Santa Rosa, la "Miami del Sur", se desbordó de cubanos en 2017

La mayoría de los cubanos que arriban a Santa Rosa, Uruguay, procede de Ciego de Ávila. (Foto: Fernando Ponzetto/El País)

Un pequeño pueblo de Uruguay, con apenas 3.700 habitantes, se ha convertido en la "Miami del Sur" con el arribo de decenas de inmigrantes procedentes de la isla caribeña que llegan al país sudamericano en busca de mejores condiciones de vida.

Entre 2016 y 2017 fueron entregadas 1.265 residencias a cubanos en Uruguay, de 6.350 que ingresaron al país en ese período. En menos de nueve meses, 220 de esos isleños se establecieron en Santa Rosa, en el departamento de Canelones, según datos de Inmigración publicados por el diario local El País.

Cubanos que ingresaron a Uruguay entre 2016 y 2017. (Gráfica/ElPaís.com.uy)

La llegada de los migrantes representa un incremento del 6% de la población del lugar, lo que se ha convertido en un reto para las autoridades locales, que han solicitado a la Junta de Migración que facilite la legalización de los cubanos.

"Bienvenidos los cubanos"

Al principio, algunos residentes de Santa Rosa se quejaron de que los cubanos estaban invadiendo su territorio, y "quitándoles el trabajo", pero según dijeron santarroseños entrevistados por El País, la situación ha cambiado.

Carmen Delgado, propietaria de una firma inmobiliaria en Santa Rosa, no puede estar más satisfecha con el aluvión de cubanos. Gracias a los nuevos inquilinos, puso en renta casi todas las viviendas de las que disponía cuando antes “todo estaba parado, en crisis”.

Para Delgado, los cubanos han sido “la salvación”, porque según dijo pagan en fecha, cuidan las viviendas y son “muy amables”.

La mujer no entiende por qué algunos piensan que los cubanos vienen a robarles el trabajo. "No es así", afirma.

La mayoría de los que llegan al país son profesionales -4 de cada 10, según datos publicados por El País- y todos vienen dispuestos a trabajar en lo que aparezca, lo que agrada a los empleadores de la zona.

"A los cubanos les pagamos lo mismo que a los uruguayos, la diferencia es que ellos no se quejan si tienen que hacer horas extras o si tienen que trabajar un primero de enero", dijo al diario Graciela Repetto, administradora de un supermercado.

Sean profesionales o no, los migrantes consiguen empleo en una empresa avícola de Santa Rosa, o en el campo. Otros laboran en la construcción, como albañiles, hasta que consiguen revalidar sus títulos universitarios.

El reportaje pone el ejemplo de "un médico que se empleó como cajero en el principal supermercado de Santa Rosa y ahora viste de túnica blanca en Las Piedras".

El salario les alcanza para alquilar viviendas de dos o tres habitaciones, y vivir con ciertas comodidades. Los más emprendedores ya tienen negocio propio, un quiosquito al que han puesto como nombre "El Cubano Libre".

Otros, como Jacinto Torres, que llegó a Santa Rosa hace apenas un par de semanas, solo trae un sueño en mente: solicitar la residencia uruguaya para poder reclamar a su hijo y esposa, que quedaron atrás en la isla.

(Con información de El País, de Uruguay)