Carlos y su esposa rusa Daria ya tienen boleto para viajar rumbo a Trinidad Y Tobago este martes, no sin antes ser advertidos e interrogados por varios funcionarios del Ministerio del Interior, incluido un alto dirigente de la Dirección de Emigración y Extranjería.
Lo cierto es que Daria viajará en calidad de deportada, según conoció la pareja tras acudir a una citación a la unidad de la Policía de Inmigración, cito en Factor y Final, en el municipio Plaza de la Revolución.
En una llamada a inmigración, Carlos fue informado de que su esposa rusa, de 24 años y que no habla español, tiene estatus de controlada y un expediente abierto en la Dirección de Emigración y Extranjería, por lo que debe abandonar el territorio nacional de inmediato, incluso cuando el permiso de estancia de 90 días no ha vencido.
Según el relato de Carlos, después de la entrevista concedida a Radio Televisión Martí la semana pasada, el matrimonio fue interrogado por una oficial de la policía de inmigración que no dio el nombre y portaba nasobuco.
“Todo transcurría tranquilamente hasta que la oficial sacó un papel en blanco y le pidió a Daria que firmara. Ella se negó y yo, que traducía, le dije que nadie firma un papel en blanco. Entonces escribió 'deportación' y tampoco Daria firmó”, dijo Carlos.
En la sede policial, indicó el joven de 28 años, les ocuparon los teléfonos, de ahí que advirtió sobre la posibilidad que los dispositivos pudieran estar intervenidos para, en lo adelante, obtener información de sus conversaciones.
Padres comunistas vs. la oveja negra de la familia
La odisea del matrimonio comenzó a finales de 2022 en San Petersburgo, Rusia, donde residía. Fue por el mes de octubre que la pareja se vio obligada a salir del país para evitar que las autoridades rusas enviaran a Carlos a la guerra en Ucrania.
Viajaron a La Habana y fueron a parar a casa de los padres de Carlos, en la Villa Panamericana. Después de una discusión de pareja, Carlos relató que, al parecer, alguien formuló una denuncia, y el 8 de marzo fueron visitados por un oficial de emigración que, según un video tomado por Daria, les advirtió que si los padres de Carlos no querían a su esposa en la casa, la extranjera tenía que marcharse.
“Tienen grabaciones, con la ayuda de mis padres, de discusiones personales entre Daria y yo. Todavía mis padres se están prestando para esto. Yo soy la oveja negra por pensar diferente y, como he dicho antes, mi familia es mi esposa”, reveló Carlos.
Su padre fue funcionario del Ministerio del Comercio Exterior y estuvo destacado en la embajada de Cuba en Moscú como consejero económico comercial. Ya jubilado, actualmente labora en ACOREC, la empresa de selección y contratación de fuerza de trabajo para entidades extranjeras radicadas en Cuba.
El tío de Carlos es coronel del Ministerio del Interior en Guantánamo. "Jamás me han dicho el cargo que ocupa y para que direcci[on trabaja", dijo el joven.
Entre las razones manifestadas por las autoridades migratorias en contra de la pareja figuran denuncias, quejas, estancia ilegal de Daria en Cuba sin argumentos, vivir en casa de los padres de Carlos y no alquilados, ser conflictivos, no haberse casado en Cuba. Tachan, además, el matrimonio de ilegal e insolvencia económica.
Radio Televisión Martí molesta a las autoridades
Un mayor del Ministerio del Interior, que se identificó como Juan Carlos, y que dijo ser el jefe de inmigración en La Habana, también interrogó a la pareja, y aunque el caso concernía originalmente a Daria, el individuo se centró en Carlos.
“Quería saber cómo yo vivía en Rusia -conocía donde estudié y trabajé-, si estuve viviendo ilegal en Rusia. Una conversación muy extraña. Por otro lado, se interesó mucho por Radio Televisión Martí y la intención con la que yo había dado declaraciones a ese medio de prensa; si con la entrevista estaba tratando de destruir al gobierno”, comentó.
Siguió el joven diciendo que el oficial trataba de acusarlo, sin acusarlo, de que estaba traicionando a la Patria.
“Bueno, la Patria la han traicionado ellos desde hace varias décadas”, opinó.
Asimismo, el oficial insistía en saber qué actividades había realizado el matrimonio en Cuba y le pidió que no hablara más con la prensa, advirtiéndole que eso lo perjudicaba.
“Es verdad, les tienen miedo a los periodistas, le tienen miedo a Radio Televisión Martí. Les tienen pánico”, afirmó el joven.
Carlos salió de Cuba en 2017 hacia Moscú y por medios propios consiguió una beca en la Universidad Estatal de Hidro-Meteorología (RSHU), en San Petersburgo. Para evitar volver a Cuba, se fue a Serbia y en la embajada rusa en ese país, obtuvo un permiso de residencia en Rusia. En la universidad, conoció a Daria, con quien contrajo matrimonio en 2020.
En Rusia, Carlos trabajó cargando cajas en un almacén, impartió clases particulares de idioma y trabajó como traductor e intérprete.
“El último trabajo que tuve fue en un centro de traducciones, pero cerró por la guerra en Ucrania, ya que perdieron mucha clientela al irse las firmas extranjeras. También tenía contratos de corto plazo con empresas rusas cuando recibían delegaciones de países hispanohablantes”.
Daria ha estado muy activa en el movimiento en defensa de las prerrogativas de las mujeres, en contra de la violencia doméstica y las políticas del Kremlin que restringen el derecho al aborto.
Las autoridades migratorias cubanas saben que Carlos y Daria tienen planes de marcharse este martes, 18 de abril, porque a ellos tuvieron que presentarle los boletos. Los jóvenes esperan que la salida transcurra sin contratiempos.
“Ellos saben día, hora y vuelo; lo saben todo”, dijo Carlos.
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