A muchos de los oficiales que se sumaron a las fuerzas rebeldes en la Sierra y habían llegado a 1959 como capitanes, se les ascendió al nuevo rango de primer capitán. Uno de aquellos primeros capitanes que hacían titulares en 1964 fue Jorge Enrique Mendoza, quien laboraba en la Dirección de Instrucción Revolucionaria del MINFAR (posteriormente convertida en la Dirección Política), y que, en calidad de comisario, supervisaba los encuentros nacionales de propaganda.
Raúl Castro fue el impulsor, organizador e implementador de la sovietización del ejército...
Hay que destacar que, en aquella época de los Sesenta e inicios de los Setenta del siglo XX, no se usaba el ramo de olivo para los grados de los oficiales superiores, ni siquiera para el de Comandante en Jefe. Ya más cerca del proceso de “institucionalización” de las fuerzas armadas en Cuba —que respondía al concepto de sovietización del ejército—, aparecieron los primeros grados con ramas de olivo para los oficiales superiores y múltiples estrellas para las categorías de primeros oficiales y subalternos.
Según lo establecido en la Ley No. 1257, que entró en vigor el 2 de diciembre de 1973, los grados militares de las FAR fueron modificados, quedando conformados de la siguiente manera: Comandante en Jefe, Comandante de Ejército, Comandante de Cuerpo, Comandante de División y Comandante de Brigada. Entre los oficiales de primera clase, se incluyeron los rangos de Primer Comandante (Raúl Díaz Arguelles), Comandante y Mayor; y entre los oficiales subalternos: Capitán, Teniente Primero, Teniente y Sub-Teniente. Esa Ley de 1973 reconoció el rango de Comandante en Jefe como el escalón más alto dentro de las Fuerzas Armadas en Cuba, agregándole un ramo de olivo al rombo rojo y negro con la estrella en la charretera, que no existía hasta el momento.
Este sistema guardaba cierta proporción con la jerarquía militar de la URSS y Europa del Este, que contaba con casi diez rangos: Subteniente, Teniente, Primer Teniente, Capitán, Mayor, Teniente Coronel, Coronel, Mayor General, Teniente General, Coronel General y General de Ejército. Además, la URSS tenía el grado de Mariscal, el cual representaba el escalón superior dentro de su estructura militar jerárquica.
Los grados a la usanza cubana resultaban confusos para los asesores soviéticos, checoslovacos o de la RDA...
Los grados a la usanza cubana resultaban confusos para los asesores soviéticos, checoslovacos o de la RDA, ya que el término “comandante” podía aplicarse tanto a un equivalente de general como a uno de coronel. En la información sobre la maniobra Granma realizada por las FAR en diciembre de 1974, se informaba que fue dirigida por el viceministro primero, jefe del Estado Mayor General, comandante de brigada Senén Casas Regueiro, con la participación de “los viceministros jefes de la Dirección Política y de Armamento y la Técnica, comandantes de brigada Fernando Vecino Alegret y Rogelio Acevedo González”, mientras que las conclusiones fueron presentadas por “el primer comandante Leopoldo Cintra Frías”. Ese año de 1974, la prensa cubana reportaba actividades de los comandantes de brigada Senén Casas Regueiro en asambleas de la juventud comunista, y del también comandante de brigada Fernando Vecino Alegret, quien visitaba Bulgaria en calidad de viceministro de las FAR.
Raúl Castro Ruz, ministro de las FAR desde la creación del ministerio en octubre de 1959, fue el impulsor, organizador e implementador de la sovietización del ejército cubano, incluidos los grados militares, las gorras de plato, las charreteras de hileras, las corbatas y las estrellas —tanto pequeñas como grandes—. A diferencia de su hermano, que nunca dejó el uniforme verde olivo ni las insignias inventadas de Comandante en Jefe, Raúl no dejaba de lucir su uniforme militar de diseño soviético. Como dato curioso, durante el proceso de conversión de los grados militares cubanos, el ministro de las FAR no fue ascendido de inmediato al grado máximo (general de ejército) entre los oficiales superiores, y tuvo que pasar largos meses con dos estrellas en las hombreras. En ese rango recibió en La Habana, junto a Fidel Castro, a Leonid Ilich Brezhnev, cuando este visitó Cuba en enero de 1974.
El entonces ministro de las FAR fue comandante de división desde diciembre de 1973 hasta el 2 de diciembre de 1976, fecha en la que, con la implementación del nuevo sistema de grados, fue ascendido a general de ejército. Hasta la fecha, y mientras esté con vida, nadie más en Cuba ostentará ese grado militar.
Después de que Raúl Castro abandonara el cargo de ministro de las FAR, la dirección del ejército fue asumida por tres oficiales: Julio Casas Regueiro (durante 3 años y unos 6 meses y medio), Leopoldo Cintra Frías (por 9 años y 5 meses) y Álvaro López Miera (casi cuatro años en abril de 2025). Todos llegaron al tope de los ascensos militares con el grado de general de cuerpo de ejército, el mismo que ostentan el jefe del Estado Mayor General y los jefes de los tres ejércitos del país.
Hasta la fecha, y mientras esté con vida, nadie más en Cuba ostentará ese grado militar (general de ejército)...
Tener al ministro con dos estrellas fue un castigo de su hermano, afirman los conocedores de las interioridades del MINFAR, porque durante unas semanas estuvo tentado a incluir en el ejército cubano el grado de Mariscal, pidiendo un modelo a las sastrerías del Ministerio de Defensa en Moscú. En la sastrería soviética le confeccionaron a la medida un traje con la estrella dorada de mariscal sobre el escudo cubano, una copia de la versión de Mariscal de la Unión Soviética. La idea no se implementó tras la pregunta de un asesor soviético a Fidel Castro sobre si el Mariscal de Cuba era un rango militar superior al de Comandante en Jefe. Esa “ingenua” pregunta del soviético frustró para siempre los planes de tener un mariscal en las fuerzas armadas de Cuba.
En Moscú no lograban comprender del todo la equivalencia de los rangos cubanos, y para noviembre de 1976 Raúl Castro fue ascendido a general de ejército, mientras que varios militares cubanos fueron promovidos a generales de división y de brigada. Una lluvia de estrellas y ramas de olivo caía sobre los militares cubanos.
Las aventuras militares en Angola estaban en su apogeo. Los militares cubanos servían de asesores en cuanto conflicto aparecía en África: desde Guinea-Bisáu hasta Etiopía, pasando por Angola, Namibia, Guinea, Sierra Leona, Yemen del Sur, Somalia (antes del conflicto con Etiopía), etc. El militar Raúl Díaz-Argüelles, quien falleció durante la intervención cubana en Angola en diciembre de 1975, era el jefe de las tropas cubanas y ostentaba el grado de primer comandante. Arnaldo Ochoa, quien fuera purgado en el verano de 1989 durante la Causa 1/89 contra un grupo de militares de las FAR y del MININT, obtuvo en África los grados de general de división y la medalla de Héroe de la República de Cuba. En esos procesos fueron acusados el general de brigada Patricio de la Guardia y su hermano, el coronel Antonio de la Guardia, ambos del MININT. Con aquellas purgas y fusilamientos en las FAR y el MININT, el dictador borraba toda huella de conexión con los carteles colombianos de la droga y los nexos con Pablo Escobar.
En noviembre de 1976, con la proclamación de la Ley No. 1315, se introdujo una nueva reforma que estableció un esquema de rangos militares diferente, más alineado y comparable con el utilizado en los países socialistas. Las categorías fueron las siguientes: general de ejército, general de cuerpo de ejército, general de división, general de brigada, coronel, teniente coronel, mayor, capitán, primer teniente, teniente, subteniente, suboficial, sargento de primera, sargento de segunda, sargento de tercera y soldado de primera y soldado.
Para la marina, las graduaciones quedaron distribuidas de la siguiente manera: almirante, vicealmirante, contraalmirante, capitán de navío, capitán de fragata, capitán de corbeta, teniente de navío, teniente de fragata, teniente de corbeta, alférez, suboficial, sargento de primera, sargento de segunda, sargento de tercera, marinero de primera y marinero.
...grados militares que nunca han sido otorgados en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), como el de almirante
Las nuevas charreteras del ejército y la marina de Cuba comenzaron a fabricarse en las sastrerías militares de Moscú. Existen grados militares que nunca han sido otorgados en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), como el de almirante. El rango más alto en la Marina de Guerra Revolucionaria (MGR) ha sido el de vicealmirante. Tal fue el caso de Aldo Santamaría Cuadrado, quien dirigió esta fuerza, primero como comandante y después como vicealmirante, hasta 1984. Tras su fallecimiento, fue sucedido por José Cuza Téllez de Girón, quien anteriormente se desempeñó como director de la Academia Naval y fue capitán del Ejército Rebelde, ostentando el grado de contraalmirante. Todos los jefes de la fuerza naval en Cuba (Pedro M. Pérez Betancourt, Carlos Alfonso Duque Ramos, etc.) han tenido esta graduación militar, incluido el actual, Jorge Luis Reyes López. El grado de contraalmirante también lo tuvo un ministro del Interior, Julio César Gandarilla Bermejo, quien fue durante 16 años jefe de la contrainteligencia militar en el MINFAR.
Un grado único en Cuba es el de Comandante de la Revolución, que solo han ostentado tres militares: Ramiro Valdés Menéndez, Juan Almeida Bosque y Guillermo García Frías. Con una simbología única —montañas sobre la rama de olivo y una estrella dorada sobre las elevaciones—.
Según el reglamento militar, excepto el Comandante en Jefe y el general de ejército, todos debían rendir saludo militar al paso de los tres “comandantes”, quienes fueron miembros del Buró Político y vicepresidentes de los Consejos de Estado y de Ministros. Todavía hoy, Valdés es viceprimer ministro, a pesar de sus casi 92 años de edad.
La insignia de comandante del Ejército Rebelde se diferencia de la del Comandante de la Revolución, tanto en jerarquía militar como en proporción numérica. Como comandantes del Ejército Rebelde usaban sus insignias José Ramón Machado Ventura, Delio Gómez, Pedro Miret, Julio Camacho Aguilera, y otros funcionarios que, aunque militaron en las huestes de la Sierra Maestra, se dedicaron a labores político-partidistas antes o durante el proceso de copiar el sistema soviético de grados militares.
Desde 1989, tras los dos casos de la fiscalía militar (Causa 1/89 y Causa 2/1989), los oficiales muy leales a Raúl Castro del MINFAR tomaron posesión de todas las direcciones del MININT, asumiendo el control total de lo que por décadas fue un feudo exclusivo, primero de Ramiro Valdés y luego de José Abrantes. A partir de ese año, el cruce de oficiales se convirtió en una práctica constante, y se veía a oficiales superiores del MININT con insignias de graduados de la Escuela de Infantería o de Ingeniería de las FAR, y viceversa: un graduado de los institutos superiores del MININT en una unidad de tanques.
Desde el nombramiento de Abelardo Colomé Ibarra como ministro del Interior (MININT) en 1989 hasta la fecha, todos los jefes de ese ramo han provenido de las FAR, sobre todo de la contrainteligencia militar: Carlos Fernández Gondín, Julio César Gandarilla Bermejo y Lázaro Alberto Álvarez Casas.
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