La superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba, Sor Nadieska Almeida, hizo un llamado a las autoridades del régimen de La Habana para que escuchen al pueblo y tomen medidas urgentes que ayuden a recuperar el país.
En un texto publicado en sus redes sociales, la religiosa cuestiona los nuevos acuerdos con Rusia y la influencia que esta podría ejercer, otra vez, en la nación cubana.
“Se nos impone ahora una nueva y más honda relación con Rusia, pero a su vez otras alianzas… sólo me pregunto y creo que como yo, tantos también se cuestionan, si no hay ninguna posibilidad desde dentro… ¿Es que no hay otras alternativas para salir del hueco en que por años nos han colocado y la solución de ahora es que seremos tierra de alguien y dueños de nada…?”, criticó.
“Me resisto a callar ese dolor, no quiero que otra vez se obligue a los estudiantes a aprender ruso, no quiero que nuestras madres comiencen a sufrir por la posibilidad de un servicio fuera de Cuba, ya es bastante con lo que se sufre cuando tienen que irse los jóvenes al servicio militar obligatorio… ya sabemos todo lo que ha traído y sigue trayéndonos, incluso muertes”, agregó.
Sor Nadieska, una de las monjas que ha alzado su voz para denunciar las violaciones de los derechos humanos y la crisis económica, social y política en el país, cree que la solución está en el pueblo. “Se trata de nosotros, de incluirnos, de mirar y buscar juntos, de dejar la prepotencia y escuchar criterios diversos, válidos, inteligentes y certeros, se trata de respeto y diálogo, de búsqueda en común, de deponer imposiciones absurdas, se trata de recomenzar la historia, intentar un nuevo modelo de gobierno, se trata de aceptar humildemente que no nos sirve lo que se lleva intentando e imponiendo por décadas…”
“Será más sabia una retirada”, aconseja la religiosa en medio del caos que han vivido las comunidades rurales y grandes ciudades del oriente de Cuba por las intensas lluvias que han dejado al menos un fallecido, decenas de pueblos incomunicados y miles de personas evacuadas.
“¿Es razonable que un país se inunde porque su servicio de drenaje está colapsado y no haya previsiones para evitar desastres, cuando conocemos muy bien la temporada de lluvias y huracanes? ¿Tienen en cuenta todas las consecuencias a causa de las inundaciones? ¿Cómo serán atendidas y solucionadas las pérdidas materiales?”, cuestionó.
Decir la verdad —advirtió —, no convierte a las personas en enemigos. “No queremos ser cómplices de tanto mal, de tantas tristezas y sin sentido que se vive cada día y a lo que se le van sumando tantas situaciones… Ustedes saben que está en sus manos… ya es hora que dejen que salga lo mejor de cada uno: Liberen a los presos injustamente encarcelados, los de julio, los de noviembre, los de San Isidro, los de Caimanera…” dijo.
En su escrito Nadieska pide soluciones para la crisis de alimentos y medicinas en el país, exige a las autoridades que trabajen para erradicar la inseguridad y la violencia, así como el cese del abuso policial y las difamaciones contra quienes disienten.
“Permitan a este pueblo vivir, vivir dignamente… busquen soluciones ante la aflicción y desesperación de su gente, que ya se le acaban las fuerzas para mantenerse, que ya no tiene a dónde mirar”.
Este fin de semana Cáritas Cuba también compartió una publicación en la que pedían oraciones y ayuda humanitaria para los damnificados por las inundaciones. La organización cristiana hizo un recuento de los principales daños provocados en las diferentes regiones por las intensas lluvias y lamentaron la muerte de un hombre como consecuencia del desastre.
“Ante esta delicada situación que arrecia las dificultades que ya sufre la nación cubana debido a la crisis económica, pedimos a católicos, creyentes y personas de bien a unir oraciones, pensamientos y gestos de ayuda a los damnificados de las diócesis afectadas”, recoge la nota publicada en Facebook por Cáritas Cuba.
A mediados del año pasado Sor Nadieska sufrió la pérdida de una persona muy querida. Tras ver las condiciones del ataúd en el que fue sepultada, la religiosa hizo una catarsis en la que expuso mucho de los problemas que ha vuelto a denunciar este fin de semana y que, en los últimos meses, han aumentado.
“No, no podemos seguir dejando que el tiempo pase sin expresar una y otra vez que esto no es lo normal. No es normal que la vida a este pueblo se le esté yendo en las colas buscando qué poner en la mesa. No es normal vivir con tediosos y largos apagones en los que se echan a perder los escasos alimentos que se compran, no se puede descansar y, aun así, al día siguiente hay que volver a empezar… NO NOS MERECEMOS ESTO”.
La superiora alzó su voz para en esa ocasión para reclamarle a las autoridades que dejaran los discursos y comenzaran a ver las necesidades de los cubanos con “respeto”.
“Este pueblo sangra desde el corazón y muere día a día. Es muy doloroso ver la desesperanza en los rostros… Queremos vivir la vida con todos sus derechos […] Eso es lo que todos nos merecemos”, sentenció.