Como era de esperar, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, acompañó su primera visita a la capital ucraniana en muchos años con sus propias propuestas de paz, que de un modo extraño se asemejan a un plan similar de China. Aunque, ¿por qué de forma extraña? No hay nada sorprendente en ello.
Durante la visita del presidente chino Xi Jinping a Budapest, Viktor Orbán apoyó las propuestas chinas que se habían hecho públicas el día anterior. Sin embargo, después de eso, los representantes chinos no asistieron a la cumbre de Suiza. Viktor Orbán envió a su representante, y Hungría también firmó el documento final de la reunión. Así pues, no es la primera vez que Orbán maniobra entre Occidente y China.
Para Orbán las relaciones con China son mucho más importantes que las relaciones con Rusia
En Ucrania, muchos sostienen que el primer ministro húngaro está difundiendo la narrativa rusa cuando habla de un alto el fuego. Pero conviene recordar que Vladimir Putin está imponiendo condiciones adicionales a este alto el fuego, como la retirada de las tropas ucranianas de los territorios de Ucrania que Rusia ha declarado «suyos». Así que no se trata en absoluto de una agenda rusa, sino china. Y creo que las relaciones con China son mucho más importantes para Orbán que las relaciones con Rusia.
Su planteamiento es casi ideal para cualquier político europeo radical: permanecer en la UE y organizar la inversión china. Por eso, que Orbán exprese las propuestas chinas en presencia de Volodymyr Zelenskyy parece una buena ocasión.
Sin embargo, estas propuestas carecen de los aspectos más importantes: ¿cuál será el destino de Crimea y otros territorios ocupados de Ucrania tras este alto el fuego? ¿Cuáles serán las garantías de seguridad para Ucrania, quién las proporcionará y en qué condiciones? Y lo más interesante, ¿Rusia se plantea cesar el fuego, o debe hacerlo Ucrania unilateralmente? Al fin y al cabo, como ya he dicho, hasta ahora no hemos notado ningún interés en negociaciones reales por parte de Vladimir Putin.
Por lo tanto, en realidad, no podemos hablar de un plan de paz como tal, sino más bien deldeseo de definir una posición. No es casualidad que incluso el propio Orban, en una reunión informativa conjunta con Zelenskyy, se apresurara a subrayar que él también acepta el planteamiento ucraniano, pero que su aplicación llevará mucho más tiempo.
Le interesa declararse como otro pacificador -y no en cualquier lugar, sino en Kyiv
Orban es un político experimentado y, creo, es muy consciente de que no hay ninguna posibilidad real de aplicar su «alto el fuego» hoy o en un futuro próximo. Pero le interesa declararse como otro pacificador -y no en cualquier lugar, sino en Kyiv, para demostrar lo común de las posiciones china y húngara, y al mismo tiempo «confundir» a la opinión pública ucraniana con una alternativa política inexistente a la resistencia a la agresión.
Creo que Viktor Orbán afrontó con éxito estas tareas durante su estancia en la capital ucraniana. Pero no tienen nada que ver con el fin de la guerra.