Trump se reúne con víctimas y socorristas tras masacre en Las Vegas

Donald y Melania Trump se reúnen con víctimas de la masacre en Las Vegas.

El presidente felicitó a los residentes de la ciudad por el espíritu valiente y solidario con el que enfrentaron la peor masacre en la historia reciente de EEUU.

El presidente Donald Trump felicitó el miércoles a los residentes de Las Vegas por su "valentía" tras sufrir la peor masacre en la historia reciente de Estados Unidos, mientras el FBI seguía armando el rompecabezas de lo ocurrido.

Tres días después de que Stephen Paddock, un estadounidense de 64 años, matara a 58 personas e hiriera a más de 500 en pleno centro de la meca del juego y el entretenimiento, el mandatario visitó con su esposa Melania un hospital y un centro de comando de la policía para reunirse con víctimas y socorristas.

"Vimos una valentía tremenda, la policía, increíble, la gente, increíble. En nombre de nuestro país, de nuestro gran país, queremos agradecerles. Son una inspiración", señaló Trump, al destacar cómo personas malheridas no dejaban de ayudar a otros en la fatídica noche del domingo.

Tan pronto arribó a la ciudad, Trump junto a la Primera Dama visitaron el University Medical Center para conversar con víctimas y personal médico que asistió y asiste a los heridos de la masacre.

"Ustedes han hecho un increíble trabajo en Las Vegas", dijo el presidente Donald Trump al personal médico del UMC y reiteró que el pistolero fue un hombre "muy enfermo y demente".

También indicó que está muy orgulloso del trabajo realizado por la policía y el personal de emergencia y que ha invitado a sobrevivientes de la masacre a la Casa Blanca.

Posteriormente, Trump se reunió con la policía y ofreció un discurso en el que resaltó el trabajo de los "héroes" aquella noche de horror, que incluye a los oficiales de policía y al personal de emergencia, quienes salieron de inmediato para atender a las víctimas del tiroteo arriesgando sus propias vidas.

Trump resaltó que la "maldad no nos vencerá" y que "juntos como estadounidenses" saldremos adelante.

Al preguntarle sobre una posible ley para el control de ventas de armas, el presidente Trump se rehusó a opinar, indicando que no era el momento para hablar sobre el tema.

En busca de algún dato que pueda aportar respuestas, el FBI recibió en el aeropuerto de Los Ángeles a la novia del atacante, Marilou Danley, de 62 años, quien estaba en Filipinas cuando la masacre.

La mujer, de origen filipino y nacionalidad australiana, regresó el martes a Estados Unidos, donde vive desde hace 20 años.

No está claro si fue interrogada, pero por ahora no está bajo custodia y es libre de ir a donde quiera. Es una "persona de interés" para el FBI, según medios estadounidenses, que señalaron que se investiga una transferencia de 100.000 dólares que le hizo Paddock a Filipinas una semana antes de la matanza.

Según NBC News, además del giro de 100.000 dólares, el atacante había apostado otros 160.000 en casinos en las últimas semanas.

La policía es cautelosa sobre lo sucedido. Este caso "es un poco diferente de otros que tratamos en el pasado, porque aún no tenemos pistas para determinar la ideología del tirador, o explicar sus motivos", reconoció a la cadena CNBC Andrew McCabe, subdirector del FBI.

"Tenemos que hacer un gran trabajo policial para juntar las diferentes piezas y armar el rompecabezas", agregó.

Por lo pronto se desestimó un vínculo de Paddock con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que reivindicó el ataque sin dar pruebas y lo llamó un "soldado del califato".

El presidente de la comisión de Inteligencia del Senado, Richard Burr, dijo que la matanza a tiros no parecía ser de naturaleza "terrorista".

El FBI analiza además 67 videos de seguridad.

Entre las condolencias recibidas, la Casa Blanca informó sobre la llamada que recibió Trump de su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto.

Estados Unidos, aún conmocionado, conocía las historias de las víctimas y los sobrevivientes, se emocionaba con sus héroes comunes y se afanaba por ayudar como fuera.

"Nada como esto une tanto a una comunidad", dijo Mitzy Edgecomb, responsable de un banco de sangre local que no paraba de recibir donantes.

Uno de ellos era Sammy Rangel, quien estuvo preso 18 años en Chicago por ser líder de una pandilla de supremacistas blancos. Ahora, decidió dar su sangre para "contrarrestar el mensaje de odio, con amor y compasión"

(Con información de AFP y VOA Noticias)