle "ayuda".
"(Me llama para preguntar) en qué me podía ayudar, el que la reprimía a ella, y le dije: 'no puedes ayudar en nada, ya mi mamá está fallecida, en qué me vas a ayudar si ustedes lo que me han hecho es todo el tiempo maltrarla, golpearla, no me puedes ayudar en nada", dijo.
Agustín López, hermano de la fallecida opositora, hizo un resumen de su vida: "Mi hermana, que nunca buscó un interés personal, nunca ambicionó la riqueza, amaba a su prójimo (..) Ese riesgo, que sabía que retaba a la vida por todas sus enfermedades, arriesgaba a la familia, todo y no desistía. En una ocasión le dije que parara un poco y no, (dijo) que prefería la muerte".
Su hijo, por su lado, se comprometió a continuar defendiendo sus ideales.
"Ella siempre estuvo luchando por la patria, porque Cuba fuera libre y nosotros vamos a seguir su ejemplo", expresó el joven.
La líder del grupo, Berta Soler, dijo que "fue una mujer muy valiente, capaz, una mujer concientizada que puso por medio todo para estar junto a nosotras".
A la opositora le sobreviven sus cinco hijos, el esposo y el hermano, Agustín López Canino, con quien compartió por años el activismo a favor de los derechos humanos en Cuba.
(Redactado con reporte de Ivette Pacheco y Adriel Reyes)