WSJ: No hay justicia para los manifestantes del 11 de julio en Cuba

Juicios a participantes en manifestaciones del 11J.

El diario norteamericano Wall Street Journal escribe este lunes que mientras los estadounidenses estaban comprando regalos de última hora en Nochebuena, el cubano Luis Aguilar Rivera lamentaba desde La Habana en YouTube la suerte de su hijo.

Asegura el importante medio que el día anterior, la dictadura militar cubana le había entregado al hijo de 21 años de Aguilar Rivera, quien al parecer tiene problemas cognitivos, una sentencia de prisión de 22 años por su participación en las protestas contra el gobierno del 11 al 13 de julio.

“Parece increíble que en este país, donde se dice que la gente es lo primero, esté pasando esto. No puede ser”, insistió Aguilar Rivera en el video.

Puede ser y lo es, dice Wall Street Journal, aunque no sin el uso de la legendaria coerción soviética que todavía se practica en Cuba, como explicó Aguilar Rivera en su publicación de YouTube. “Tengo testimonios oficiales de que la jueza que dictó la sentencia se puso a llorar cuando todos se fueron”. Añadió: “Conoce la gran injusticia que se está cometiendo”.

Los Aguilar Rivera son parte de algo mucho más grande, como tuiteó el subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, el 26 de diciembre: “Más de 150 cubanos en toda la isla enfrentan hasta 25 años de juicios simulados. El Gobierno de Cuba debe frenar estas injustas sentencias por protestas pacíficas. Pedimos la liberación inmediata de los manifestantes del 11J ”.

Concluye el diario estadounidense que “con la prensa internacional en gran parte de vacaciones, la segunda quincena de diciembre fue un momento ideal para encerrar a los disidentes y tirar la llave. Las duras penas pretenden ser una advertencia a los cubanos sobre lo que les sucede a los inconformistas. Es posible que la estrategia haya funcionado hasta ahora. Sin embargo, su eficacia a largo plazo es dudosa. Las protestas de julio hicieron historia porque la amplitud y el tamaño de las multitudes en las calles conmocionaron al régimen, al igual que la falta de miedo del público y sus expresiones de profundo odio por el sistema”.