La Hora de Cuba es parte de un proyecto cultural independiente que surgió en 2010 en Camagüey, es una publicación que aunque recién alcanza el séptimo número, ya ha desatado un fuerte acoso contra sus creadores.
Sol García Basulto y Henri Constantín, editora y director de La Hora de Cuba están sujetos a una medida cautelar luego de ser acusados de "usurpación de capacidad legal" por ejercer el periodismo sin la debida certificación en esa revisa digital.
Ambos, junto a un grupo de comunicadores, coordinan desde Camagüey la revista que hacen circular en formato PDF a través de las USB o publican cada página como imagen en la red social Facebook.
Aunque las anteriores ediciones de La Hora de Cuba tampoco fueron del agrado de las autoridades pues anteriormente la policía había citado a tres de sus miembros (Constantín, García Basulto y la reportera Inalkis Rodríguez), parece ser que el número 7, publicado a inicios de marzo, es el que más les ha molestado a los represores.
Constantín, quien sustituyó a Yoani Sánchez como vicepresidente regional de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), dijo a Martí Noticias que no sabe exactamente qué ha molestado a las autoridades.
La Hora de Cuba no es una revista de "confrontación", asegura. Más bien cree que lo que les incomoda es el hecho de que han logrado llevar adelante un proyecto organizado y efectivo, pues tiene buena aceptación entre sus lectores.
El último número, publicado en el perfil de Sol García en Facebook, trata temas como la religión desde la perspectiva de los Testigos de Jehová, el valor que tienen para los cubanos las redes sociales, los principales retos de los comerciantes privados en Cuba, entre otros.
"En ocasiones hemos recibido ayuda de amigos que de forma clandestina las imprimen y las distribuyen entre los conocidos, pero por lo general esos impresos se quedan en el ámbito local porque no son tiradas amplias", explicó Constantín.
El mes pasado le confiscaron 10 ejemplares cuando fue detenido mientras viajaba a La Habana para participar en un acto organizado por la activista Rosa María Payá al que estaban invitados el Secretario General de la OEA Luis Almagro, y el expresidente de México Felipe Calderón. A ninguna de estas personalidades extranjeras Cuba les permitió la entrada, de manera que la entrega del Premio Oswaldo Payá: Libertad y Vida, generó numerosos titulares en la prensa internacional.