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Cuba

El castrismo cultural (Primera parte)

En 1986 Fidel Castro visitó con el ex presidente español Felipe González a la sala Tropicana en La Habana.
En 1986 Fidel Castro visitó con el ex presidente español Felipe González a la sala Tropicana en La Habana.

Este artículo de Manuel Cuesta Morúa fue publicado originalmente en el blog Posracialidad.

¿Qué es el castrismo cultural? El castrismo cultural lo defino como la matriz de rasgos de comportamiento, mentalidad, visión y estilos de vida que, conectados con su origen en la Galicia rural, entra como uno de los torrentes formativos de la nacionalidad cubana, se reestructura con elementos de la tradición hispánica medieval y se petrifica, sin fluir, en medio del proceso mismo de formación de nuestra nacionalidad.

La historiografía cubana es vasta en todos los campos tradicionales del quehacer y pensar históricos. Sus debilidades están centradas, sin embargo, en la historia social, en la historia de las mentalidades y en los estudios culturales. Esto no es casual. Dado el peso que tuvo en Cuba la tradición estatista en el flujo social y cultural, a diferencia de otros lugares, la nación y la nacionalidad han sido miradas siempre desde los puntos de vista de la guerra, la política y el Estado. También desde la economía. No obstante, la idea de que sin azúcar no había país refleja más bien la visión de una clase que sabía que su poder de inserción mundial dependía de la economía, que la de una visión y una conciencia de lo que podía ser la nación.

Esta se intenta construir desde la política y desde el Estado, a ratos desde la estética poética, en contraposición estructural con el país de la economía. Pero el elemento fundamental desde el cual se estructura una nación: el elemento cultural, nunca ha sido objeto de análisis de rango. En ese sentido la historiografía cubana ha seguido el curso de la narrativa del poder y no se ha proyectado a una imaginación estratégica sobre la nación. Algo que no puede hacerse descontando los valores culturales. Como se sabe hoy con mayor claridad, y como lo demuestra la existencia misma del castrismo, la cultura es lo que importa en términos de qué pautas estructuran una sociedad.

Sin embargo, si es cierto que sin economía no hay país, es más exacto todavía el axioma de que sin cultura compartida no hay nación. Entendiendo, claro está, que país y nación no son la misma cosa. Y el castrismo cultural es exactamente la hegemonía de uno de los torrentes culturales de la nación, no precisamente el más actualizado ni dinámico, pero sí el más agresivo, sobre el resto de los torrentes o componentes que venían dando entidad a la nacionalidad cultural de Cuba. Diría más: el castrismo cultural —como resumen de una tradición— estaba a punto de diluirse justo en el momento en el que logra detener ese difícil proceso de conformación de la Cuba cultural. La síntesis de ese proceso en el ámbito literario la expresaba muy bien Virgilio Piñera. Pero el triunfo del castrismo cultural tiene su correlato, a pesar de las contradicciones, en el triunfo de otro movimiento literario: el origenismo ―con su preeminencia católica―, en la versión “revolucionaria” de Cintio Vitier.

En la década del 50 del siglo pasado, cuando este proceso de la nación cultural está a punto de cuajar, e incluso cuando ya la burguesía cubana se da cuenta que es importante ser nacionalista, aparece con fuerza hegemónica el castrismo cultural: la versión menos cubana de la hispanidad gallega.

De hecho y en rigor antropológico, el castrismo no es cubano. Quien lee detenidamente el libro Todo el tiempo de los cedros, esa mezcla de hagiografía y patrística sobre Fidel Castro escrita por la periodista cubana Katiuska Blanco, tendrá la excelente ocasión de analizar un típico texto de antropología involuntaria. Lancara, la unidad territorial de la Galicia interior que da inicio a la saga, está más cercana a ciertos espacios de Birán en el oriente cubano, de lo que podría estar Birán de Santiago de Cuba en términos culturales.

Ciertamente haber nacido en Cuba en la década del 20 del siglo pasado, y haberse formado en los contextos culturales propios de los años 30 y 40 no garantiza la nacionalidad cubana entendida como cultura. Sin duda alguna se es francés o alemán si se nace en la misma época en los respectivos países, pero no se es cubano necesariamente —reitero: entendida la cubanidad como cultura— si se nace en Cuba en 1926. El flujo de inmigración a Cuba de la época retarda el proceso endógeno de cimentación cultural y pasma abruptamente el ajiaco del que mucho escribió el etnólogo cubano Fernando Ortiz.

De modo que el castrismo cultural triunfa en 1959 y tiene que hacerlo de manera hegemónica y arrolladora para sobrevivir. Y su hegemonía provoca un desplazamiento histórico sin precedentes en el núcleo cultural diverso sobre el que Cuba viene conformando trabajosamente su nacionalidad.

¿Cuáles son los rasgos del castrismo cultural? Sin orden de importancia voy a resumir los que me parecen fundamentales, en contraste con el proceso de formación de la nación cubana. Estos rasgos, algunos simbólicos, otros estructurales, merecen un estudio más exhaustivo. De modo que lo que aquí expondré debe pasar por el tamiz de un mayor rigor sociológico, antropológico y de teoría de los símbolos.

Empiezo por la concepción burocrático-militar del Estado y su concepto y conducta marciales. Esto es típicamente hispánico y se conecta con la idea de imperio y dominio que el castrismo cultural introduce en la idea y realidad de Cuba. Los orígenes guerreros del modelo, contrario a los orígenes cívicos del proyecto de nación, para el cual la guerra es una imposición de la realidad, no parte del rito fundacional, facilitan este desarrollo. Pero la cultura política cubana tiende, por su origen fundacional y su permanente definición contra la España imperial, al republicanismo, al ciudadano y a lo cívico. El militarismo es una consecuencia de la prolongada guerra por la independencia, pero no entra en la concepción de ninguno de los que idearon la noción de una Cuba que rompe su cordón umbilical. La facilidad con la que se disuelve el ejército en 1901 es algo más que una ingenuidad política: da la medida exacta de que el modelo burocrático-militar es ajeno al proyecto de nación, aunque no extraño en Cuba.

Otro rasgo es el de la visión rentista del Estado y de la sociedad. Desde Félix Varela hasta 1959, la crítica esencial a los sectores pudientes en Cuba tiene que ver con su afán productivista y economicista. La mentalidad misma de que sin azúcar no había país es un reflejo de que Cuba estaba siendo pensada y concebida como una unidad económica de primer orden, lo que se alimenta de, y determina los rasgos pragmáticos de la cultura, la flexibilidad como paradigma del comportamiento, el sentido de independencia social y la capacidad de contraste con su propia realidad —la corrupción en Cuba hoy tiene mucho que ver con la tensión entre la estructura represiva del Estado y esa planta flexible del modelo cultural. El hecho de parasitar unidades económicas externas, —la ex Unión Soviética, China, Venezuela, los Estados Unidos, etc.— tal como hizo la España imperial con sus colonias, fomentando así una mentalidad insegura y dependiente, es también ajena al núcleo cultural de Cuba.

Un tercer rasgo es el de la estrechez en la visión del mundo. En esto tiene mucho que ver la educación jesuítica de la época, una educación de elite y desconectada de la diversidad de componentes de la Cuba cultural, pero más con la estrechez de mundo del espacio rural infinito, poco poblado y sin confines claros. Se ha dicho y se dice que el castrismo es intolerante. Puede ser verdad como frase tópica, pero bien visto, estamos frente a algo anterior a la naturaleza de la intolerancia. La intolerancia aparece cuando se convive con otros mundos que no admitimos, no se asimilan y se rechazan.

En cierto sentido el intolerante sabe que aquellos existen pero no los reconoce. Pero el castrismo cultural es la creencia de que no existen esos otros mundos porque no los concibe. Esto es algo más primario y de algún modo peor que la intolerancia. Condiciona por tanto la actitud de negación de otros horizontes como corresponde a sus orígenes típicamente rurales. Y esto explica muy bien la violencia administrativa, pública y racionalizada que el castrismo cultural despliega contra las ideas pacíficamente expresadas. Ya esto no es cubano. En la Cuba cultural la pluralidad de ideas puede generar intolerancia, distanciamiento y choteo pero no visión estrecha del mundo.

El cuarto de los rasgos es el antinacionalismo. Dicho a estas alturas resultará raro y escandaloso pero el castrismo es antinorteamericanismo, no nacionalismo. En este sentido es muy cierto que en alguna medida Fidel Castro Ruz es el último español decimonónico de la Cuba cultural y política, pasado por la escuela jesuita, la de la Civilta Cattolica, que enseñaba que los hombres elegidos despliegan su misión en el mundo, no atados a valores estrictamente nacionales.

Como el último español, Fidel Castro niega a José Martí en dos puntos esenciales: el republicanismo cívico y el rechazo a los militares. Lo aprovecha bien, no obstante, y exagerándolo, en la vena crítica de Martí hacia el expansionismo norteamericano y en la apropiación romántica que este último hace del concepto total y abstracto de humanidad como plataforma para la acción política. Hasta aquí. La conclusión lógica de todo nacionalismo, la que le da contenido positivo una vez que se define frente a potencias externas, nada tiene que ver con el castrismo cultural. Y esta conclusión lógica es la exaltación y defensa de los nacionales, independientemente de sus diferencias, por encima de cualquier otro sujeto externo. Los nacionalismos tienen algo de mala literatura justamente porque ponen la propia etnia por encima de otras etnias políticas. Todo nacionalista auténtico se acerca para decirnos: yo y lo mío primeros.

El castrismo cultural es la corrección disminuida de cualquier vena nacionalista por defecto. No equilibra el nacionalismo a través del concepto total de humanidad, en cuyo caso extranjeros y cubanos seríamos iguales en Cuba y frente al poder, sino que desciende lo cubano y a los cubanos a una escala inferior, gestionando la nación en tres direcciones: la de dominio sobre los seres humanos posibles: los cubanos, la de imperio desde el centro territorial posible: Cuba, y la de imagen “perfecta” frente a toda la humanidad. Esta última dirección explica por qué el castrismo se desvive por satisfacer a los extranjeros en detrimento de los cubanos y por qué priva a los nacionales hasta de lo más elemental para preservar su imagen y compromiso con los de afuera. Y es verdad que muchos cubanos se sienten a gusto con esta distorsión. Pero el nacionalista no hace esperar a los suyos, por el contrario, siempre hace esperar a los demás, y en los peores casos les hace sufrir para contentar a su propia gente.

El nacionalismo nunca permitiría entender, entre otras cosas, los misiles rusos, el tipo de gestión a la crisis de estos misiles en 1962, las tempranas guerrillas en América Latina, Asia, Medio Oriente y África, las campañas militares en este último continente, la pleitesía rendida a otro país en la primera versión de la Carta Magna revolucionaria (1976), el turismo para extranjeros, las dos monedas, la gestión capitalista externa que conforma y estructura una clase media alta residente, formada solo por extranjeros; los dos sistemas de salud y de educación; las donaciones, de lo que se recibe precisamente como donación, a los ciudadanos de otros países en detrimento de los suyos; la tolerancia del uso de la bandera para acompañar otros símbolos que nada tienen que ver con la formación de la nacionalidad, como es el caso de Ernesto Guevara de la Serna, o para satisfacer las banalidades aparentemente iconoclastas del reguetón; mucho menos la idea-traición que alguna vez se puso en marcha de unir Cuba a un proceso político externo, representado por el chavismo. Tampoco, la preeminencia de la voz de los extranjeros por encima de la voz de los nacionales. Ahora bien, esto sí se puede entender desde los dos conceptos básicos que estructuran el castrismo cultural: el dominio y el imperio. El hecho de que la estructura burocrático-militar cubana esté copando las instancias de poder en Venezuela es un ejemplo claro de esta vieja idea de imperio que no descansa.

El antinorteamericanismo, que les ha parecido a muchos un nacionalismo, corresponde a esta doble lógica cultural: el odio imperial a los Estados Unidos, heredado de la vieja España, y la actualización del concepto de imperio desde la última de sus colonias: Cuba. La conexión cultural es indiscutible y permite entender lo que de otro modo parecería ridículo: Cuba estableciendo un pulso mundial con los Estados Unidos en otras tierras del mundo. Esto no tiene ni tradición ni antecedentes en el proyecto de Cuba como nación. Sí en la España del imperio.

Este artículo de Manuel Cuesta Morúa fue publicado originalmente en el blog Posracialidad.

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Aplicaciones digitales no resuelven los problemas del transporte

Aplicaciones digitales no resuelven los problemas del transporte
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Con el transporte público estatal colapsado y las alternativas privadas fuera del alcance de muchos, moverse por La Habana y otras ciudades cubanas sigue siendo una misión casi imposible para los residentes.Aún con las nuevas tecnologías, el transporte en Cuba sigue siendo un desafío cotidiano.

Parlamento Europeo pide sancionar al régimen cubano y exige la libertad de José Daniel Ferrer

El líder de UNPACU, José Daniel Ferrer. (Facebook)
El líder de UNPACU, José Daniel Ferrer. (Facebook)

Los europarlamentarios aprobaron una resolución a favor de la liberación del líder opositor cubano y de todos los presos políticos. Condenaron, además, la "tortura" y el trato "inhumano y degradante" a que son sometidos.

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En una resolución aprobada con 380 votos a favor, 182 en contra y 51 abstenciones, el Parlamento Europeo instó el miércoles al régimen cubano a que libere de forma inmediata e incondicional al líder opositor José Daniel Ferrer y a todas las personas detenidas en la isla por ejercer sus derechos de libertad de expresión y de reunión pacífica.

Los eurodiputados condenaron "la tortura y los malos tratos, inhumanos y degradantes infligidos por las autoridades cubanas" contra Ferrer y otros presos políticos, y solicitaron, "a la espera de su puesta en libertad", que reciban atención médica, y que se permita a sus familiares visitarlos en prisión.

El ente legislativo llamó, además, a la Unión Europea a imponer sanciones contra los responsables de las violaciones de derechos humanos en Cuba, y recordó la posibilidad de activar la cláusula de suspensión del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre el bloque continental y el régimen de la isla.

El eurodiputado Jorge Martín Frías, del partido VOX, calificó de repugnante la represión en Cuba y pidió la aplicación de sanciones contra el régimen.

En un discurso pronunciado el miércoles, en Estrasburgo, Francia, ante el Parlamento Europeo, Frías dijo que “repugna que después de 65 años sigamos teniendo que hablar del régimen Castro comunista, de sus presos políticos, de sus múltiples violaciones, de los derechos humanos, de sus asesinatos, de sus secuestros y de su corrupción”.

“Y repugna porque el régimen, una de las dictaduras más longevas y sanguinarias del planeta, perdura por la complicidad de la comunidad internacional de naciones democráticas y de la Unión Europea”, subrayó.

Comentó en ese sentido que si es necesario hablar de Ferrer, quien está recluido en la prisión de Mar Verde en Santiago de Cuba, “es por las posiciones timoratas de equilibrismo y de intereses económicos” que dan oxígeno a “oligarcas” del régimen y de “la corrupción”, como Miguel Díaz-Canel.

El europarlamentario calificó de “insólito” que la Comisión Europea e incluso el Parlamento aprobaran en 2017 un Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la Unión Europea y “la peste socialista de la Cuba castrista”.

También lamentó que en Cuba hay más de mil presos políticos y que la dictadura comunista da ayuda al régimen de Nicolás Maduro.

Al concluir su declaración, afirmó que la única manera de apoyar de verdad la causa de Ferrer y de la libertad es ser firme y contundente “y asfixiar” a quienes apoyan al gobierno cubano.

“Hay que bloquear sus cuentas en el extranjero, las de sus familiares, impedir que puedan pisar cualquier nación democrática y sancionar a las empresas que colaboran con ellos”, aseveró. “Y para ello, el primer paso es dar cumplimiento al mandato que este Parlamento dio en 2021, fruto de una resolución que lideró el partido que represento, VOX”.

De forma similar se pronunció Raquel García, europarlamentaria del Grupo Renew Europa.

“Renew condena los abusos repetidos de derechos humanos del régimen cubano”, dijo García, tras expresar su inquietud por la salud de Ferrer, quien está recluido desde el 11 de julio de 2021 y ha sido declarado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional.

“Exigimos al régimen cubano su inmediata puesta en libertad y que se les ofrezca la atención médica adecuada”, dijo.

Al concluir sus palabras ante el Parlamento Europeo, se refirió a la necesidad de sancionar al régimen de Díaz-Canel:

“Queremos recordar también especialmente en el inicio de esta legislatura, que los instrumentos diplomáticos y de política exterior de la Unión Europea, como el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación con Cuba, instrumentos fundamentados en la buena voluntad y en la reciprocidad de ambas partes, no serán efectivos si no dejamos meridianamente claro que sus infracciones continuadas deben llevar a la aplicación de sus regímenes de sanciones”.

Gabriel Mato, europarlamentario del PP, dijo que el caso Ferrer refleja "la crueldad del régimen" y que el preso político está encerrado sin haber cometido crimen alguno. Está confinado desde las protestas del 11 de julio de 2021, destacó Mato.

"Es hora de que nos pongamos de lado de la libertad y de la democracia en Cuba", dijo. También hay que "suspender" el acuerdo de la UE con Cuba, declaró.

El pasado martes, un grupo de once europarlamentarios presentó una resolución que exige la libertad de Ferrer y que expresa preocupación por su salud en la prisión de Mar Verde.

El proyecto de resolución argumenta que Josep Borrell, responsable de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, está "ignorando o banalizando" lo que ocurre en Cuba, y que es necesario sancionar a la dictadura y suspender el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación con Cuba.

Pese a la represión del régimen, Alina Bárbara López Hernández logra su protesta en las calles de Matanzas

Las intelectuales cubanas Alina Bárbara López Hernández y Jenny Pantoja, de izquierda a derecha. (Fotos: Facebook).
Las intelectuales cubanas Alina Bárbara López Hernández y Jenny Pantoja, de izquierda a derecha. (Fotos: Facebook).

“Yo pude desarrollar mi acto de protesta pacífica simbólica que hago cada 18 y no tuve ningún problema, incluso, atravesé toda Matanzas con el cartel en blanco al cuello y para acá para mi casa de regreso, igual", dijo la historiadora Alina Bárbara López Hernández.

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Las autoridades cubanas arreciaron, en los últimos días, la persecución contra el grupo de intelectuales que protestan el 18 de cada mes en espacios públicos, para exigir demandas políticas y sociales.

La Seguridad del Estado detuvo este miércoles al mediodía a la antropóloga Jenny Pantoja a la salida de su vivienda del municipio habanero Diez de Octubre cuando intentó dirigirse a un parque para desarrollar la acción de protesta. Pocas horas después fue regresada a su hogar:

“Yo decidí que cada vez que esté el patrullero, voy a salir porque yo no tengo por qué estar detenida dentro de la casa arbitrariamente. Salí a las 2 de la tarde y me detuvieron, me llevaron para la estación de Aguilera. Ahí me recogieron las pertenencias y me metieron en el calabozo”.

Agregó que fue “entrevistada” en tres partes y tres tiempos, por oficiales de la Seguridad del Estado que le aseguraron que ellos están “en su derecho constitucional de tomar medidas profilácticas en contra de las personas que, como ella, quieren delinquir”.

El último de los interrogatorios lo practicó una oficial de alto rango: “esta persona me presionó de la misma manera que los anteriores, indicando que es instigación a delinquir el hecho de que uno publique y diga que va a manifestarse; que está instigando a que las personas se sumen y a que haya actos de violencia”.

“Fueron unas entrevistas para coaccionar y para controlar y para que yo desista. Además, amenazantes con respecto a la familia, a mi futuro”, recalcó.

Los agentes de la policía política trataron de intimidar a Jesús Pérez Amarales, el esposo de la antropóloga. “Fue en el momento que arrestaron a Jenny, yo tuve un careo con ellos y me hicieron una serie de amenazas sobre mi trabajo, que saben que yo tengo una licencia [de cuentapropista] y las licencias son para los revolucionarios, dijeron”.

Por otra parte, el periodista y humorista Jorge Fernández Era tuvo que acudir a una citación en la mañana del mismo día al cuartel general de la policía política en La Habana, donde fue advertido por oficiales del Departamento de Contrainteligencia:

“Esta citación para Villa Marista no tuvo otro fin que amedrentarme, meterme mucho miedo en cuanto a mis publicaciones, sobre todo para El Toque. La columna semanal que hago de humor les molesta mucho, me lo dijeron así, abiertamente, que no son escritos ni siquiera humorísticos, que cargan contra la dirigencia de este país, que yo le falto el respeto, que yo desacato bla, bla, bla, que ellos han tenido muchísima paciencia conmigo y que en cualquier momento ellos me imputan delitos mucho más graves y que me pueden llevar a la cárcel”.

“Yo espero que a ellos les haya quedado claro que yo no voy a dar un paso atrás”, resaltó el comunicador.

También fue citado a la estación policial de Zanja en Centro Habana el crítico cultural y psicólogo Raymar Aguado Hernández para comparecer ante el mayor Julio.

Luego de esperar por más de quince minutos al oficial, Aguado se retiró del lugar. “No estoy en la obligación de esperar a ningún actor de los órganos represivos del Estado más allá de la hora de la citación, menos para ser sometido a entrevista, acápite no tipificado dentro de la legalidad cubana”, escribió en su perfil de Facebook.

El historiador y activista afrodescendiente Alexander Hall debe presentarse el jueves a las 8 de la mañana en Villa Marista para ser interrogado por el primer teniente Daniel Licea de Instrucción Penal de la Seguridad del Estado.

“A pesar de que no reconozco la legitimidad de este proceso o de este mecanismo que están implementando, decido asistir para no incurrir, como han advertido otros juristas, y con la experiencia de casos anteriores, en una acción que pueda ser constitutiva de delito”, destacó Hall en una directa en Facebook.

“Además, quiero aclarar enfáticamente que no autorizo bajo interrogatorio la filmación de ningún material audiovisual so pena de incurrir en la violación del derecho a la privacidad por parte de los órganos de la Seguridad del Estado”, subrayó.

Sin embargo, la cabeza más visible de las protestas del 18, Alina Bárbara López Hernández, desarrolló su manifestación sin sufrir represalia, según relató ella misma a nuestra redacción:

“Yo pude desarrollar mi acto de protesta pacífica simbólica que hago cada 18 y no tuve ningún problema, incluso, atravesé toda Matanzas con el cartel en blanco al cuello y para acá para mi casa de regreso, igual; solo un carro patrullero que dio una vuelta en el parque, pero absolutamente ningún inconveniente”.

“Es increíble cómo las personas son amenazadas. Por ejemplo, yo estoy desafiando una medida de reclusión domiciliaria y no ocurrió nada conmigo, sin embargo, a Jenny que también está en reclusión, sí la conducen y Jorge, que ni siquiera está en reclusión, lo amenazan que tiene que estar localizado, o sea que es increíble el modo en que la ley se aplica con total discrecionalidad y con total arbitrariedad”, puntualizó la académica, expulsada de las filas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) hace pocos días.

Este grupo de intelectuales protesta en diversos espacios públicos de la Isla para demandar la creación de una Asamblea Constituyente que redacte una nueva constitución, que el Estado atienda la crítica situación de ancianos y familias en pobreza extrema, la libertad para los presos políticos sin exilio obligatorio y el cese del acoso a personas que ejercen su libertad de expresión.

Entran en vigor nuevas regulaciones para el sector privado en Cuba

Los pequeños minoristas privados pueden ser los más afectados por las nuevas normas, según expertos.
Los pequeños minoristas privados pueden ser los más afectados por las nuevas normas, según expertos.

Las nuevas regulaciones entran en vigor mientras Cuba atraviesa su peor crisis económica en décadas, con una grave escasez de alimentos, combustible y medicinas, y un éxodo récord de sus ciudadanos.

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Las florecientes empresas privadas de Cuba se preparaban para el impacto de las nuevas medidas del Gobierno, que comenzó a implementar el miércoles una serie de normas enfocadas en regular más estrictamente el sector.

Las nuevas normas se ponen en marcha tres años después de que se legalizaran las empresas privadas tras una prohibición de décadas establecida por el exlíder Fidel Castro.

Las medidas terminan con incentivos para la creación de nuevas empresas, restringen a las mayoristas independientes y añaden nuevos requisitos para quienes buscan iniciar una compañía. También aumentan los impuestos, refuerzan los derechos de los trabajadores, endurecen los requisitos contables y agudizan la supervisión al sector privado.

Las nuevas regulaciones entran en vigor mientras Cuba atraviesa su peor crisis económica en décadas, con una grave escasez de alimentos, combustible y medicinas, y un éxodo récord de sus ciudadanos.

"El Gobierno cubano necesita al sector privado para ayudar a la economía a recuperarse, pero desconfía de él y quiere mantenerlo bajo un estricto control estatal", dijo William LeoGrande, profesor de American University de Washington.

El Gobierno sostiene que las reglas son necesarias para "corregir distorsiones" en la economía y asegurar que la empresa privada beneficie a la población en general. Las ciudades y los pueblos ahora pueden negar una licencia a una empresa que no se ajuste a un plan de desarrollo local, y los municipios pueden fijar precios en algunos casos.

"No se trata de una cruzada contra las formas no estatales de gestión (...) sino de enmarcarlas en la legalidad", dijo el ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez.

Info Martí | Régimen acorrala al sector privado cubano
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Hay mucho en juego, dice Oniel Díaz, cofundador de la consultora AUGE, que asesora a más de 200 clientes de pequeñas empresas cubanas.

Díaz dijo que algunas de las normas, como la lucha contra la evasión fiscal, son comprensibles, mientras que otras sólo desacelerarán aún más la economía.

"La pregunta es (...) si estas medidas (...) contribuyen o no a sacar al país de la crisis económica en la que se ha visto sumido, y la respuesta es no", añadió Díaz.

El sector privado ha sido un raro punto brillante en una economía por lo demás anémica que no se ha recuperado de la pandemia de COVID-19 y se mantiene lastrada debido a un embargo comercial estadounidense de décadas.

Cuba, en tres años, ha aprobado 11.355 empresas privadas.

Los empleados del sector, junto con 600.000 trabajadores por cuenta propia, ahora representan el 25% de los empleos y el 15% de las importaciones, según datos oficiales.

Los pequeños minoristas privados pueden ser los más afectados por los nuevos obstáculos contables y una norma que requiere que los mayoristas trabajen a través de empresas estatales cuando importan desde el extranjero.

Más de 2 años de cárcel a opositor cubano por memes de Díaz-Canel, Raúl y Fidel Castro en grupo de WhatsApp familiar

José Manuel Barreiro Rouco junto a una copia de la sentencia. (Collage/Facebook)
José Manuel Barreiro Rouco junto a una copia de la sentencia. (Collage/Facebook)

El opositor cubano José Manuel Barreiro Rouco fue sentenciado a dos años y medio de cárcel por intercambiar memes en un grupo privado de WhatsApp de su familia en los que "se le atribuían epítetos degradantes" a Díaz-Canel, Raúl y Fidel Castro.

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El Tribunal Municipal de Cienfuegos condenó al opositor José Manuel Barreiro Rouco a dos años y medio de privación de libertad por “realizar acciones denigrantes y ofensivas que afectan el honor y la integridad de figuras relevantes de la Revolución Cubana”, incluyendo al gobernante Miguel Díaz-Canel, Raúl Castro y Fidel Castro.

El juicio, celebrado el lunes, dejó el caso concluso para sentencia, que debe hacerse firme en los 10 días siguientes a la audiencia.

Barreiro Rouco, de 52 años y barbero de oficio, fue arrestado el 15 de junio de 2023 en el municipio cienfueguero de Aguada de Pasajeros, incriminado, inicialmente, por el presunto delito de otros actos contra la seguridad del Estado y una relación con presuntos grupos “contrarrevolucionarios”.

“Eso era un WhatsApp familiar y ellos [ los investigadores policiales] lo supieron después que decomisaron el teléfono. Los memes no son públicos, los memes fueron intercambiados entre hermanos, primos, familias, tíos”, recalcó desde Aguada de Pasajeros Juan Alberto De la Nuez, presidente del independiente Movimiento Ciudadano Reflexión y Reconciliación, del que es parte Barreiro Rouco.

“En el juicio no pudieron demostrar que los memes eran públicos. Es una injusticia”, agregó De la Nuez.

De acuerdo con la petición del órgano acusador, Barreiro Rouco compartió en un grupo de Messenger llamado Familly, "imágenes en las que se le atribuían epítetos degradantes" a Díaz-Canel, Raúl y Fidel Castro.

El hermano del activista condenado, Pavel Pérez Rouco, confirmó en un post en Facebook que se trataba de un grupo familiar en WhatsApp.

Finalmente, el opositor, manifestante del 11 de julio de 2021, fue juzgado por cargos de desacato y tenencia y venta ilegal de dólares.

“El caso de José Manuel Barreiro es una muestra de las violaciones extremas de derechos humanos que existen en Cuba, violación de la libertad de expresión, violación a la privacidad. Estamos hablando de una persona a la que le están pidiendo dos años y medios de cárcel por compartir unas imágenes que hacían alusión a dirigentes del régimen en un grupo privado de su familia de 11 personas”, dijo el periodista y profesor universitario cubano José Raúl Gallego, residente en México.

“O sea, ¿a dónde llega el extremo de la persecución, de los abusos, de la paranoia, que pueden meter preso a una persona por lo que comparte con su familia, en un entorno cerrado que no tiene ningún tipo de alcance?", cuestionó.

El opositor permaneció durante seis meses en prisión preventiva, hasta que su abogado logró cambiar su medida cautelar a la de prisión domiciliar, bajo la que se encuentra hasta que la sentencia se haga firme.

Martí Noticias trató de entrevistar a Barreiro Rouco pero no recibió respuesta a las llamadas telefónicas.

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