Científicos aseguraron que el cambio climático podría provocar un aumento del 50% en el número de tormentas a finales del siglo, lo que desencadenaría más incendios y causaría más víctimas mortales en distintos puntos del planeta.
"Con el calentamiento, las tormentas serán más explosivas", aseguró el investigador David Romps, profesor de biología en la Universidad de California, Berkeley, y principal autor de este trabajo publicado en la revista estadounidense Science.
Precisó que "este fenómeno se explica por el crecimiento del vapor de agua en la atmósfera, que alimenta el movimiento de las corrientes de aire caliente."
La subida de estas corrientes calientes hacia las masas de aire frío, cargadas de partículas de hielo, provoca que haya más descargas eléctricas. "Ya sabemos que cuanto más deprisa suben las masas de aire caliente a la atmósfera, más rayos hay. Y cuantas más precipitaciones haya, más rayos habrá también", añadió el científico.
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La mayor frecuencia de estas tormentas eléctricas causaría más heridos y víctimas mortales, teniendo en cuenta que hoy en día cerca de 1.000 personas mueren al año en Estados Unidos por esta causa. Ello también provocaría un mayor número de incendios en los bosques ya que, hoy en día, esta es la causa principal de la mayoría y los más difíciles de contener.
Con esta investigación, los científicos pudieron determinar que el nivel de las precipitaciones y la velocidad de subida de las masas de aire caliente a la atmósfera eran buenos indicadores para predecir la frecuencia de las tormentas.
El 77% de las tormentas pueden predecirse a partir de estos dos parámetros. Después de haber analizado 11 modelos climáticos diferentes, estos investigadores determinaron que, por cada grado de aumento de la temperatura, crecerían en un 12% el número de tormentas sobre la Tierra.
Los científicos estimaron que, de aquí al final del siglo, la temperatura subirá cuatro grados de media si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen a este ritmo, por lo que habría un 50% más de tormentas en 2100.
Este grupo de científicos desveló que seguirá trabajando para estudiar la distribución y el aumento de las tormentas en el conjunto de Estados Unidos.