La alianza entre los gobiernos de Cuba y Venezuela tiene como principal objetivo la conservación del poder de las respectivas cúpulas gobernantes, y en ningún momento generar providencia que favorezca a sus ciudadanos.
El objetivo fundamental es respaldarse mutuamente, en particular en aquellos aspectos en los cuales una de las partes sea más vulnerable, prestándole una atención especial a la política exterior, un aspecto clave para gobiernos que tienen entre sus principales metas acrecentar sus influencias en las esferas internacionales.
Cuba nunca ha cejado en su empeño de desestabilizar o influenciar a favor de sus intereses en los gobiernos democráticos del continente, labor que se ha hecho más efectiva al compartir ventajas con Venezuela, según se infiere de un informe del Centro para una Sociedad Libre y Segura, SFS.
Este informe afirma que un resultado importante de la estrecha colaboración entre ambos gobiernos ha sido la creación de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), una sombrilla que agrupa a varios países, algunos de los cuales son enemigos jurados de la democracia y partidarios de las autocracias electorales.
En lo que respecta a Cuba, la dictadura nunca ha cejado en su propósito de espiar a los Estados Unidos. Un reciente informe destacaba que La Habana seguía tratando de reclutar agentes entres académicos, profesores y estudiantes en las universidades estadounidense, tarea que cumplieron con eficiencia cuando lograron reclutar a Ana Belén Montes y al matrimonio Kendall Myers.
Recientemente se informó que la sargento Tessa M. Fontaine fue condecorada por la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) por su colaboración en una investigación de contraespionaje que concluyó con el arresto y condena a prisión de un espía cubano no identificado en el documento.
La sargento Tessa en su función de jefe de contrainteligencia y Cyber-contrainteligencia del NRO, protegió con su servicio un sistema de inteligencia valorado en 5 mil millones dólares, lo que demuestra que aquellos que demandan cambios en la política de Estados Unidos hacia el régimen de Raúl Castro están equivocados, porque la dictadura insular sigue siendo agresiva y mantiene su histórico interés en dañar lo más posible al gobierno y la sociedad estadounidense.
Por otra parte hay que reconocer que las autoridades cubanas han demostrado extrema capacidad para seducir a individuos que defienden la dictadura, promueven sus proyectos e ideas, y demandan del gobierno de Estados Unidos una total condescendencia para con el régimen de la isla.
El castrismo es agresivo, su sobrevivencia se basa en el ataque, en tomar la ofensiva siempre, sin que importe el escenario, por eso nunca ha dejado de ser un peligro para sus enemigos o rivales, pero tampoco para sus amigos o aliados, México y Canadá históricamente han sido muy indulgentes con la dictadura de los hermanos Castro, sin embargo ambos países han sido las bases del espionaje cubano en el hemisferio.
Aunque Canadá sea el mayor proveedor de turistas a Cuba, aunque haya invertido en la isla cientos de millones de dólares, o México facilite créditos que nunca son pagados y tienen que ser condonados para conceder nuevos créditos, la mayoría de los espías y subversores de La Habana han tenido en esos países sus centros operativos.
El SFS, refiere que los gobiernos de Cuba, Venezuela e Irán procuran violar el sistema de seguridad de Canadá y que Venezuela, con la asistencia de Cuba, donde hay condiciones para emitir cualquier tipo de documento de viaje del país sudamericano, proporcionó al menos 173 pasaportes, visas y otros documentos a islamistas que buscaban infiltrarse en América del Norte, y agrega que entre 2009 al 2011, América Latina fue el trampolín más importante de los fundamentalistas iraníes vinculados a organizaciones terroristas como Hezbolá.
El SFS, destaca que en Venezuela hay una gran presencia islámica en el alto gobierno, y que el gobernador del estado Aragua, Tarek El Aissami, se ha esforzado en establecer una trama financiera para sufragar el terrorismo desde América Latina. Agrega que Aissami cumple un papel importante en los vínculos de Hezbolá con el gobierno de Nicolás Maduro.
Un informe del Departamento de Estado del pasado año resaltaba la fuerte cooperación económica, financiera y diplomática entre Venezuela e Irán, relación que había iniciado el desparecido presidente Hugo Chávez, y continúa desarrollando Nicolás Maduro.
El estudio añade que Venezuela da protección a individuos ligados a las colombianas guerrillas de las FARC y a simpatizantes y patrocinadores de Hezbolá.
Si en la década de 1960 y 70, el régimen cubano auspició la subversión y desestabilización en el continente, la coalición forjada entre Cuba y Venezuela en el presente, es un instrumento útil a cualquier ideología extremista, independiente a que sea devoto o secular.