El Gobierno de costa Rica decidió suspender a partir de este sábado 19 de diciembre la emisión de visas humanitarias de tránsito a migrantes cubanos y anunció que deportará a quienes no tengan sus documentos en regla, según reportó el diario tico La Nación.
La medida del gobierno de San José fue anunciada al tiempo que el presidente abandonó sus participación en los organismos políticos del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), “debido a la falta de solidaridad de Nicaragua, Guatemala y Belice para dar solución a casi 6.000 isleños varados en la frontera norte”, indica un artículo del rotativo costarricense.
El presidente Luis Guillermo Solís argumentó el viernes la decisión de esta manera: “Costa Rica es un país serio, que se casa con tesis humanitarias, pero, por mucho que queramos, no podemos seguir recibiendo migrantes”.
Más adelante, en tono más contundente advirtió a los cubanos que no sigan llegando al país centroamericano, alerta que hizo sobre el hecho de que Nicaragua, Guatemala y Belice no les permitirán el paso en la ruta que siguen hacia Estados Unidos.
“Por favor no lo hagan, no queremos deportarlos. Ayúdennos y ayúdense”, advirtió el mandatario.
Según informaciones del estado las deportaciones se harían hacia Panamá, si ese es el país de origen, o a otros destinos no determinados si el migrante no quiere regresar a Cuba, aunque no precisaron cuáles son esos “destinos no determinados”.
El presidente Solís pidió a la Policía actuar con toda la rigurosidad posible y sin contemplaciones contra redes de tráfico de personas. “No habrá tregua ni vacaciones”, dijo.
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Por otro lado, Nicaragua hizo la propuesta a sus vecinos centroamericanos de embocar la presión de la crisis al país de destino: Estados Unidos, con el planteamiento que se le exija a esa nación suspender la Ley de Ajuste Cubano, que ordena recibir a cada cubano que ponga un pie en territorio estadounidense.
El presidente nicaragüense Daniel Ortega, afirma que la culpable es la Ley de Ajuste Cubano.
“Se considera a los Estados Unidos responsables directos de esta situación fatal y se suma al justo y digno reclamo del gobierno de Cuba de proceder a negociaciones para establecer una migración legal”, destacó la Cancillería nicaragüense en un comunicado.
Unos 5.000 cubanos permanecen en Costa Rica desde que se desató la crisis el 15 de noviembre, cuando su vecina Nicaragua cerró el paso a los migrantes caribeños en una ruta que se había hecho habitual para llegar por tierra a los Estados Unidos.