Los cubanos han arrancado el 2021 inmersos en un verdadero caos, paradójicamente generado por un fenómeno llamado "ordenamiento".
Tienen salarios más elevados pero incapaces de suplir la alarmante subida de precios.
"No hay una paridad entre el nuevo salario y lo que están pagando las personas por alimentarse", dijo el lunes a Radio Martí el periodista independiente Guillermo del Sol, residente en la ciudad de Santa Clara, quien alertó que no se sabe cómo van a sobrevivir las personas ante esta nueva realidad.
Lee también Descontento popular en Cuba por elevado precio de los alimentosAsí, por ejemplo, a pesar de severa crisis de alimentos a las bodegas han llegado productos que por lo caros y malos las personas han declinado comprar como sucedió en Las Tunas.
Yelaine Martínez Herrera, periodista del medio provincial Periódico 26 describió en Facebook lo sucedido: "Mi barrio parece un gallinero, la gente no habla de otra cosa. Se sacan cuentas, se compara. La aplicación de las normas y medidas debe pasar por el necesario tamiz del bienestar del pueblo. No puede ser que “algo” cueste 6, 7, 8 o 9 veces más, sin que la calidad lo respalde. La desproporción no puede ser la palabra de orden".
De momento, las autoridades se han visto obligadas a bajar algunos precios, como los de la electricidad y los de la famosa heladería Coppelia en La Habana.
De acuerdo con el gobierno el sueldo mínimo de 2.100 pesos cubre 1,3 canastas básicas, aunque los especialistas advierten que ese cálculo se realizó en junio de 2019 antes de que llegara la pandemia y la fuerte escasez de productos durante 2020.
Ahora la isla comunista atraviesa el peor momento desde el Período Especial, con una caída del PIB de 11%.
"No me alcanzó el dinero porque venía y el cambio es muy brusco, o sea es bastante la diferencia de lo que uno pagaba antes y lo que tiene que pagar ahora, entonces a mí misma me subieron el salario pero creo que tampoco, o sea, al ser tan grande la diferencia no me alcanza, no me va a alcanzar, lo estoy previendo", dijo a la AFP la cantante Raisa Lemus.
La tarea ordenamiento trajo otro dolor de cabeza para los cubanos: deshacerse del peso convertible o cuc que equivalía a 1 dólar, una moneda que ya ni bancos ni tiendas quieren aceptar, aunque las autoridades dijeron que tendrían hasta seis meses para salir de los llamados "chavitos".
"Hay lugares donde hay un cartel que dice que no se acepta CUC, no entendemos eso, por eso es que está el Banco como está, la CADECA (Casa de Cambio) como está y si estamos luchando por el aislamiento, que las personas estén aisladas, entonces siguen las colas peor", dijo Norma Pousada, una señora ya retirada, entrevistada por AFP.
El lunes la activista María Elena Mir Marrero explicó a Radio Martí que el desespero por cambiar el CUC en pesos cubanos trae a los cubanos "locos".
"En Guanabo, en La Rotonda, hay una tienda y fui a hablar al jefe de piso, y ahí había una revolución armada, y todo el mundo en lo mismo pero ellos no aceptan el CUC, no le están aceptando a la gente en las tiendas el CUC, luego que el gobierno dijo que sí que lo aceptaría hasta seis meses después que empezaron el día cero, que fue el primero de enero. Es increíble. Tienen a los cubanos locos", dijo la opositora.
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El precio del dólar en el mercado negro se ha disparado pues es prácticamente casi imposible de adquirir a través de instituciones financieras estatales.
"Los precios ya están subiendo en todas partes y no por la reforma monetaria, sino por la falta de dólares", dijo Maykel Suárez, propietario de un taller de telefonía celular, recientemente a la agencia Reuters.
Además, según analistas, las medidas tomadas por el gobierno pueden desencadenar una inflación por encima de lo previsto y no prevé el acceso a dólares que muchas familias reciben del exterior para realizar compras básicas.
El economista Elías Amor alertó que en 2021, sin reformas estructurales de la economía, la "tarea ordenamiento" va a provocar desempleo y pobreza extrema.
Lee también La economía cubana el 2020 y previsiones para 2021"Las desigualdades de la economía cubana aumentarán y se cronificarán en función del acceso a las remesas, y los efectos sobre el valor de las exportaciones que se persiguen con la devaluación quedarán apagados con el incremento de las tensiones inflacionistas que llevaran el deterioro económico a niveles no reconocidos desde los tiempos del periodo especial. Los cubanos tienen que estar preparados para lo peor".