La combinación de escasez de comida y de medicamentos en Cuba representa una emergencia humanitaria compleja y el gobierno hace demasiado poco para paliar la situación, dijo a Martí Noticias el activista Omar López Montenegro.
“Estamos a punto, si no lo estamos ya, en pleno desarrollo de una catástrofe humanitaria en Cuba porque la crisis económica, la crisis alimentaria, tienen su repercusión en la crisis sanitaria: ¡Si no hay ni laxantes para darle a una persona! Unas enfermedades que son simples, pueden ser controladas fácilmente, se convierten en plagas y eso es lo que está pasando en Cuba”, señaló el opositor exiliado en los Estados Unidos.
“Si no hay medios sanitarios, si no hay manera de que la gente pueda ejercer su higiene personal, esto abre camino a las enfermedades; la falta de limpieza, de recogida de basura", agregó.
“Cuba se enfrenta a una crisis humanitaria y económica sin precedentes caracterizada por la escasez de alimentos y recursos, los continuos apagones y el acceso limitado a suministros médicos”, señaló WOLA, una organización líder en investigación e incidencia que promueve los derechos humanos en las Américas.
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La situación en Cuba cada vez más cerca de la crisis de los 90
Desde La Habana, el periodista independiente Boris González Arenas señaló a Martí Noticias que los bajos ingresos y la alta inflación debilitan el poder adquisitivo de las personas y aumentan los riesgos a sufrir inseguridad alimentaria.
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“Hace muchas décadas que la cantidad de comida que dan en la libreta de abastecimiento no es suficiente. De hace cinco o seis años para acá, a esa libreta se le han empezado a eliminar productos que hacen más precaria la situación de los cubanos y se nota muy simple, o sea, la causa y efecto está clara: son hombres y mujeres buscando en la basura las 24 horas del día y, en ocasiones, comiendo directamente de la basura”, describió Arenas.
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Indigentes buscan alimentos en la basura en La Habana
“Eso es el régimen comunista en este momento y entonces, sale una funcionaria y te dice ‘Pero no te preocupes, el hambre tuya guárdala para el mes que viene, que el arroz de este mes, te lo vamos a dar el mes que viene”, ironizó el comunicador.
El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel prometió en abril "mejores perspectivas en la distribución de la canasta familiar normada de alimentos para los meses de abril y mayo".
⚠️📌🇨🇺En Cuba “los buzos” son personas que se dedican a rebuscar en los tanques de basura para obtener de los desechos algo que les sirva para reutilizar, vender o, en el último tiempo, alimentarse.🚨 ¡Aumentan los buzos de la tercera edad! Un creciente número de personas… pic.twitter.com/BUniO6o56r
— Obs de Envejecimiento, Cuidados y Derechos (@cuido60) April 22, 2024
En su podcast Desde la Presidencia mencionó entonces el arribo a puertos cubanos de volúmenes de arroz, que garantizarían la distribución hasta junio, y el trigo necesario para asegurar el pan por tres meses. En ese mismo espacio, la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz, aseguró que disponían de café, aceite, pollo y arroz donados por China y otros tres países.
Díaz-Canel dijo que su gobierno hacía "enormes esfuerzos para entregar sin fraccionamiento y de manera ininterrumpida la canasta básica de alimentos" y una vez más culpó al embargo de Estados Unidos de esta crisis.
Sin embargo, López Montenegro considera que el único responsable de esta situación es gobierno cubano y su mala gestión de la economía.
“Hay una situación de emergencia y de crisis humanitaria que, ojo, esto representa también un retroceso del poder del gobierno, porque el régimen garantizaba un mínimo, aunque no fuera lo necesario en su totalidad, pero garantizaba un mínimo de orden en estas cuestiones”, aseguró.
El pasado 29 de abril, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA), expresaron preocupación por el agravamiento de la inseguridad alimentaria en Cuba y las interrupciones prolongadas del suministro eléctrico, al tiempo que señalaron que esta situación afecta desproporcionadamente a ciertos grupos de personas, como las mayores de 60 años, mujeres embarazadas, niños, adolescentes, y aquellas con enfermedades crónicas, lo cual genera graves impactos en sus condiciones de vida.