Un fantasma recorre la mente del gobierno cubano, el fantasma de Archipiélago, afirma el grupo en misiva a Díaz-Canel

Cubanos participan en una manifestación coreando "Abajo la dictadura "y" Queremos libertad contra el gobierno del presidente cubano Miguel Díaz-Canel en La Habana, el 11 de julio de 2021.

Un fantasma recorre la mente del gobierno cubano, el fantasma de Archipiélago, dijeron este martes en una carta abierta a Miguel Díaz-Canel miembros de la plataforma ciudadana que coordina la marcha cívica del 15 de noviembre en la isla.

La misiva, firmada por el abogado y escritor Fernando Almeyda Rodríguez y el joven disidente católico Leonardo M. Fernández Otaño, detenido el 11 de julio en en San Antonio de los Baños por unirse a las protestas que sacudieron a toda Cuba, responde a las acusaciones del gobernante cubano de que la convocatoria del 15N es "un plan orquestado" y que "se involucran tanques pensantes y portavoces del gobierno de Estados Unidos en la concepción y preparación de estas acciones".

"No somos “tanques pensantes”. Simplemente decidimos ejercer nuestros derechos, para eso no se requiere tanto intelecto, solo decisión y convicción. Tampoco precisamos que nadie nos mande, ni el presidente de Cuba ni el de ningún país, mucho menos el de Estados Unidos", aclaran los firmantes, y exigen a Díaz-Canel que presente pruebas que corroboren sus acusaciones.

Los miembros de Archipiélago señalan que el único dictado al que responden es al de sus conciencias, y la única voz, la de los millones de cubanos "obligados a dedicar jornadas completas para adquirir productos cada vez más caros en una moneda que no disponen; la voz de las familias que han perdido seres queridos por la precaria condición de la infraestructura médica cubana (...); la voz de los miles de trabajadores cuyos salarios no les alcanzan para llegar a fin de mes; la voz de madres, hijos y hermanos de los manifestantes del 11J procesados cual viles criminales y sancionados en juicios sumarios sin debido proceso; la voz de la juventud que ante la falta de futuro se ve obligada a abandonar el país (...); la voz de los cientos de presos políticos, los exiliados, y los desterrados (...); la voz de los ciudadanos que quieren que las cosas cambien".

Los firmantes refieren que el proyecto revolucionario fue sepultada por el totalitarismo hace décadas, y que aunque no se oponen a que se defienda la soberanía del país, sí lo hacen "a que se justifique la represión, la ausencia total de espacios democráticos y la violación de los derechos de los ciudadanos mediante supuestas amenazas a la soberanía".

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Los firmantes responden a Díaz-Canel que ha sido él quien ha desestabilizado el país, no los manifestantes pacíficos, no Archipiélago, y que no corresponde a los gobernantes determinar quiénes son los intercolutores válidos en el diálogo nacional que creen necesita Cuba.

"Tenemos diferencias pero entendemos que a través del diálogo nacional se pueden lograr los cambios democráticos que Cuba necesita. Cuales sean esos cambios no está en nuestra capacidad definirlos ni en su persona, presidente, negarlos. Corresponde a los cubanos de todos los signos e ideologías resolver sus diferencias", dice la carta.

También aclaran que no son una fuerza política, ni un partido, sino simples ciudadanos cubanos.

En la carta, los miembros de Archipiélago defienden el valor de la protesta para lograr cambios en el país que beneficien al cubano de a pie, y advierten que "el pueblo ya sabe que contra la desidia solo cabe la protesta, el 15N no será la última que encontrarán en su camino".

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Sobre el llamado del régimen cubano a sus partidarios a combatir con violencia a los manifestantes pacíficos, los firmantes concluyen:

"Los alaridos de sus partidarios recuerdan los ecos del fascismo que tantos millones de muertos ocasionó al mundo. Nos oponemos a tales métodos y los denunciamos. Nosotros pondremos el cuerpo y el civismo. La sangre y la violencia, de ocurrir, van por usted".

Este lunes, Yunior García Aguilera, principal promotor de la marcha del 15 de noviembre, afirmó que el gobierno cubano ya no podrá llamar "grupúsculos" a los miles y miles de ciudadanos que piden un cambio en la isla.

“Según Díaz-Canel, los que apoyan al régimen han pasado de ser “inmensa mayoría” a ser “suficientes”. Ya nunca más podrán hablar de grupúsculos. Los que pedimos un cambio somos una parte considerable de este pueblo. Necesitamos urnas, no órdenes de combate”, escribió en Twitter.