Tuto y su espectáculo callejero: contra todos los pronósticos

Tuto en Santiago de Cuba

​​Personajes de las novelas de turnos, la música del momento: sus pasillos, y algún que otro chiste con doble intención (temas políticos incluidos) han sido parte del repertorio de este artista de la suerte...

SANTIAGO DE CUBA.- Exhibiendo con orgullo un retrato donde sale con Reynaldo García Zapata y Lázaro Espósito Canto (Expresidente del Consejo de la Administración Provincial y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia, respectivamente) Tuto se entrega en cada una de sus presentaciones en la calle Enramadas, con la fe de que esa foto, al igual que si fuera una estampita de la Virgen de la Caridad o un retrato del propio Jesucristo, le alejará a los guardias que tiempo atrás lo azocaban.

Tuto comenzó haciendo sus shows en cualquier esquina de barrio de Santiago de Cuba, y los vecinos que le servían de público le tiraban al piso, cerca de sus pies, desde una moneda de 20 centavos hasta un billete de cualquier color. Ellos salían por media hora del estrés que le ocasionaban las carencias y asistían gratis, o por una ofrenda barata, a un espectáculo humorístico de primer orden.

Yakelin y Fabre en Santiago de Cuba.

Personajes de las novelas de turnos, la música del momento: sus pasillos, y algún que otro chiste con doble intención (temas políticos incluidos) han sido parte del repertorio de este artista de la suerte, que decidió no aprovecharse de su retraso mental para pedir limosnas. Antes, como él mismo refiriera en CMKC (emisora provincial) encontró en su arte el modo de sobrevivir y ayudar a su madre cuando la crisis de los noventa.

Ahora se le puede ver solo o a dúo con otros talentos de ciudad menos visibles y más necesitados: Yakelín la Baba, Fabré (no el conocido cantante) salvándolos, como decimos aquí en Santiago, compartiendo sus ganancias y refrescando de paso su repertorio. Quizás la solidaridad, con los necesitados y con su madre, haya sido su mejor talismán.

Fabre en Santiago

Ya la policía no lo azoca. Tuto se ha ganado a las masas y los grandes escenarios de la calle más frecuentada de Santiago de Cuba. Ahora, como todo el que prospera en su negocio, espera un poco más a que las monedas insistan sobre la calle, cerca de sus pies, y luego comienza: los mismos chistes, el mismo repertorio quizás, algún invitado de turno, pero la gente aún sigue agradeciendo esos minutos en que pueden salir del estrés que provocan las carencias.

No importa cuales hayan sido las concesiones que ha tenido que hacer para que los guardias no lo importunen, no importa si están relacionadas con esos “vivas” autorizados por el Gobierno que inician, a veces, sus presentaciones, lo cierto es que el fin justifica los medios. Todos salimos beneficiados, porque con un retraso mental moderado, este superviviente ha logrado mantenerse a flote por más de quince años, jugándosela, pero sin quemarse.